Por Armando Tezucún
El neoliberalismo salvaje, que en Guatemala se manifiesta a través de una oleada de agresivas inversiones por parte de la burguesía nacional y extranjera en los sectores de minería, agrocombustibles y producción de energía, continúa afectando gravemente a la población que valientemente defiende sus derechos y sus territorios.
Al centro del tema de este artículo se encuentra la empresa Hidro Santa Cruz, parte de la red de producción de energía de la española Hidralia Energía. Originaria de Galicia, esta transnacional nació a finales de la década de los 80s y creció vinculada a sectores de ultraderecha y al amparo de prácticas fraudulentas (ver artículo de Andrés Cabanas “El neoliberalismo militarista: empresas, gobiernos y ejércitos en Santa Cruz Barillas, Guatemala, memorialguatemala.blogspot).
En Guatemala, Hidro Santa Cruz gestiona una hidroeléctrica a través de los proyectos Cambalán I y II, en Santa Cruz Barillas, Huehuetenango. Hidralia Energía también posee los proyectos Pojom I y II y Bella Linda en el municipio de San Mateo Ixtatan, bajo el nombre de Producciones de Desarrollo Hídrico.
Hace un año, el 1 de mayo de 2012, agentes armados de Hidro Santa Cruz asesinaron al líder comunitario Andrés Francisco Miguel e hirieron a otros dos líderes. La indignación por esta agresión llevó a la comunidad a tomar por asalto el destacamento militar de la zona, acción en la que resultaron golpeados varios soldados. El gobierno respondió decretando estado de sitio, desatando una feroz represión durante más de un mes.
Un año después, el 9 de mayo, agentes de civil capturaron con lujo de fuerza en Barillas al líder comunitario Mynor Manuel López Barrios, quien se opone a la hidroeléctrica. La acción tenía todas las características de un secuestro, por lo que la voz se corrió velozmente y pobladores de las aldeas aledañas a Barillas y de San Mateo Ixtatán ubicaron el convoy que trasladaba a López. “Unos 500 pobladores liberaron por la fuerza al detenido y retuvieron por varias horas a cuatro detectives de la División Especializada en Investigación Criminal (Deic), de la Policía, a quienes golpearon y les robaron las pistolas calibre 9 milímetros, teléfonos celulares y sus pertenencias” (Prensa Libre 10/05/13). Otro grupo de comunitarios se presentó a la subestación de policía de Barillas, y al no obtener noticias de López la empezaron a apedrear; la policía respondió lanzando bombas lacrimógenas, lo que caldeó los ánimos al punto de que la sede policial fue destrozada e incendiada. Los agentes tuvieron que huir del pueblo para salvarse. Cinco personas resultaron heridas y varias intoxicadas.
El ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla afirmó que los captores de López Barrios eran agentes de la División Especializada en Investigaciones Criminales, que tenían una orden de captura girada por un juzgado por coacción, amenazas, atentado, instigación a delinquir y reuniones y manifestaciones ilícitas (Ibid.), y lo detuvieron cumpliendo con esa orden. Sin embargo el líder comunitario afirmó que nunca le fue enseñada la orden de captura y le dijeron “La empresa y el gobierno nos pagan y ahorita te vamos a matar” (Siglo XXI 10/05/13).
Mynor López Barrios declaró a los medios que al ser capturado fue golpeado y amenazado de muerte; sus familiares también fueron agredidos cuando inquirieron sobre su captura. En ningún momento fue mostrada orden de juzgado ni los supuestos agentes se identificaron como tales. Con una costilla quebrada y un hematoma en la pierna López declaró: “Quiero aclarar que yo no estoy huyendo. Me voy a entregar cuando me recupere de la golpiza que me dieron, pero quiero garantías y por eso lo voy a hacer con un abogado y frente a un juez, porque yo no maté a nadie y no soy un delincuente, solo soy un líder que lucha junto al pueblo. Están equivocados si creen que con mi captura o mi muerte la oposición a la hidroeléctrica se va a terminar, porque esta es una lucha de todos no de una persona ni de un líder…” (Siglo XXI 12/05/13).
Se inició un diálogo entre el gobierno y los pobladores de Santa Cruz Barillas y San Mateo Ixtatán, con la mediación del obispo Álvaro Ramazzini, pero la situación aún es incierta. La resistencia de la población contra la transnacional Hidralia Energía tiene un largo camino por delante. Este monstruo español, al igual que los antiguos conquistadores, pretende apropiarse de manera inconsulta y autoritaria de un bien histórico, material, económico y cultural como es el agua, fuente de vida. Por ello el PSOCA se solidariza con la población afectada por Hidralia Energía. Rechazamos la represión del gobierno, que abiertamente apoya a la nefasta transnacional.
¡RESPETO A LAS CONSULTAS POPULARES! ¡ALTO A LA REPRESIÓN!