Por Leonardo Ixim

La situación de Semilla tiene como telón de fondo los intentos de las mafias del poder, quienes mantienen el control del Estado, a excepción formalmente del Organismo Ejecutivo – porque dentro de este existen camarillas ligadas a estas mafias –, siendo un bloque conservador y contrarrevolucionario en el poder. Estos, por medio de artimañas legales, un verdadero Lefware, han logrado suprimir la ficha legal al partido de gobierno.

Esta acción, coordinada por Consuelo Porras al frente del Ministerio Publico (MP), Rafael Curruchiche de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), por medio del juez penal Fredy Orellana, obligó al Registro de Ciudadanos adscrito ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), bajo el falaz argumento y el uso de tipos penales aplicados a la delincuencia organizada, usados para perseguir opositores políticos y a este partido.

Esto obligó a las y los diputados electos por este partido a convertirse en independientes y con ello, que no pudieran asumir cargos en las comisiones de trabajo ordinarias y extraordinarias, así como en la Junta Directiva (JD) del Congreso de la República, obligando al oficialismo a realizar alianzas con bancadas provenientes de este mismo bloque conservador, que se desligaron de la parte más extremista, como quienes  han dirigido la actual JD en la X legislatura,  junto a otros congresistas en la llanura la cual hemos denominado la alianza gris, quienes votan a conveniencia, aunque han logrado cierta gobernabilidad al oficialismo.

Es importante anotar que todas las bancadas, aun las más recalcitrantes ligadas al bloque conservador, han tenido fisuras, y algunos diputados de estos como de VAMOS, Valor o la UNE, han apoyado iniciativas oficialistas y son parte de esta alianza gris. En algunos, casos como hemos ya mencionado en otros artículos, se ha llegado a rupturas y a declararse independentes.

El origen de Semilla y el intento de aglutinar a expresiones de la socialdemocracia

Semilla tiene su origen en una serie de grupos que aparecieron al calor de las movilizaciones contra la corrupción que derribaron al gobierno del extinto Partido Patriota. Estos grupos estaban conformados por jóvenes universitarios junto a académicos y algunos liderazgos provenientes de lo que se denominó izquierda democrática – en su momento aglutinados en iniciativas como Encuentro por Guatemala o Frente Político Social de Izquierda -  que se diferenciaba de la izquierda insurgente que firma la paz con el Estado en 1996, aglutinada en la Unidad Revolucionaria Guatemalteca (URNG). 

De igual forma, se nutrió de algunos integrantes de la Unidad Nacional de la Esperanza, que a su vez fue una escisión de esta izquierda ex guerrillera, allá en los inicios del siglo, tras fragmentarse la Alianza Nueva Nación (ANN), el único intento serio de convertirse en gobierno de parte de la izquierda y que disputó las elecciones 1999, conformándose en la tercera fuerza electoral en votos para la elección presidencial y a nivel del Congreso de la Republica.

Como es sabido, la UNE llega al gobierno en 2007, bajo el liderazgo de Álvaro Colom, quien fungió como presidente, hoy ya fallecido, y su esposa en ese entonces Sandra Torres, quien se convirtió en el poder tras bambalinas, esta fue varias veces candidata y disputó las elecciones a Arévalo en 2023, sin querer reconocer el triunfo de Semilla. Dentro del gobierno de Colom, el actual ministro de gobernación, Francisco Jiménez, también ejerció ese cargo, siendo entonces otro origen de varios de los cuadros del actual gobierno.

La UNE a su vez, que en un primer momento se nutrió de cuadros procedentes de la izquierda, pero en los últimos años giró cada vez más hasta convertirse en un partido clientelar de derecha, al grado que en la contienda contra Semilla en 2023 se apropió de un discurso conservador socialmente y contó con el apoyo de núcleos del poder económico que no apoyaron a Semilla, otro sector de la oligarquía si mantiene buenas relaciones con este. El poder económico concentrado siempre vio con recelo a Torres porque representa a sectores emergentes de la burguesía, pero tras la segunda vuelta electoral 2023 los capitales más conservadores de la oligarquía y de sectores ligados a iglesias evangélicas se tragaron sus sapos y se pusieron la camisa a favor de ella.

