Por Leonardo Ixim
Durante dos semanas, hasta el 20 de febrero, las instalaciones de la facultad de ingeniería de la Universidad San Carlos de Guatemala (USAC) estuvieron cerradas debido a la toma protagonizada por estudiantes de esa unidad académica y la Asociación de Estudiantes de Ingeniería Alejandro Cotí (AEI).
La causa fue la actitud prepotente de algunos docentes y del decano Murphy Paiz, que en todo momento se negaba a atender las demandas estudiantiles. Éstas giraban en torno a temas relacionados con el presupuesto, el equipamiento en los laboratorios para las prácticas de los estudiantes, la falta de una verdadera representación estudiantil o que tenga el papel protagónico como se estipula en los principios del cogobierno, etc. Pero fundamentalmente se centraron en la forma cómo la docencia aborda el acto educativo, es decir la poca formación pedagógica y didáctica de los docentes.
Sin duda esta es una problemática que se repite en toda la educación superior centroamericana, pues la universidad prepara cuadros académicos muchas veces muy capaces en su área de conocimiento, aunque con poca perspectiva global del conocimiento humano y con poca o nula preparación pedagógica y por tanto didáctica.
La tozudez de la administración, es algo característico del decano Paiz, quien además tiene vínculos con fuerzas oscuras de derecha como el actual partido gobernante. A pesar de ello, la presión de dos semanas de paro de actividades, que contó con el apoyo y posicionamiento crítico de muchos docentes y trabajadores, y sobre todo del grueso de los estudiantes, logró que la Junta Directiva de la facultad firmara un acuerdo y así los estudiantes procedieron abrir las instalaciones. En la actitud de la Junta influyó el temor de Paiz a perder apoyo y popularidad, pues contempla ser candidato a rector y acción estudiantil le quita fuerza a sus aspiraciones. Cabe destacar las nutridas asambleas estudiantiles en apoyo a la toma y la actitud consecuente de los representantes estudiantiles ante la dirección de la facultad.
Entre los logros del paro estudiantil están: actualizar el presupuesto en base a las necesidades de inversión en docencia e investigación, lo cual requiere una constante fiscalización de parte de todos los sectores. La no autorización de aumento de cuotas en las escuelas de vacaciones, que en principio no tendrían que ser pagadas. La conformación de comisiones con representación estudiantil para evaluar el desempeño docente, tanto en los aspectos pedagógicos y didácticos, lo cual requiere el involucramiento estudiantil en todo momento. La conformación de una instancia estudiantil de vigilancia que sirva de mecanismo en caso de revisión de notas y exámenes. Remoción de docentes señalados de malos tratos, y vigilancia sobre éstos en su trato con los estudiantes. Y un logro importantísimo, la creación de una escuela de formación docente con miras a profesionalizar y humanizar el papel del educador con respecto al educando.
Sin embargo es necesario estar atentos al cumplimiento de tales demandas. Es importante que los estudiantes se involucren. Es deber de la AEI impulsar esta participación por medio de asambleas, tal como lo ha hecho, no dejándose llevar por actitudes caudillistas. De igual forma es importante la fiscalización estudiantil sobre sus representantes y la formación alianzas con los sectores vivos de la U, trabajadores y docentes, no con la escoria que controla la AEU. Creemos que el diálogo y la representación formales son importantes, pero a la par debe darse la información, concientización, organización y movilización del estudiante para hacer valer sus derechos.
La importancia de tal medida en la coyuntura actual, se evidencia en que, a diferencia de otras épocas, en estos momentos la movilización estudiantil, tanto por sus derechos como por otras demandas populares es casi nula, a excepción de la toma de 54 días por parte del colectivo EPA en el 2010.
Ante tal situación es importante que las organizaciones gremiales estudiantiles llamen a la movilización, aunque en un primer momento no sea tan masiva. Esta es la única forma de lograr que se cumplan los derechos estudiantiles, rompiendo la apatía y el acomodamiento del estudiante. Es importante reconocer la coyuntura en el sentido que dentro de la universidad existe todo un programa de carácter neoliberal que busca convertir la educación superior, restringiéndola, mercantilizándola y disminuyendo los derechos a estudiantes, trabajadores y docentes. Además de que a nivel nacional el nuevo gobierno pro oligarca de extrema derecha, levantando la pantalla del combate a la inseguridad, realiza un despliegue militar en todo el país, vulnerando los derechos humanos individuales y colectivos de la población.