Por Justo Severo Izquierdo
Como era de esperarse, el 15 de enero del año en curso, la oposición selló una alianza partidaria entre el PAC, PINU y LIBRE, con el propósito de impedir el proyecto reeleccionista del actual mandatario Juan Orlando Hernández. El pacto se realizó en la asamblea general del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), donde el coordinador general de este instituto político, Manuel Zelaya Rosales, firmó el compromiso junto a Salvador Nasralla, presidente del Partido Anticorrupción (PAC), Eva Fernández, representante del movimiento “Corazón Azul” del Partido Nacional, Guillermo Valle, representante del Partido Innovación y Unidad (PINU) y Carlos Orvin Montoya del Partido Liberal. Para entender el fenómeno de lo que está ocurriendo en Honduras, es importante abordar tres aspectos de la actual coyuntura: el fortalecimiento de Juan Orlando Hernández, el resquemor que ha causado el tema de la reelección y la reacción de los grupos políticos.
Fortalecimiento de JOH
El país en la última década se ha hundido en la miseria y en la barbarie. Fenómenos como la pobreza, emigración, desempleo, crisis económica y falta de oportunidades han orillado a Honduras a vivir extremadamente los niveles de violencia, a tal grado que es considerado uno de los países más violentos del mundo. La violencia, un callejón sin salida provocado por las bandas criminales, narcotráfico y la extorsión, donde la policía y sectores del ejército se ven involucrados en estas estructuras.
Después de la violencia tenemos el problema de la impunidad. Muchos periodistas, abogados, activistas, dirigentes, defensores de los Derechos Humanos y todo opositor al sistema, pierde la vida sin que sus casos sean resueltos y se halle a los autores materiales e intelectuales del crimen. Con esto, cada vez el país se destruye y se disuelve. Desde el gobierno de Porfirio Lobo, se crearon las condiciones para perfilar al Partido Nacional y a JOH como los grandes salvadores de la nación; de ahí el diseño y consolidación de una campaña de continuismo. Es así que JOH poco a poco fortalece su proyecto, sin importar los antecedentes de pasar por encima de la ley. En 2012, como presidente del congreso, JOH destituyó a varios jueces de la Corte Suprema y llenó la magistratura con sus aliados de manera ilegal. En el 2014 su partido disolvió una comisión independiente de reforma a la seguridad pública que era ampliamente respetada, e hizo caso omiso a sus recomendaciones.
Cuando llega a la Presidencia de la República, el último logro y el más codiciado es haber ganado la presidencia y el control de la Corte Suprema de Justicia. Antes había derogado las figuras jurídicas aprobadas en el 2013, frenó las reformas electorales como la segunda vuelta, la emisión de una nueva tarjeta de identidad al igual que el control del Registro Nacional de las Personas, logró reformar la Ley de funcionamiento del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, la instancia desde donde alcanza control legal de todos los poderes del Estado. Luego emprendió una lucha contra todo aquello que pudiera afectar la visión del país desde el exterior; montó una campaña mediática según la cual Honduras era el mejor país para vivir. Su intención era atraer capitales, para lo cual debía, necesariamente, ofrecer seguridad jurídica y ciudadana. Entabló una lucha contra el crimen organizado y la corrupción, respaldada y ordenada por Estados Unidos, donde logró encarcelar con la figura de la extradición a un sector del narcotráfico donde estaban involucrados políticos y familiares de políticos del Partido Nacional y Partido Liberal; al mismo tiempo logró abrir juicios contra los peces pequeños del asalto al Seguro Social. Aprobó la creación de las “Zonas de Empleo y Desarrollo Económico” (ZEDE), una iniciativa cuestionada en todo momento.
