Por Armando Tezucún
La implementación de nueva política migratoria de la administración Biden marcha a pasos acelerados. Un elemento clave es la participación de un aliado esencial del imperialismo estadounidense, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Este camaleónico personaje no tuvo problemas con inclinarse servilmente ante el expresidente Donald Trump para ser cómplice de la criminal política anti-inmigrantes aplicada durante el anterior gobierno gringo, creando incluso la odiada Guardia Nacional para reprimir a los trabajadores migrantes centroamericanos de paso por México hacia EE. UU.; ahora no tiene problemas con colaborar en el desarrollo de una política totalmente contraria, mostrando su disponibilidad para servir sin discusión al amo del norte, sea quien sea el que esté en el gobierno.
Durante una reunión virtual sostenida con la vicepresidenta Kamala Harris, López Obrador no tuvo empacho en afirmar “Ahora son mucho mejores. Nos vamos a seguir entendiendo, tenemos muchas cosas en común y estamos de acuerdo con la política que ustedes están emprendiendo en materia migratoria. Nosotros vamos a ayudar, pueden contar con nosotros” (El País 07/05/2021), haciendo borrón y cuenta nueva de su colaboración con Trump y sus medidas represivas, por la que tendrá que rendir cuentas ante los pueblos centroamericano y mexicano.
Alejandro Giammattei se reúne con el presidente mexicano
El 3 y 4 de mayo el mandatario guatemalteco realizó una visita oficial a México para reunirse con representantes del gobierno de ese país, principalmente con el presidente López Obrador. Esto en el marco de las respuestas a la problemática migratoria, tema que preocupa enormemente al gobierno estadounidense, y para cuya solución se ha propuesto involucrar a los gobiernos del Triángulo Norte y a su aliado mexicano. La vicepresidenta gringa Harris, delegada por Biden para hacerse cargo del problema, está espoleando a sus peones del área para encontrar soluciones. Uno de los principales acuerdos fue la implementación en Guatemala de programas que ha puesto en marcha el gobierno mexicano para desincentivar la migración hacia el norte, proveyendo fuentes de ingreso en las regiones más pobres para mejorar la situación socioeconómica de la población. Los cancilleres guatemalteco (Pedro Brolo) y mexicano (Marcelo Ebrard) firmaron una Carta de Intención en materia de cooperación bilateral que “permitirá que Guatemala y México pongan en marcha diversos proyectos de cooperación y programas sociales para contrarrestar las causas que generan la pobreza y la migración…” (La Hora, 04/05/2021).
Los programas que se implementarán
Uno de estos programas se llama “Jóvenes Construyendo el Futuro”. Este es un proyecto que en México apoya a más de 330 mil aprendices con 4,310 pesos mexicanos mensuales (unos US$ 215 o Q 1,659) para que hagan pasantías en las empresas; involucra a jóvenes entre 18 y 29 años que no estudian ni trabajan, vinculándoles con empresas y negocios donde desarrollan hábitos laborales y competencias técnicas para futuros empleos. Este tipo de políticas ya se ha implementado en Guatemala, y los trabajadores y organizaciones sindicales deben estar vigilantes, pues se prestan para crear empleos precarios, con sueldos abajo del mínimo; esto casa a la perfección con el reclamo de la burguesía guatemalteca de aprobar la reglamentación del Convenio 175 de la Organización Internacional del Trabajo, que permitiría a los empresarios crear empleos a tiempo parcial con bajos sueldos y sin las prestaciones de ley.
El otro programa se llama Sembrando Vida. En México emplea a más de 450 mil campesinos para sembrar mil millones de árboles frutales y maderables en 1 millón de hectáreas, con una inversión de US$ 1,400 millones. Los beneficiarios deben poseer propiedades de 2.5 hectáreas disponibles para el proyecto y reciben apoyo técnico e insumos para sembrar milpa intercalada entre árboles frutales y maderables; el programa otorga 5 mil pesos mexicanos mensuales a los beneficiarios (US$ 250 o Q 1,960). Según el Instituto de Recursos Mundiales, este programa no tiene como objetivo la restauración forestal ni la reforestación, sino que es una estrategia de productividad destinada a áreas en pobreza para reactivar la economía local. Más bien tuvo un impacto negativo en las coberturas forestales y el cumplimiento de las metas de mitigación de carbono de México durante su primer año de implementación, pudiendo haber incentivado una pérdida de coberturas forestales de 72,830 hectáreas en 2019. Se ha alertado que hay campesinos que deforestan sus tierras para inscribirlas en el programa (BBC News Mundo 23/04/2021). Este programa ya se está implementando en Honduras y El Salvador, y López Obrador propuso a Biden que Washington apoye su ampliación en el sureste de México y en Centroamérica “para sembrar 3 mil millones de árboles y generar 1.2 millones de empleos (Prensa Libre 05/05/2021).
