Por Marcos Galicia
Mi testimonio después de presenciar algunas sesiones en las comisiones de postulación
Retrasos malintencionados, irregularidades y la presencia de personajes relacionados con la corrupción en el país han sido constantes durante el proceso de elección de magistrados y magistradas para la Corte Suprema de Justicia y Corte de Apelaciones en el país. Proceso que busca elegir a las más altas magistraturas del sistema judicial del país, pero en el cual pude observar retrasos malintencionados que buscan parcializar el proceso de elección a favor de postulantes no idóneos que además buscan evitar que las sesiones sean públicas y transparentes.
Asi mismo pude observar cómo la gran mayoría (si no es que todos) de los representantes del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala -CANG- lucharon para obstaculizar el acceso a la prensa y a observadores de sociedad civil nacionales e internacionales. Dentro de sus maniobras lograron diseñar instrumentos de elección que benefician a candidatas y candidatos vinculados a casos de corrupción y que han sido señalados internacionalmente por ser actores corruptos y antidemocráticos por la Lista Engel o la Ley Magnistky.
Observé cómo se atrasó el proceso durante tres semanas solamente para discutir la sede en donde se reunirían las comisiones de postulación. Los personajes vinculados a la corrupción buscaban que la sede fuera en instalaciones del Organismo Judicial, con excusas como la distancia, disgustos con la alimentación y “la seguridad” del recinto. El OJ está cooptado por la corrupción, era evidente que ahí tendrían mayor margen de maniobra al estar en su terreno y así limitar la participación de prensa y observadores.
Finalmente, estos oscuros personajes no lograron su objetivo y la sede para las comisiones sigue siendo la Universidad Rafael Landívar, una lucha a pulso ganada a favor de las masas empobrecidas que buscan el acceso a la justicia y un golpe a las mafias que se enriquecen a costa del Estado con el consentimiento de las élites y la oligarquía nacional.
¿Por qué es importante participar en este proceso?
Recientemente el gobierno del partido Semilla a través de la Superintendencia de Administración Tributaria -SAT- hizo una denuncia pública por el caso denominado “B410” en la que se demuestra una millonaria defraudación tributaria que involucra al gobierno anterior y al expresidente Alejandro Giammattei. Claramente, mientras Consuelo Porras (sancionada en más de 40 países por corrupta y antidemocrática) siga al mando del Ministerio Público, no habrá justicia, pero sí habrá impunidad para quienes conforman esta estructura criminal que llegó a ser más grande que el caso “La Línea” presentada por la extinta Comisión contra la Impunidad en Guatemala -CICIG-.
Las mafias del país buscan garantizarse impunidad y perpetuarse en el poder. Si no se eligen candidatos/as idóneos, perderemos una oportunidad que se repite cada 5 años. Aunque en los últimos años no se respetó ese periodo constitucional. ¿Cómo podemos participar? Podemos llegar como observadores/as a las comisiones de postulación y presentar objeciones a candidatos no idóneos como Luis Fernando Cordón Lucero, actual secretario general de la USAC y cercano aliado del rector de facto, Walter Mazariegos Biolis.
Es urgente garantizar que la justicia en el país sea independiente. El Congreso de la República también forma parte de la ecuación, así que será necesario estar vigilantes al proceso y actuar en el momento en el que los corruptos quieran salirse con la suya y robar nuestra esperanza de una Guatemala diferente.
Espiritualidades democráticas y Estado laico
Nuevamente he sido testigo de cómo los personajes asociados a la corrupción instrumentalizan el discurso religioso para limpiar su imagen y ganar simpatía entre la población creyente en el país -mayoritariamente cristiana-. Pero también he atestiguado cómo el sector interreligioso y las conferencias de distintas denominaciones religiosas han realizado un gran esfuerzo para vigilar el proceso e informar a la población de lo que ocurre desde adentro de las comisiones de postulación.
El actual proceso de elección es largo, difícil de entender y amañado desde su creación dentro de este sistema neoliberal. Lo correcto, para evitar la recurrente manipulación que a través de los años se ha dado en las comisiones de postulación, es que los/as magistrados sean electos mediante el voto popular y directo, así como se eligió al Presidente y a la Vicepresidenta. ¿Usted qué opina?