Por Aquiles Izaguirre.
En este mes han sido publicados en los diarios nacionales una serie de artículos que denotan el gran problema de la energía en Honduras. Esta crisis se hizo pública debido a que las negociaciones que mantiene el gobierno con las generadoras que producen energía eléctrica a través de productos derivados del petróleo. Esta generadoras se ha n venido enriqueciendo sin siquiera producir energía, pero más que eso, demuestran la gran corrupción e ineficiencia de los gobiernos nacionalistas, que en harás de hacer negocios con las empresas estatales han quebrado al ENEE para justificar la privatización de la misma.
A pesar de que la gran época de las privatizaciones en Centroamérica se dio en la década de los noventas, el caso de Honduras es un caso muy particular, mientras que el caso más cruel fue el de Nicaragua en donde el Estado fue desmantelado y se privatizaron casi todas las empresas de servicio público, aquí en Honduras el Estado conservó las empresas estatales de servicio básico. Este es el caso de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) que hasta hace poco fue una empresa estatal y que ahora está en un proceso de desmantelamiento y de venta sectorizada. ¿Pero porque está en “crisis” la ENEE? Para encontrar la respuesta nos tenemos que remontar a la administración del dictador de facto Roberto Michelleti. Fue en esta administración que comienza la caída estrepitosa en donde se le pagó con creces el “nacionalismo” de los golpistas. Desde ese momento comienza el alza estrepitosa en la factura energética y el desmantelamiento de la ENEE.
Gran negocio de las generadoras.
Como veremos, la producción de la energía es un negocio extremadamente rentable para los “empresarios” del sector. Según el Diario Tiempo: “Más de 198 millones de lempiras mensuales invierte el Estado en el pago de costos fijos a las plantas de energía térmica, los cuales deben de ser honrados aunque no generen servicios para la Empresa Nacional de Energía Eléctrica” (Diario Tiempo 13/02/2014) esto significa que las generadoras que producen a través de combustibles han mantenido contratos privilegiados en las últimas administraciones, y que se les paga aunque ellas no estén generando energía, es decir, se les paga por no producir nada y cuando lo hacen producen a costos extremadamente altos. En los últimos 3 años los fondos que se le ha pagado a las generadoras asciende a: “La ENEE destinó 33,775.5 millones de lempiras para comprar energía a los generadores privados en el período 2010-2013” (El Heraldo 26/02/2014)
Energía sucia.
A este panorama se le suma la enorme dependencia que tiene la ENEE de las productoras energéticas sobre todo las térmicas que se han enriquecido en gran medida por la gran corrupción de los gobiernos que no se han dado a la política de invertir fondos en la producción de energía limpia, más barata y que este bajo el control del Estado, los trabajadores y las organizaciones civiles de defensa de los consumidores u otras. Podemos ver que la producción de energía sucia representa: “Unas 13 plantas movidas con diésel, bunker y carbón mineral generaron el 56.2% de la energía total del sistema interconectado nacional durante 2013, pero absorbieron el 80.9% de los recursos procedentes de la venta de energía” (Ídem)
Deuda Millonaria
Según los últimos reportes, la ENEE tiene un gran déficit sobre todo por la enorme deuda que tiene algunas empresas con dicha empresa, es decir, los que adeudan más a la ENEE no son los consumidores pobres, sino el Estado mismo, las empresas privadas y los políticos. En el caso del gobierno la deuda asciende a: “Con una deuda de aproximadamente 1,200 millones de lempiras, el gobierno es uno de los principales deudores que tiene actualmente la Empresa Nacional de Energía Eléctrica” (EL Heraldo 25/02/2014) Pero aún la deuda del gobierno palidece ante la deuda de las empresas privadas: “La estatal tiene un millón 300 mil abonados. Los morosos constituyen un 35 por ciento del total de los clientes. El 75% de la mora total se encuentra en no más de 10,000 abonados. Una camaronera adeuda 2,692,710.47 lempiras, un periodista de la zona sur debe 237,355.77 lempiras y así la lista suma, entre persona y empresas, oficinas legales, políticos, casas curales, fincas, inversiones, inmobiliarias, partidos políticos, juntas de agua, empresas de cable, cementeras y haciendas.” (Ídem)
Como vemos el problema fundamental de la crisis de la ENEE es por la enorme corrupción de los gobiernos y sobre todo porque la producción energética es un gran negocio para el gobierno y las empresas privadas. No debemos permitir que el proceso de privatización continúe, todo lo contrario, llamamos a los trabajadores de la ENEE y a los trabajadores en general para que planifiquemos acciones que lleven a la nacionalización de las empresas generadoras de energía. Solo los trabajadores pueden defender el patrimonio del estado, por ende el control de la empresa debe estar en manos de los trabajadores, claro está bajo la supervisión del pueblo y sus organismos sociales.