Por Victoriano Sánchez

Nicaragua ha sido un tradicional exportador de frijol, que es producido por decenas de miles de pequeños productores, la mayoría de ellos campesinos muy pobres, incluso con bajo rendimiento de producción por manzana (10 o 12 quintales).

Recientemente, debido a los altos precios de los productos alimenticios, es que grandes grupo económicos comienzan a incidir no tanto en la producción de frijoles, sino en su comercialización.

Estos grandes intermediarios son en realidad grandes especuladores que inciden en los precios del vital grano.

La crisis del 2011

En septiembre del 2010, el gobierno sandinista impuso barreras no arancelarias a la exportación de frijoles, argumentando primero problemas fitosanitarios y posteriormente a la necesidad de blindar al país ante la inminente crisis alimentaria. Se manejaron varios argumentos: desde la escasez por la excesiva exportación, hasta la mala cosecha, etc. El trasfondo de la verdadera medida de restricción de la exportación de frijoles no quedó claro.

Según Cetrex, el 50% de las exportaciones de frijoles están en manos de tres grandes comerciantes: Douglas Mendoza, Dagoberto Martínez y José Adán Aróstegui.

Altos precios en los mercados

Y aquí es donde las leyes del mercado son de acero inoxidable. Los precios pueden subir artificialmente por la especulación de los grupos intermediarios, que son los que se quedan con grandes ganancias, pero también los precios deben reflejar de manera razonable los costos de producción del pequeño campesino, de lo contrario este terminará arruinado. Esta contradicción no tiene una solución artificial: si el campesino no tiene una razonable margen de utilidad, no solo no puede sostener a su familia, sino que termina endeudado con los bancos y micro financieras usureras, con efectos negativos en la producción de alimentos.

Tranques en Condega

En este nebuloso contexto, el pasado 7 de agosto se produjo un tranque o bloqueo de carretera, ocasionado por delegados de 1,200 los productores de frijoles en el departamento de Estelí, una zona influenciada por el FSLN.

La petición de los productores era muy sencilla: La Empresa Nacional de Granos Básicos (ENABAS) está comprando el quintal de frijoles a un precio que oscila entre 650 y 800 córdobas, mientras en el mercado nacional se vende, según la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN) a 1,600 córdobas el quintal. Es una diferencia de casi el 50% del precio real.

Según CETREX, el precio del kilogramo (2,2 libras) en el mercado internacional es de 1,7 dólares (el quintal a 1854 córdobas). Otra de las reivindicaciones era que, si ENABAS no ofertaba un mayor precio, se liberaran las fronteras para vender el frijol en El Salvador.

Es obvio que ENABAS y un sector comerciante se están quedando con un gran margen de ganancias, a costa de los campesinos. Al parecer, el gobierno sandinista subsidia los planes de asistencia alimentaria a los sectores más pobres, castigando a los campesinos con bajos precios. Les quita a unos pobres para darle a otros pobres.

Acuerdos fueron violentados

Después de tensas negociaciones, los dirigentes campesinos firmaron un acuerdo parcial, con Ariel Bucardo, titular del Ministerio Agropecuario y Foresta (MAGFOR). Como garantes firmaron Jairo Arce y Francisco Valenzuela, alcaldes de Condega y Estelí, Lesther Martínez delegado presidencial para el departamento y el comisionado Mayor Sergio Cáceres, jefe de la Policía de Estelí.

La petición de suspensión del IVA a las exportaciones fue concedida, pero la principal petición de un precio de 1200 córdobas por quintal de frijol no fue otorgada, aunque se comprometió a subir un poco el precio de compra.

Estalla nuevamente el conflicto

Los productores volvieron a tomarse la carretera panamericana, debido a que ENABAS continuo comprando fríjoles al precio de 650 córdobas el quintal de frijol. Pero esta vez si estalló la violencia, se produjeron enfrentamientos contra la Policía, con saldos de heridos, golpeados y sus dirigentes encarcelados y actualmente están siendo procesados penalmente.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) exigimos la libertad inmediata de los dirigentes campesinos encarcelados por protestar por los bajos precios que impone ENABAS. El problema de precios no se resuelve artificialmente. Los campesinos necesitan un mejor precio para vender sus cosechas, y los trabajadores debe tener mejores salarios para comprar los granos básicos. El gobierno sandinista debe garantizar un equilibrio de precios entre los campesinos y los trabajadores de las ciudades.

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