En ese sentido, el gobierno de Juan Orlando Hernández comenzó a envalentonarse y mostrar signos cada vez más pronunciados de autoritarismo; con sus actos demagógicos logró fortalecer el clientelismo y la base social del Partido Nacional. Mientras tanto, los dos grupos políticos más importantes como el liberalismo y Libre, contribuyeron por acciones y omisiones al fortalecimiento de Joh,
Resquemor en el tema de la reelección
En segundo lugar, la reelección causa aversiones en Honduras por la experiencia del cariiato y de las dictaduras militares. Tiempos oscuros aquellos donde no había la más mínima libertad democrática, todas las decisiones del país giraban en torno a un caudillo como Tiburcio Carías Andino, que dirigió el país por 16 años. Tanto en el gobierno Cariista como en los gobiernos militares, se vivió etapas de terror y angustia con las desapariciones, asesinatos, torturas y la famosa frase caríista de Encierro, Entierro y Destierro. El hondureño que conoce esta historia y que al escuchar a JOH proferir la siguiente frase: “Yo seré un nuevo Carías”, causa pavor y por todo lo que está ocurriendo, claro que hay un rechazo de la mayoría de la población. Hasta el momento, a partir del año ochentaidós hasta la fecha, nadie se había atrevido a tocar los artículos pétreos de la constitución, pero JOH, en una maniobra apoyándose en la experiencia de Daniel Ortega y Óscar Árias, logra a través de una sentencia, derogar esos artículos, con eso abre el camino de la reelección y la posibilidad de cumplir sus palabras cuando dijo que “Honduras necesitaba cincuenta años de gobierno del Partido Nacional” para poder sacarla adelante.
Reacción de los grupos políticos
Al final, JOH avanzó más de lo que sus opositores pensaron. Fue sistemáticamente copando las instituciones, copando el congreso, comprando gente y fortaleciendo su base social; esto coloca en cierta desventaja al Partido Liberal, porque en cierta medida lo subordina. En el caso de Libre, su dirigencia pensó que su partido podía transformarse en el polo aglutinante contra el reeleccionismo de JOH, pero aceptando el reeleccionismo, tremenda contradicción; en realidad, ese es el verdadero problema de la dirigencia de LIBRE, que aceptaba el reeleccionismo y hacía caso omiso cuando se discutía el tema de la reelección, en vista que siempre pensaron en que Mel podría ser nuevamente candidato. Una de las grandes sorpresas ocurridas en el 2016, es que Mel está tan desprestigiado y el partido sufre una tremenda crisis causada por la salida de dirigentes con fuerte simpatías de sus bases; éstos denunciaron delitos de corrupción y caudillismo, típico de las mañas del bipartidismo. Al final Mel no pudo ser candidato y tuvo que recurrir nuevamente a su cónyuge Ximara Castro de Zelaya.
Es claro que tenemos una situación muy particular. Los sectores opositores al continuismo de JOH exigen a los partidos unidad. Efectivamente, para que se haya dado la unidad entre el PAC, cuyo candidato Salvador Nasralla tiene un discurso vigoroso y eufórico, pero errático, y que Mel termine doblando rodillas aceptando una candidatura única, que es muy probable que recaiga en Nasralla, en combinación con Xiomara Castro y que el PINU, un partido pequeño que se plega, significa que hay una presión de las bases para tratar de obtener el triunfo electoral.
La perspectiva electoral para este 2017 se volcó a tres bloques, por un lado, el Partido Nacional, por otro el partido Liberal que actúa de comparsa en última instancia del Partido Nacional y finalmente esta alianza. Al final, alertamos que las condiciones en que se está dando esta alianza, es una coalición bastante oportunista, en el sentido que pretenden explotar el descontento contra JOH, que por cierto, es justo, dejando a un lado los programas. Esta alianza es completamente electoral, y muy probablemente tiene un objetivo defensivo: el de protegerse de los ataques del oficialismo. En este caso los trabajadores y la izquierda quedan completamente disueltos, sobre todo, en este caso los militantes de izquierda de Libre han quedado diluidos; esta izquierda no se diferencia del liberalismo en absoluto, todas las tendencias que se conformaron dentro de la plataforma de lucha del FNRP, le claudican a Mel y a esta alianza. La alianza en sí no representa ningún beneficio para los trabajadores porque no contiene ninguna consigna o programa que beneficie a los trabajadores, lo que pretende es explotar el sentimiento anti continuista de JOH, lo que está por verse.