Por Max Luján
La Ceiba, conocida como la novia de Honduras, hoy vive la peor pesadilla con la crisis energética que mantiene agobiados a todos los pobladores de esta paradisiaca ciudad del litoral atlántico hondureño.
El problema energético no es reciente, cerca de diez años atrás los ceibeños vienen enfrentando de manera gradual los cortes del fluido eléctrico. Pero lo que agudizó aún más la crisis, fue el desperfecto de uno de los generadores y equipo que impulsa la planta térmica La Ceiba. Dos de cuatro motores están paralizados por averías en el sistema, situación por la cual se presentan constantes apagones de cuatro, hasta seis horas diarias.
La medida está afectando a toda la población, generando pérdidas irreparables al sector comercial. Los cortes del fluido eléctrico arrasan con hoteles, restaurantes, supermercados, centros educativos, pequeños y grandes comercios, hogares etcétera. La situación es tan lamentable que ni los hospitales se escapan; ya hay cientos de denuncias que acusan a la estatal energética de negligente y que pone en peligro la vida de muchos pacientes que están conectados a los aparatos eléctricos que los mantienen con vida.
La lucha que se ha sostenido durante tres años para que se repare y se le brinde mantenimiento a esos dos generadores, no ha calado en las máximas autoridades de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE). Esta planta es propiedad de la estatal energética y fue instalada en el año de 1972. La térmica está caracterizada como una planta bondadosa que opera con dos tipos de combustible: diésel y bunker, esto genera una capacidad mayor en el rendimiento por cada galón de combustible y al mismo tiempo su costo es bajísimo. El costo fijo (servicios personales más servicios no personales más materiales y suministros, más consumo de aceite) de la térmica es bajo en relación con otras. Todos estos factores no les interesan a la estatal, debido a que está pasando por el proceso de privatización y al Estado no le interesa invertir más en asuntos de los servicios básicos; todo está siendo entregado a manos privadas, por lo tanto no hay interés en reparar y brindar un servicio de calidad a los abonados.
La crisis desespera a la población y sirve de estrategia para generar un negocio lucrativo
El pueblo ceibeño, enardecido ante los constantes apagones se ha lanzado a las calles exigiendo un alto a este problema. Los ciudadanos se han apostado en las instalaciones de la ENEE para exigir al señor Alfredo Ortega, subgerente regional de la ENEE en el litoral atlántico, que acabe con esta pesadilla. Los vecinos de los barrios y colonias se han tomado las principales vías de acceso quemando llantas y haciendo barricadas para obstruir el paso como medida de presión para que se les solvente su situación.
Esta coyuntura es aprovechada por personajes del engranaje político que pretenden generar un negocio lucrativo y que pretende hacer desaparecer a la ENEE. Rodolfo Irías Navas, más conocido en el mundo político como Fito Irías, denominado también el eterno diputado por el departamento de Atlántida, es uno de los promotores del proyecto de ley, que consiste en aprobar un contrato de emergencia para que se instale una planta térmica de capital guatemalteco.
Hasta el momento existe una lucha entre los diputados opositores que desenmascararon a Irías y descubrieron un negocio redondo. La mencionada empresa pretende ingresar al país sin invertir en terreno, construcción ni infraestructura, y quiere operar en las propias instalaciones de la Térmica Ceiba, propiedad del Estado de Honduras, en otras palabras, del pueblo. En el caso de la Ceiba, esta crisis es creada para desesperar a la población y que al final ceda, para orillarlos a que acepten la imposición de plantas térmicas y privatizar de una vez por todo el servicio de energía eléctrica. Para ello, el presidente Juan Orlando Hernández reconoce la crisis y sostiene que es provocada como presión de los empresarios energéticos por la deuda de 9.000 millones pendientes de pago y que va a proceder legalmente contra ellos por delito económico o administrativo.
Ante la situación difícil que vive el pueblo ceibeño con la crisis energética, el Partido Socialista Centroamericano sostiene que no podemos permitir que la energía eléctrica sea privatizada encareciendo el costo de la misma y enriqueciendo a los sectores burgueses que la financian. Estas empresas deben quedar en manos de los trabajadores y no de los burgueses.