Por Armando Tezucún
Después de casi cuatro meses de tenaz lucha, los compañeros médicos que trabajan para el Ministerio de Salud lograron la aprobación del incremento salarial que demandaban para el próximo año. Las acciones incluyeron marchas, plantones frente al Congreso o la Presidencia de la República, y principalmente la suspensión parcial de los servicios de consulta externa, que inició el 13 de agosto. La demanda final de los galenos representaba un aumento de Q 601 millones para el presupuesto 2019 de la cartera de salud.
Cuando a inicios de noviembre los diputados del Congreso de la República empezaron la discusión del presupuesto de ingresos y egresos del Estado para 2019, las acciones se centraron en la presión a los diputados, y el día 5 fue instalado un plantón permanente frente al Congreso, donde se empezó a dar atención primaria en salud a la población que lo requiriera.
El 19 de noviembre el Congreso aprobó el presupuesto 2019 en tercer debate, quedando pendiente su discusión por artículos y redacción final. Dado que ese día no se incluyó el aumento presupuestario a salud, se decidió plantear una enmienda consensuada entre representantes de los médicos, diputados y autoridades de los Ministerios de Salud y Finanzas, en una mesa técnica, que decidió recortes a cinco ministerios y otras dependencias, para cubrir parte del incremento salarial. La mesa también acordó implementar una reclasificación de puestos según la especialidad y experiencia de los médicos, con el fin de realizar el incremento salarial de forma ordenada.
Finalmente, el 27 de noviembre los diputados aprobaron el presupuesto 2019, por un monto total de Q 87,715,064 millones. Entre las enmiendas aprobadas quedó el incremento a la asignación presupuestaria de salud por Q 351 millones, destinado al aumento salarial a los médicos, y una readecuación de Q 250 millones para completar los Q 601 millones demandados por los compañeros; además se aprobó la reorientación de Q 460 millones para cumplir con el aumento salarial negociado por las autoridades del Ministerio con el mayoritario Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala (SNTSG).
El día 19, el Frente Nacional de Lucha (FNL), al que está afiliado el SNTSG, realizó una manifestación en las afueras del Palacio Legislativo, para demandar que las negociaciones sobre aumentos salariales entre los Ministerios de Salud y Finanzas beneficien no únicamente a los médicos, sino a todos los trabajadores de salud, y que se diera prioridad al pacto firmado con ellos. Es en extremo lamentable la actitud que asumieron los compañeros del FNL, pues en vez de buscar la unidad en acción con los médicos, que enfrentan al mismo patrono que los trabajadores afiliados al SNTSG, para presionar de forma más contundente, lo que hicieron fue lloriquear con el berrinche de que “¿por qué a ellos sí y a nosotros no?”. Los compañeros de base del sindicato de trabajadores de la salud deben en el futuro abrir los ojos y exigir a sus dirigentes que abandonen actitudes sectarias como esa y busquen la unidad con todos los que laboran para el Ministerio de Salud, sean médicos o los sindicatos minoritarios. De todos modos, las autoridades del Ministerio, como ya dijimos, lograron la aprobación de Q 460 millones para el incremento salarial demandado por el SNTSG.
Para caldear más las cosas, el 20 de noviembre, el sindicato mayoritario de educación, Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), salió en manifestación hacia el Congreso para exigir la ampliación presupuestaria al Ministerio de Educación, para que cumpla con lo estipulado en el Pacto Colectivo firmado con el gobierno en febrero. El FNL y el STEG hacen parte del Movimiento POVRES, desde el que coordinan acciones.
Luego de reunirse con la mesa técnica del presupuesto, la dirigencia del STEG logró que se entregue a cada docente un bono de Q 2,500 antes de que finalice el año, y el ministro de Finanzas les explicó que en el proyecto de presupuesto 2019 ya está incluido un aporte de Q 1,600 millones para cumplir con las obligaciones contraídas en el pacto colectivo firmado este año.
Durante dos días, de forma excepcional, coincidieron frente al Congreso representantes de los principales sectores de trabajadores estatales, salud y educación, que de hecho, debido a la profunda crisis financiera del Estado, es el segmento de trabajadores asalariados que más luchas ha protagonizado en las últimas décadas en Guatemala. Es deplorable que debido a la ceguera sectaria de los dirigentes del FNL y del STEG se haya desaprovechado la oportunidad de hacer un poderoso frente común, que podría haber incluido a los trabajadores y estudiantes de la Universidad de San Carlos, que también negociaban incremento presupuestario.