Por Armando Tezucún
Después de casi un mes de movilizaciones, protestas y paros, los compañeros del magisterio lograron que el Congreso de la República aprobara una ampliación del presupuesto general de la nación por Q 1,500 millones, para que el gobierno cumpla con el pacto colectivo firmado con el gremio el año pasado. Este no fue el único motivo de protestas del sector, pues desde inicios de enero se dieron numerosos plantones y bloqueos por parte de maestros, padres de familia y alumnos exigiendo la recontratación de docentes que están en el renglón 021. El Ministerio de Educación inició la firma de contratos a mediados de mes, pero de forma extremadamente lenta, de modo que al momento hay escuelas que no cuentan con suficientes maestros, causando serios inconvenientes a todas las partes involucradas.
El punto culminante de los hechos más recientes fue el bloqueo masivo de vías públicas en 21 puntos, tanto en el interior como en la capital, el 30 de enero, para presionar a la sesión del Congreso en la que los diputados, con 118 votos a favor, aprobaron el decreto 3-2014 aprobando la ampliación. En los días previos, los dirigentes la Asamblea Nacional del Magisterio y el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala, encabezados por Joviel Acevedo, realizaron un intenso cabildeo con los diputados para conseguir votos favorables a la ampliación. Otro visitante del Congreso fue Luis Lara, dirigente del sindicato de trabajadores de la salud, que también demandaba aumento al presupuesto para que el gobierno cumpla con el pacto que firmó hace unos meses. Al final, de la ampliación de Q 1,500 millones, mil millones serán para educación y quinientos millones para salud. Entre las condiciones que los diputados pusieron para dar su voto a favor están que la ampliación no sea financiada con deuda, sino con recaudación fiscal, y que los fondos no se puedan trasladar a otros proyectos.
Los principales puntos demandados por los docentes, contemplados en el pacto colectivo son: Aumento salarial del 10 por ciento para todos los maestros del sector público; bonos extras para los docentes; recursos suficientes y a tiempo para cumplir con el programa de refacción (merienda) escolar en todo el país; entrega de la valija didáctica; cumplir con la distribución de los recursos para garantizar la gratuidad escolar; mantenimiento, mejoras y pago a tiempo de servicios básicos en los establecimientos educativos (información de Prensa Libre 30/01/14).
Todas estas demandas son justas y ventajosas para los trabajadores de la educación. Pero es cuestionable la forma como las dirigencias han logrado los acuerdos con el presidente y las autoridades ministeriales, condicionando los pactos al apoyo al gobierno y colocando a los compañeros trabajadores como vagón de cola de la administración burguesa. De esta manera estas dirigencias sindicales, asegurando sus puestos y privilegios, se limitan a las demandas de su sector y desvinculan a los trabajadores de las luchas de los otros sectores oprimidos del país.
En este punto discrepamos de la postura los compañeros del Sindicato Autónomo Magisterial Guatemalteco (SAMGUA), quienes se desligaron de las protestas aduciendo que quienes participaron en los bloqueos son “parte de los programas sociales del MIDES” y “pertenecen al Partido Patriota” (comunicado de SAMGUA colocado en su cuenta de facebook). El STEG y la ANM aún aglutinan a la mayor parte de las bases del magisterio y consideramos un error calificar de la misma manera a los dirigentes corruptos y a las bases que los siguen. La tarea de forjar un movimiento magisterial independiente, clasista y combativo pasa necesariamente por conquistar a las bases que aún siguen a Joviel Acevedo y su camarilla. Insultar a estas bases, aislarse de las luchas que están realizando y exigir al Ministerio que los sancione, sólo conducirá a la formación de una secta sindical sin ninguna influencia importante de masas.
El 3 de febrero compañeros maestros en 8 departamentos y en la capital tomaron las instalaciones de las direcciones departamentales de educación exigiendo la elaboración de un cronograma para la entrega de los fondos aprobados por el Congreso. El lunes 10 continuaban los bloqueos demandando la contratación de maestros en algunas escuelas.
Está por verse si el gobierno logrará la recaudación fiscal necesaria para cubrir los Q 1,500 millones. Reiteramos la propuesta de demandas unitarias que planteamos en El Socialista Centroamericano no. 169. Proponemos además que para financiar los servicios públicos de educación y salud se apruebe un impuesto directo sobre las ganancias de los bancos y empresas financieras. Este es el único sector que, a pesar de la crisis del capitalismo, año tras año reporta crecientes ganancias multimillonarias. Llamamos a los compañeros del magisterio y salud a que discutan democráticamente esta propuesta en el seno de sus organizaciones.