Kamala Harris se reunió virtualmente con grupos de la sociedad civil
Como parte de su campaña en pro de la nueva política migratoria de la administración Biden, la vicepresidenta de Estados Unidos sostuvo una reunión virtual con varias asociaciones y ongs guatemaltecas el pasado 27 de abril. Al parecer estuvieron presentes las mismas asociaciones que se reunieron a inicios de abril con el enviado especial Ricardo Zúñiga; entre otras, la Embajada de Estados Unidos mencionó: la Asociación para Investigación y Estudios Sociales (Asies), Acción Ciudadana, Fundación Libertad y Desarrollo, la empresarial Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), Unidad de Protección a Defensores de Derechos Humanos de Guatemala (Udefegua), Plataforma de Mujeres Indígenas, Justicia Ya, Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (Iepades) y el Movimiento Cívico Nacional.
Este encuentro se dio en el marco de la nueva orientación de la cooperación del gobierno estadounidense, según la cual, en virtud de la desconfianza hacia los gobiernos del Triángulo Norte por la corrupción y la mala administración imperantes, los fondos de asistencia serán canalizados a través de asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales, además de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), del propio gobierno gringo.
El discurso de Harris se centró en que ahora su gobierno pondrá a la población guatemalteca en el centro de las soluciones al problema migratorio, y por ello se reúne con “líderes comunitarios”, que en realidad no lo son; si nos atenemos al listado de organizaciones presentes, en su mayoría son ongs financiadas por la cooperación europea o estadounidense, dirigidas por técnicos, profesionales, empresarios o políticos.
Entre otras cosas, dijo: “...estamos construyendo una estrategia integral que incluye dirigentes empresariales, dirigentes de fundaciones y dirigentes comunitarios como ustedes. Estoy convencida de que ustedes son las voces vitales de esta región” (Prensa Libre 29/04/2021). E insistió: “...la razón por la cual quería estar con ustedes y escucharles es: ustedes conocen a las personas detrás de estos números...conocen sus historias...sus luchas…y creo que pueden ayudarme a identificar cuáles comunidades tienen más necesidad de apoyo...ustedes también pueden ayudarnos a entender cuáles áreas geográficas tienen más necesidad de ayuda...Y me encantaría conocer sus opiniones sobre...cuáles políticas estadounidenses...han funcionado y cuáles no en el pasado…” (Prensa Libre ídem).
Los medios no informaron sobre las repuestas de los presentes, pero la vicepresidenta dijo que se reunirá presencialmente con ellos durante su próxima visita en junio.
...Y con el presidente Giammattei
El día anterior, 26 de abril, la vicepresidenta estadounidense se reunió de forma virtual con el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei. Harris ratificó el interés de su gobierno en trabajar junto al mandatario chapín para abordar las causas de la migración ilegal a Estados Unidos, dando una “esperanza” a la población, “habrá una oportunidad para ellos si se quedan en casa”; dijo que “EE. UU. planea aumentar la ayuda en la región y fortalecer la cooperación para gestionar una migración de manera efectiva, segura y humana” (Prensa Libre 27/04/2021).
Durante este encuentro Harris anunció una ayuda adicional para los países del Triángulo Norte por US$ 310 millones. De ellos, US$ 255 millones será para ayuda humanitaria, desglosados en asistencia alimentaria de emergencia, protección de refugiados y solicitantes de asilo y servicios de salud y educación; el resto se destinará a fortalecer el sector agrícola, alfabetización y alimentación infantil.
La solución la tiene el pueblo trabajador
La nueva política migratoria del imperialismo gringo está destinada al fracaso. Básicamente porque la administración Biden, igual que la de Trump, no está dispuesta a atacar los problemas de fondo, que son las condiciones de miseria resultado un capitalismo deformado que beneficia únicamente a la oligarquía local y a las multinacionales. Al contrario, el gobierno gringo jamás romperá con estos mismos empresarios que sistemáticamente insisten en pagar salarios de hambre, no crean empleos porque solo invierten en sectores que les son rentables, se han negado por décadas a pagar impuestos creando Estados débiles y se oponen a la aprobación de leyes que brinden protección social al pueblo.
Es el pueblo trabajador centroamericano organizado el deberá enfrentar a los explotadores locales y extranjero, aglutinándose tras un programa democrático radical que garantice los urgentes cambios económicos y sociales que beneficien a los explotados y oprimidos.