Por Sebastián Ernesto González

El día viernes 1 de septiembre se realizó la primera movilización de las antorchas, previo a las elecciones generales de noviembre de 2017. La actividad fue convocada por el movimiento indignado, una extensión de las grandiosas movilizaciones del 2015. La primera convocatoria para denunciar la ilegal candidatura de Juan Orlando Hernández para reelegirse, contó con la modesta participación de varios ciudadanos. 

El viernes 8 de septiembre se realizó la segunda movilización, en esta ocasión participó una mayor cantidad de personas. Sin duda alguna, que de seguir convocando a estas movilizaciones de las antorchas, estas se irán incrementando, dando lugar a que el pueblo se volqué a las calles para detener las fraudulentas elecciones de noviembre y parar a JOH y sus secuaces. A esta actividad del viernes 8 de septiembre se sumó la Plataforma para la Democracia, que es integrada por organizaciones de sociedad civil y algunos empresarios, en esta movilización se protestó también contra de la corrupción, la impunidad y en contra de la privatización de la salud y la educación.

Las marchas de las antorchas tuvieron su momento cumbre en el 2015, cuando a raíz del saqueo criminal que se hizo contra el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) por parte del partido  gobernante actual y con el liderazgo de quien pretende reelegirse fraudulentamente, la población se volcó a las calles para exigir la renuncia de JOH, sin embargo, este con el apoyo de la embajada estadounidense lograron poner a funcionar la MACCIH (Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad) en vez de la pretendida CICIH que en su momento exigió la población.

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, aludiendo a los niveles de corrupción opinó:  “Recientes escándalos, incluidas alegaciones muy serias contra funcionarios de alto rango en Brasil y Honduras, han revelado cuán profundamente arraigada está la corrupción en todos los niveles de gobernanza en muchos países en las Américas, a menudo vinculada al crimen organizado y el narcotráfico”. “Esto socava las instituciones democráticas y erosiona la confianza pública”. Tiempo Digital (11/09/2017).

Estos niveles de corrupción y la imposición para reelegir a Juan Orlando, hacen nuevamente que la población despierte su anhelo de salir a las calles a luchar, sin embargo no ha existido una dirección capaz de canalizar ese descontento y encarrilarlo nuevamente hacia esa lucha titánica en las calles.

Oposición de bocinas

Los máximos líderes de la alianza Libre-Nasralla-Pinu, no dan ese paso decisivo para llamar a las bases a fortalecer y masificar la marcha de las antorchas, el candidato de la Alianza, Salvador Nasralla, se limita a denunciar y a vociferar en contra de las imposiciones de JOH pero no obstante, no mueve ni un dedo para convocar a las bases, el Coordinador general de Libre, Manuel Zelaya, tampoco muestra interés en sacar a la base a las calles. La “oposición” a Hernández se limita a mostrar su desacuerdo con JOH a no reglamentar la tal reelección, de tal forma que el proyecto enviado por el ejecutivo al Congreso Nacional fue rechazado por las bancadas de los partidos opositores, Libre, Liberal y PINU.

Los máximos dirigentes de los tales llamados “partidos de oposición” están a un mundo distante de converger en un interés común y que sea a beneficio del pueblo, todos ellos obedecen a propósitos personales o de la ambición de sectores marginados por los actuales gobernantes.

A condenar el régimen represivo de JOH y exigir justicia contra los saqueadores de los caudales públicos

Ya no hay espacio para seguir diluyendo la lucha en contra de este régimen represivo. Las últimas víctimas han sido los defensores de derechos humanos y estudiantes universitarios al ser desalojados de forma violenta de la UNAH, ser detenidos como criminales y llevados a juicio como grandes narcotraficantes. Curiosamente los autores intelectuales del saqueo al IHSS siguen libres gozando de las mieles del poder. Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) manifestamos toda nuestra solidaridad con Carlos del Cid y Tomy Morales, defensores de derechos humanos que aún sufren las consecuencias de las torturas sufridas la semana pasada, también nuestra solidaridad con los estudiantes reprimidos. Esto solo muestra el abuso y autoritarismo de JOH y sus secuaces.

Corresponde a la población misma salir a proteger su vida y sus derechos. La única forma de parar al Partido Nacional y su gran aliado el Partido Liberal y transformar este este sistema inhumano es volcándose a las calles.

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