Por Aquiles Izaguirre

Muchas cosas han pasado en el movimiento estudiantil en estos meses. Por esto, es necesario hacer un pequeño balance, sobre todo para evaluar y reorientar el camino que debemos seguir los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Sin duda, este ejercicio nos puede ayudar a conocer cuáles son nuestros objetivos, y evaluar cuáles son las mejores estrategias y tácticas que debemos utilizar los estudiantes que pretendemos mejorar las condiciones de estudio y el desarrollo del conocimiento académico en Honduras. Estas notas están lejos de ser una propuesta acabada, todo lo contrario, es parte de un pequeño aporte para iniciar una discusión más amplia entre todos los sectores que estuvieron involucrados en la lucha contra las reformas académicas.

El diálogo y las Reformas Académicas

Hace dos períodos académicos se inició una profunda lucha contra las Reformas Académicas de Julieta Castellanos. Estas reformas pretenden, según las autoridades, “mejorar la calidad educativa en la UNAH”, vendiéndonos la idea de que al crear infraestructura, la educación está mejorando, cosa que no es cierta.

Estas reformas implican la centralización del poder en la Rectoría, crear un marco legal que le permita reprimir, atomizar y desmantelar las organizaciones no afines al poder instituido, endurecer los parámetros de evaluación académica, estos entre otros.

La batalla contra las reformas académicas no fue uniforme. Todo lo contrario, viendo retrospectivamente tuvo varias etapas, una ofensiva que terminó en una enorme movilización en Tegucigalpa que detuvo la aprobación de las mismas. Una segunda etapa inicia con la lucha heroica de los compañeros de recinto de SPS. En esta etapa ellos llevaron la vanguardia, y en los hechos dirigieron la lucha, es obvio que el proceso fue muy diferente en ambos recintos. Las luchas, consignas y objetivos no fueron planteados en común, al final eso terminó perjudicándonos. Una tercera etapa es la embestida de la rectoría, que buscó desde el inicio atomizar a los que protestaban y separar las luchas de ambos recintos, en los hechos, su estrategia funcionó y terminó con la expulsión de los 16 compañeros, 10 en SPS y 6 en Tegucigalpa.

Las expulsiones y represión selectiva han pretendido desarticular a la vanguardia que ha luchado en contra de las políticas de la rectoría. A todos los compañeros se les expulsó sin siquiera el más elemental derecho a la defensa. A pesar de esto, en esta semana llega un poquito de brisa: se anunció una sentencia del poder judicial en que se manda a parar el acto administrativo, es decir, obliga a las autoridades de la UNAH a reincorporar a los estudiantes expulsados; sin duda este es un mensaje para entender que en la lucha estudiantil no está dicho todo.

Analizando seriamente, la rectoría ha venido asestando fuertes golpes a los estudiantes y no pudimos responder rápida y operativamente a las tácticas de las autoridades. Ingenuamente planteamos al diálogo, y cuando la rectora nos llamó al mismo, solo se sentó y se retiró. La consigna democrática del diálogo fue buena, movilizadora, pero debió estar acompañada de puntos que negociar.

Debemos evitar la balcanización de los sectores en lucha, nuestra agenda debe ser integradora, que involucre a todos los actores; en los hechos las exigencias y la agenda establecida fue separatista, más aún, no reflejamos un plan de lucha, y eso fue fatal para la justa batalla que librábamos. Hay que trabajar en la unidad y un plan de trabajo conjunto entre todas las organizaciones que estén de acuerdo en que hay que luchar por democratizar la universidad.

Replantearse los nuevos objetivos

En este momento es indudable que el movimiento estudiantil está ante una disyuntiva, y esa es ¿Qué hacemos? Debemos evaluar cuáles son nuestros objetivos y la capacidad que tenemos para realizarlos. Sin duda las reformas académicas son nefastas para la democracia interna de la universidad, y están fuera de la realidad académica en la que vivimos, por ende, no debemos dejar la lucha contra éstas fuera de nuestra agenda. Se acercan las elecciones para la FEUH en donde los estudiantes debemos involucrarnos, el peligro de que la rectora o algunos frentes se apoderen de ese espacio es latente, por ende, debemos analizar y planificar lo que se nos viene encima.

Hoy más que nunca no podemos abandonar la lucha contra el despotismo de la rectora, si en el país pasa lo mismo, no podemos dejar que pase en nuestra UNAH.

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