Durante el gobierno de Arévalo y Karin Herrera, la UNE se ha sumado a las acciones  de la derecha conservadora, movilizando a algunos sectores populares ligados a este partido por lazos de clientelismo, como son los vendedores mayoristas del principal mercado de abasto de la capital, conocido como La Terminal, señalados de acaparar productos de primera necesidad para aumentar los precios y con el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG). Este, pese a tener una serie de reivindicaciones económicas justas para los maestros del sistema de educación, ha habido un estancamiento de las negociaciones del Pacto Colectivo con el Ministerio de Educación, porque el principal líder de este sindicato, Joviel Acevedo, busca influir de forma burocrática como lo ha hecho en anteriores gobiernos de derecha a cambio de respaldo político, en decisiones al interior de esta cartera. Ante esto el gobierno de Semilla ha respondido con acciones legales anti sindicales peligrosas para los derechos laborales, al unísono de posturas de las cámaras empresariales opuestas a estas libertades democráticas.

Volviendo al tema, también se tiene al partido Voluntad, Oportunidad y Solidaridad (VOS), conformado por los actores provenientes de la izquierda que nutrieron la UNE en sus inicios; en 2019 se separan, desconociendo a Torres y conformando VOS. Para las elecciones de 2023 este se mostraba con posibilidad de disputar el segundo lugar con su candidato Manuel Villacorta, pero una serie de errores comunicacionales y vinculaciones con figuras detestables de la política burguesa, catapultó a Semilla. Al final, VOS logró cuatro diputados, pero, como se planteó en un artículo anterior, una diputada electa para esta bancada, Karin Paz, conformó la JD del Congreso el primer año de la actual legislatura, se separa de este partido quedando con tres diputados: Jairo Flores, José Chic y Orlando Blanco. 

El accionar político de VOS en el primer año de la actual legislatura fue de respaldo al oficialismo como parte la directiva del Congreso con Paz,  pero posteriormente hubo un conflicto por el control de esta agrupación, donde Paz apostaba a seguir siendo parte de la alianza gris y miembro de la JD, mientras que los otros tres electos  asumieron una línea supuestamente independiente y aunque Chic, quien viene del movimiento campesino ha mantenido una fiscalización honesta y de respaldo a denuncias de organizaciones campesinas e indígenas, su bancada se ha sumado a las acciones de la derecha.

La crisis de Semilla y la situación de la izquierda en Guatemala

Con respecto a Semilla, esa conformación variopinta ya señalada ha hecho mella, a lo que se suma la persecución política-legal y la imposibilidad de mantener la ficha legal por las acciones de Porras y Curruchiche. 

Por otro lado, tanto Semilla como el recién creado comité pro formación Raíces, son estructuras puramente electorales, alejadas del movimiento social. Pese a que en recién asumido el gobierno de Arévalo este buscó acercarse el movimiento campesino por medio de una mesa institucional de resolución de la conflictividad agraria, que poco ha hecho para reducir la persecución contra las comunidades agrarias, amenazadas por el sistema de justicia al servicio de los terratenientes; tal situación le ha generado a Semilla poco apoyo en este sector social. Otra movida fue nombrar a gobernadores departamentales provenientes de la sociedad civil, sin embargo, lo más que ha logrado es mantener cierto diálogo con las organizaciones sociales que propusieron.

Semilla perdió la oportunidad de capitalizar toda la movilización que se volcó primero en la segunda vuelta con una cantidad inmensa de fiscales electorales que aventajó en los centros de votación urbanos a la UNE, que organiza población para este fin por medio del clientelismo y segundo, tras las jornadas de octubre de 2023, donde Semilla se posicionó como la vanguardia de estas movilizaciones junto a las autoridades indígenas, pudo capitalizar la organización espontánea que se formó.

De tal forma que aparece Raíces a finales de mayo en una asamblea en la Ciudad de Guatemala, encabezado por los diputados Samuel Pérez, Andrea Reyes, Román Castellanos, Elena Motta, Andrea Villagrán (quien por cierto viene de otras agrupaciones políticas más cercanas a la derecha) o Manuela Alvarado, diputada ante el Parlamento Centroamericano y que proviene de las organizaciones indígenas ligadas a la lucha insurgente. Pérez y Castellanos, el ultimo con participación en el movimiento estudiantil de la Universidad de San Carlos, han manejado cierto discurso más hacia la izquierda, pero en los últimos meses ese cuestionamiento crítico al orden imperante ha sido domesticado para no asustar al capital.

Por otro lado, Semilla se queda con diputadas como Olga Villalta, que tiene una trayectoria en organizaciones sociales de mujeres, Luis Ventura y Brenda Mejía, que provienen de luchas estudiantiles de la Universidad de San Carlos, entre otros, además del ministro de desarrollo social Abelardo Pinto. Estos argumentaron que la maniobra de Raíces fue inconsulta y señalan tener el apoyo de los afiliados en los departamentos del país, algunas voces con conocimiento mencionan que quienes conforman Raíces tienen más presencia en estructuras partidarias de la urbe capitalina. Queda en incógnita la postura de ministras fundadoras de Semilla como Patricia Orantes, a cargo de Medio Ambiente y Recursos Naturales o Anabella Giraca, a cargo de Educación, pero se menciona que estarán más cerca de Pérez y Castellanos con Raíces.

