Por Armando Tezucún
A dos días de que fue anunciada su victoria en la segunda vuelta electoral, Jimmy Morales declaró que solicitará un presupuesto gubernamental para el próximo año de Q 69 mil millones, y que su futuro gobierno se adecuará a eso. Esto a pesar de que la propuesta presentada en septiembre por el gobierno de Otto Pérez Molina ascendía a Q 72 mil millones.
Las primeras declaraciones de Morales sobre el tema fueron imprecisas e indefinidas, algo que ya se ha vuelto característico en él y en la gente que le rodea. El 27 de octubre el equipo económico del FCN-Nación se sumó a las discusiones sobre el presupuesto 2016 que lleva a cabo la Comisión de Finanzas del Congreso junto con la mesa técnica creada para este propósito. El equipo del FCN, encabezado por José Ramón Lam, adelantó que buscará que el presupuesto 2016 no tenga controles, es decir los “candados” que se colocan a ciertos rubros para evitar transferencias presupuestarias de unos ministerios e instituciones a otros, y garantizar los recursos, en especial a educación, salud y desarrollo social. Estos candados también tienen el propósito de evitar focos de corrupción, y la propuesta del FCN sin duda sería un incentivo para continuar con la corrupción estatal.
La participación del FCN-Nación en la discusión del presupuesto estatal resultó sumamente accidentada. El Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos cuestionó a Lam, pues en 2014 fue expulsado de esa entidad por haber plagiado cuatro investigaciones académicas. Después unos días de defender obstinadamente a Lam, Morales finalmente lo separó de su cargo, colocando en su lugar a José Ramírez Crespín al frente del equipo económico del FCN.
Finalmente, el 6 de noviembre el FCN presentó su propuesta a la Comisión de Finanzas, con un techo presupuestario de Q 69 mil 923 millones. Las prioridades serán las áreas de salud, educación, desarrollo económico y seguridad, teniendo como base la tolerancia cero a la corrupción. El FCN propone reducir gastos en áreas como compra de insumos, bajar gastos en servicios no personales, en viáticos, arrendamiento de edificios y locales, de máquinas y equipos de oficina, etc. Sin embargo no se detalle en qué ministerio ni en qué rubros se harán estos ahorros. Además se recortará el techo presupuestario a varios ministerios, como Gobernación y Comunicaciones. En el caso de esta última dependencia, la propuesta es que la obra pública se haga mediante alianzas público-privadas, aunque no especifica si esto implica el cobro de peaje por parte de empresas en el caso de las carreteras y caminos.
La presentación que hizo el equipo económico del FCN fue otra muestra de falta de seriedad e improvisación, y mereció de inmediato las críticas de los diputados presentes, pues se les pidió un detalle del cálculo mediante el cual reducirían el presupuesto en Q 2,506 millones, y no lo tenían. El equipo del FCN-Nación tampoco ha tenido contacto con los funcionarios de los ministerios cuyo presupuesto planea incrementar, ni con los de aquellos que sufrirán recortes, y por tanto no conoce a fondo sus necesidades y problemáticas.
Ante las duras críticas recibidas, el 10 de noviembre el FCN decidió retirarse de la discusión del presupuesto, esperando que “aprueben el Presupuesto del próximo año, tal como lo demandan las necesidades actuales del país” (Prensa Libre 11/ 11/ 15).
A pesar del desplante de Morales y el FCN, la Comisión de Finanzas tomó en cuenta algunas de sus propuestas, como la reducción de rubros, fijando un monto total de Q 70,600 millones. Sin embargo, la propuesta solo contempla techos en algunos rubros, dejando las manos libres al equipo de finanzas del próximo gobierno para que haga la distribución final, dada la poca claridad de la propuesta planteada por el FCN. Esto implica o que hay acuerdos entre los diputados de la Comisión y el FCN para dar un cheque en blanco a Jimmy Morales, o que es una maniobra para que no sea aprobado por el Congreso y quede el mismo presupuesto 2015, que no tiene candados, tiene un monto mayor y contempla bonos y préstamos.
La realidad es que el proyecto de presupuesto, reducido en Q 2 mil millones, es uno para un Estado cada vez más débil y limitado. Las promesas de campaña con las que Morales se llenó la boca son imposibles de cumplir con un presupuesto recortado de esa manera. La reducción del gasto público que contempla seguramente tendrá un impacto en la economía del país. Las perspectivas económicas para 2016 no auguran un crecimiento significativo, por lo que la crisis fiscal probablemente continúe, y el FCN no tiene una propuesta concreta para fortalecer la recaudación ni a la Superintendencia de Administración Tributaria.
Ante las maniobras del FCN y los diputados de la Comisión de Finanzas, y la irresponsable falta de seriedad de las propuestas de Jimmy Morales, reclamamos un presupuesto que satisfaga las necesidades de la población en materia de salud, educación, vivienda, trabajo y seguridad. Estas áreas deben ser financiadas mediante impuestos a las ganancias de las grandes corporaciones de la oligarquía, y la ejecución del gasto debe ser fiscalizado por las organizaciones indígenas, campesinas, sindicales y populares.