Por Ricardo Patzán
La protesta política más importante hasta el momento del año 2021 se dio el jueves 18 de febrero, cuando el Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) convocó a sus integrantes a una marcha en Centro Histórico de la ciudad capital. Ese día varios miles de manifestantes, en su gran mayoría indígenas y campesinos procedentes del interior del país, partieron de cuatro puntos para converger en la Plaza de la Constitución.
La protesta fue directamente contra el gobierno: “Este gobierno en su primer año ha demostrado un total fracaso, negligencia, incapacidad e indiferencia ante la violencia, la desnutrición y el empobrecimiento del que ha sido víctima la población guatemalteca”, según palabras de Elizabeth Florián, coordinadora de CODECA urbana (Prensa Libre 17/02/2021). Se demandó la renuncia del presidente Alejandro Giammattei y de la Fiscal General María Consuelo Porras.
La manifestación pasó frente al edificio del Congreso de la República, donde fue entregado a la diputada Vicenta Jerónimo, del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), un proyecto de ley para la recuperación de los bienes y servicios privatizados por los gobiernos neoliberales desde 1986, especialmente la energía eléctrica y las comunicaciones.
Al pasar por el Ministerio Público, los manifestantes presentaron sus demandas, rechazando la criminalización de su lucha y el asesinato de varios de sus líderes, exigiendo que se agilicen las investigaciones. Aquí les recibieron el secretario contra la corrupción y el titular de la Fiscalía Especial Contra la Corrupción. Además, visitaron el Tribunal Supremo Electoral, donde denunciaron fraude en las elecciones generales de 2019, solicitando que los próximos procesos sean transparentes. CODECA también rechazó la corrupción, demandó la depuración del Congreso y como punto central demandó la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente Popular Plurinacional. Entre los oradores se destacó Thelma Cabrera, candidata del MLP, brazo político de CODECA, en las elecciones de 2019.
La acción de CODECA despertó simpatías entre elementos progresistas y de izquierda. Ciertamente este movimiento campesino e indígena representa un sector de avanzada en las luchas populares y muchas de sus consignas son absolutamente válidas; nuestro partido comparte, entre otras, la demanda de nacionalizar los servicios esenciales que fueron privatizados por los gobiernos neoliberales, y la consigna de una Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional, que centralice todas las aspiraciones democráticas y sociales del pueblo guatemalteco.
Pero cabe preguntar por qué este importante movimiento no estuvo presente en las movilizaciones urbanas que se dieron en noviembre y diciembre pasados. Algunos simpatizantes de CODECA han descalificado estas protestas como organizadas por el empresariado organizado en el CACIF. Ciertamente, al mismo tiempo se dio un conflicto de intereses entre grupos de la burguesía en torno al presupuesto 2021, que fue prontamente arreglado; y algunos personajes de la farándula ligados al empresariado llamaron a manifestar en las plazas. Pero el 21 de noviembre alrededor de 10 mil personas expresaron su descontento en las plazas de las principales ciudades; este es un sector urbano nada despreciable que salió a expresar su descontento exigiendo la mejora del sistema democrático, y CODECA, como expresión social, pudo haber acompañado las acciones en las calles profundizando su contenido con demandas de contenido social, imprimiendo una dinámica de radicalización. No haberlo hecho no hace pensar en una falta de una visión unitaria de parte de sus dirigentes, que impide aglutinar sectores sociales tras un programa de lucha progresista y democrático.
En realidad, CODECA no tiene un proyecto anticapitalista. El punto 9 del programa del MLP dice: “El MLP propone la democratización del capitalismo local mediante un impulso sistemático a la micro, pequeña, mediana y gran empresa no-oligárquica, la igualdad de oportunidades, el estímulo de la libre competencia y el estricto control de monopolios. Asimismo, propone formas alternativas de productividad, como el cooperativismo productivo y otras formas comunitarias de economía cooperativa”. Este punto de vista está a un paso de considerar válidas las alianzas con burguesías “democráticas” o “progresistas” y sus partidos políticos, como ya admiten otros partidos de izquierda reformista.
Las compañeras y compañeros de CODECA representan un importante sector del campesinado indígena. Les invitamos fraternalmente a considerar una política mas abierta hacia las capas medias ladinas urbanas, y a discutir una nueva perspectiva programática que enmarque las reivindicaciones del pequeño empresariado empobrecido rural y urbano en un proyecto anticapitalista que conduzca a la construcción del socialismo.