También se menciona que, ante la imposibilidad de que Semilla logre salir del atolladero legal donde la pusieron, o buscaría acercarse a Raíces, pero muchos de los que no conformaron este último ni siquiera fueron llamados para conformarlo, o se acercarían a la URNG, que tiene ficha legal. Sobre esta agrupación, una mínima expresión de lo que alguna vez fue la URNG histórica que firmó la paz con el Estado y lograba aglutinar a sectores importante del movimiento social, apenas logro permanecer viva en las elecciones de 2023 por su alianza con el Movimiento Político Winak.

URNG ha tenido muchos problemas en conformar asambleas para reorganizar sus estructuras municipales y departamentales, ha tenido una sangría hacia otras organizaciones partidarias, algunos dirigentes hasta se han acercado a algunos personajes de derecha, aunque aún mantiene un voto duro reducido en algunos municipios del occidente del país; también está en entre dicho si volverán a conformar alianza con Winak. Este, por su parte logró una diputada en el Congreso con Sonia Gutiérrez, que en el primer año fue parte de la alianza gris oficialista como parte de la JD y el segundo asumió una posición independiente; este partido logró realizar todas sus asambleas y renovar sus estructuras como obliga la Ley Electoral y de Partidos Políticos.

Por último, hablar del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) una organización campesina conformada a inicios de la década de los noventa del siglo pasado vinculada con las organizaciones político-militares que conformaron URNG, igual que otros organismos campesinos aun existentes y que tras la firma de la paz estuvo ligada con este partido hasta que rompen formalmente en 2015. A partir de esto, CODECA va modificando su caracterización, definiéndose movimiento sociopolítico junto a una modificación sociológica de sus bases, que dejan de ser solamente campesinas para volverse más popular y proletaria, tanto rural y urbana; esto fue de la mano de asumir demandas como la lucha contra la privatización de los bienes comunes como la energía eléctrica, sin dejar de resolver problemáticas agrarias estrictas.

Así, en 2019 compiten con el Movimiento para la Liberación de los Pueblos con la candidata presidencial Thelma Cabrera, logrando un cuarto lugar en las elecciones presidenciales, pero paradójicamente solo obtuvo una diputada; el MLP señaló que le quitaron votos en la elección para diputados. En las elecciones de 2023 este partido presenta al binomio de Cabrera que es lideresa histórica de CODECA y el ex procurador de los derechos humanos Jordan Rodas como candidato a vicepresidente, pero los factores de poder conservadores y el Tribunal Supremo Electoral no inscriben esa candidatura, alegando problemas legales en la nominación de Rodas, siendo la primera candidatura de izquierda para presidente no inscrita desde la firma de la paz cuando se incorporó la izquierda radical al sistema político.

El MLP llamó al voto nulo para la primera vuelta, voto que de hecho fue mayoritario y fue el virtual ganador, sin duda una forma de descontento al sistema, de hecho, con las reformas a la ley electoral de 2016 se legalizó el voto nulo como vinculante y el cual obliga a repetir el tipo de elección si resulta ganador, pero para eso necesita más del 50 por ciento de los votos. Este voto nulo se volcó por Arévalo en la segunda vuelta, pese a eso los niveles de abstencionismo fueron levemente altos en ambas vueltas.

El MLP desaparece del tinglado político, el llamado a voto nulo le afectó porque se tradujo en que tampoco tuvieran votos sus candidatos a diputados y a las corporaciones municipales. Sin embargo, al igual que la URNG y Winak, el voto históricamente hacia la izquierda que en promedio había sido de casi un millón de votos, se volcó por Arévalo.

CODECA, por su parte, al tener una base social organizada sobre todo en ámbitos rurales, ha conformado otro comité pro formación de partido presentado en una asamblea en 2024 en Mazatenango bajo el nombre de Dignidad. Esta agrupación propone crear un Estado Plurinacional y convocar a una Asamblea Constituyente Originaria, está inspirada en corrientes pensamiento denominada abyalistas-decolonial y la podríamos agrupar como populismo de izquierda, hace una crítica al modelo neoliberal y dependiente, plantea demandas históricas del proletariado y señalando el racismo estructural, pero no rompe con el sistema capitalista. En la propuesta de Asamblea Constituyente aun no queda claro pese a decir que sería originaria, es decir un órgano de poder no supeditado a otro, si este sería un instrumento de lucha contra la oligarquía.

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