Por Justo Severo Izquierdo

Una vez más, los estudiantes de secundaria han librado una ardua lucha a través de movilizaciones, tomas de carreteras y centros educativos con el firme propósito de exigir al gobierno que les cumpla sus demandas.

Entre las peticiones más elementales figuran la no privatización de la educación, la matrícula gratis en todos los centros educativos, el cese a la coacción y represalias en contra de los líderes estudiantiles, aumento al bono estudiantil y el mantenimiento de la infraestructura de los centros educativos.

Datos escalofriantes

Para mencionar uno de los tantos casos, los alumnos del centro educativo ubicado en el sector de Germania, carretera hacia el sur del país, a escasos kilómetros de la capital, se vieron en la necesidad de paralizar una de las rutas que mueve en mayor escala la economía del país. Sus peticiones se puntualizaban en lo siguiente: “queremos que nos mejoren los sanitarios que apestan, queremos más pupitres y que se nos aumente el bono del transporte” (Diario La Tribuna, 1/6/12).

Es difícil creer hoy en día que nuestros centros educativos no cuentan con los servicios elementales de salubridad y que nuestros estudiantes acudan a realizar sus necesidades fisiológicas en letrinas que fueron construidas hace 17 años y prestaron su vida útil.

Las condiciones en estos servicios son insoportables, y el mal olor se encierra en las aulas. Nosotros los estudiantes y maestros estamos expuestos a la contaminación y pueden venir enfermedades” (op cit)

Pero la crisis no abarca solamente al nivel secundario, los centros de enseñanza de nivel primario corren igual suerte. Un ejemplo bochornoso se dio en la Escuela de Ensayo José Dionisio de Herrera, ubicada en Comayagüela, en plena capital de Honduras: “con el resguardo de sus padres, desde las 7:00 de la mañana, más de 700 niños comenzaron a recibir clases bajo el sol como una forma de hacer un llamado a las autoridades de educación, para que les construyan un nuevo edificio” (Diario La Tribuna, 31/5/12).

Los infantes de dicha escuela reciben sus clases en plena vía pública, a un costado del vetusto edificio que fue construido hace más de cien años, y temen perder sus vidas en cualquier momento por el derrumbe de dicha instalación.

Plan de ajuste financiero

Para nadie es desconocido que el problema de la educación es realmente estructural; no existen las fuentes de financiamiento y recursos que doten al estado de fondos para el buen manejo y desarrollo de la educación. Además, hay que agregar las medidas asfixiantes que imponen los organismos financieros internacionales, en programas de austeridad y manejo económico, a través de recortes y paquetazos fiscales que obligan al gobierno a reducir del presupuesto asignado a las distintas dependencias del Estado.

La educación no se escapa a tales medidas; la crisis en el sistema educativo es producto de la mala administración y falta de interés político en resolver un problema serio. El único interés del Estado es cumplir con el papel de lacayo ante un sistema neoliberal sangrante y rapaz que somete día a día nuestros pueblos en la miseria y la exclusión.

Dura represión a estudiantes para desmovilizarlos

Ante la frecuente manifestación de estudiantes de secundaria y universitarios el gobierno de turno se ha dado la política de reprimir fuertemente al sector estudiantil. La estudiante Kely Estefanía Núñez y el compañero Erlin Josué Gutiérrez han sido expulsados de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM); en una reciente movilización de los alumnos de la ENMPN fueron detenidos 15 alumnos; los alumnos del ICVC y Técnico Luis Bográn han sido reprimidos salvajemente.

Por un plan de lucha estudiantil

Ante tales medidas excluyentes, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) propone conformar un comité de lucha permanente a nivel nacional, integrado por estudiantes de todos los niveles, instituciones magisteriales, padres de familia y sectores organizados del país, que frene y ataque todos los abusos del sistema capitalista en detrimento de la educación.

Exigir al gobierno mayor diligencia en solventar los problemas de uno de los pilares fundamentales de desarrollo de una nación. Por una educación de calidad e integral, sin exclusión alguna, estamos en pie de lucha. Solo la más amplia unidad, la movilización y la organización coherente y sistemática los estudiantes hará retroceder la política de represión del gobierno de Lobo-Hernández.

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