Por Sebastián Ernesto González
El día viernes 21 de agosto se convocó en Tegucigalpa a a la décimo tercera marcha de las antorchas, ya son más de 3 meses en que el pueblo indignado espera afanosamente el viernes para encender su antorcha y gritar ¡Fuera Joh!
La cantidad de personas que llegan siempre es numerosa, no obstante ya son varios de los viernes en que hay dos convocatorias; una que es convocada por los que se hacen llamar líderes de los jóvenes indignados y la otra; convocada por el FNRP o un sector de Libre. El primer viernes que se convocó a dos lados fue cuando los estudiantes universitarios realizaron la heroica lucha en contra de la tabla, para dar un apoyo a estos jóvenes indignados, el FNRP convocó a la Universidad Autónoma, mientras dos de los jóvenes que se habían retirado de la huelga convocaron al Boulevard Morazán para ir a decir gracias a la embajada americana. En esa ocasión el embajador Nealon manifestó “Los problemas de Honduras lo deben resolver los hondureños”.
Diferentes fases
La segunda ocasión fue cuando se suspendió la huelga de hambre, nuevamente un fuerte sector del FNRP y libre convocó al Barrio La Granja para dirigirse a la Corte Suprema de Justicia y brindarle apoyo al periodista David Romero Ellner, quien en un juicio privado estaba siendo a punto de ser enviado a prisión, en ese momento un magistrado de la CSJ denunciaría que había una fuerte presión del Presidente Juan Orlando Hernández para enviar a prisión al periodista. La otra convocatoria fue a la Universidad Autónoma, por el supuesto grupo de líderes de los jóvenes indignados.
En esas marchas anteriores podríamos decir que ambas fueron numerosas, sin embargo, en esta última nos llama la atención que la prensa burguesa glorificó a una y satanizó a la otra. En el diario La Tribuna del día sábado 22 de agosto, se informa de las dos marchas, se le eleva el perfil a la que fue convocada supuestamente por los líderes indignados y se estigmatiza la que fue convocada por un sector del FNRP.
Esto no es de extrañar, dada la profunda campaña mediática que existe en contra del FNRP desde el mismo día en que fue creado. Sin embargo, al final de la marcha que se convocó de la Colonia Kennedy en dirección al Hospital Escuela Universitario, habían sendos pliegos de cartulina pegados a una pared para que las personas llegaran a escribir sus leyendas en contra del gobierno de JOH, en una entrevista que le hacen al encargado de tal obra, este manifiesta: “de esta forma le hacemos conocer al pueblo que nosotros no manchamos paredes…al terminar quitamos los carteles y dejamos limpio”. El objetivo de llegar al HEU fue entregar donaciones de medicamentos.
La otra marcha fue convocada en el Hospital San Felipe, siempre por un sector del FNRP y de Jóvenes Universitarios, con el propósito de ir a la casa de la Vice Presidenta del Congreso Nacional, Lena Gutiérrez. Si bien es cierto que esta última tuvo poca presencia de participantes, nos llama mucho la atención la posición del Diario La Tribuna en ensalzar la una en menoscabo de la otra.
Es el momento de pasar a una nueva fase
Por ahora lo objetivo es que Juan Orlando se sigue saliendo con las suyas al controlar el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía y resto de la institucionalidad. En el Congreso Nacional cuenta con el apoyo seguro de un grupo de diputados liberales que le acompaña en todas sus pretensiones, igual sucede con la bancada independiente conformada por 6 diputados que emigraron de Libre, cuenta con la fidelidad absoluta de un diputado de la UD y uno del PDCH. Esto hace que controle con una mayoría simple el CN, a veces el PL hace aparentar que forcejea por oponerse a JOH, sin embargo, al final siempre caen rendidos ante el poder. El rol de la Corte es el mismo, aun cuando hay mayoría de magistrados liberales, estos sucumben ante JOH.
Es el momento para que la clase trabajadora se ponga al frente de la marcha de los indignados, es el momento de que los sindicatos, gremios, campesinos y demás organizaciones se sumen a la lucha. Una vanguardia de luchadores debe pasar a dirigir este movimiento amorfo en apariencia, pero que en la realidad sigue líneas políticas subterráneas de los partidos de oposición y de un sector burgués. La unidad en el movimiento debe ser cohesionada y no se debe permitir la estrategia del gobierno de derechizarla. Los sectores de izquierda deben nuevamente impulsar la lucha por una Asamblea Nacional Constituyente.