Por Clemente Bardales
Mientras en Honduras de apagaba la lucha contra el fraude electoral, durante los meses de diciembre del 2017 y enero 2018, los medios de comunicación registraron en notas marginales una noticia importante: el estallido de una huelga de los trabajadores bananeros organizados en el histórico Sindicato de Trabajadores de la Tela Railroad Company (SITRATERCO).
Una historia gloriosa
La transnacional Tela Railroad Company ya no opera en Honduras, sino la Chiquita Brands, pero el sindicato conserva el nombre inicial, como parte de sus tradiciones de lucha.
EL SITRATERCO jugó un papel crucial en el estallido de la huelga de 1954, que rápidamente se convirtió en huelga general, y aunque no logró transformarse en una revolución democrática victoriosa, contribuyó a cambiar la historia en Honduras. El proletariado bananero fue, quizás, hasta los años 60 y 70 del siglo XX, la columna vertebral de la clase trabajadora de Honduras, pero este rol comenzó a disminuir en la medida que los enclaves bananeros dejaron de ser el principal motor de la economía. Una clase trabajadora moderna emergió en la manufactura, en las maquilas y en el sector público, la que terminó opacando el rol de los trabajadores del banano, pero que tampoco ha logrado superarlos.
Reducidos a su mínima expresión, producto de algunas derrotas anteriores, los trabajadores bananeros organizados en el SITRATERCO conservan todavía las tradiciones de la huelga de 1954.
El inicio de la huelga
El 28 de diciembre del 2017, dos días después de las elecciones y en el inicio de la lucha contra el fraude electoral, los trabajadores de 10 fincas bananeras, iniciaron la huelga en protesta por el hecho que la empresa pretende trasladar los servicios de salud, que se reciben en el Hospital de La Lima, hasta otro hospital en San Pedro Sula (SPS), lo que obligaría a los trabajadores a recorrer 17 kilómetros que es la distancia mínima entre las dos ciudades. El servicio medico antes era prestado por La “Lima Medical Center”, ahora es prestado por la empresa privada de seguros “MAPFRE”, a la cual los trabajadores no le tienen confianza.
La huelga no fue general al inicio, unas fincas entraban en huelga, mientras otras terminaron trabajando, pero la llama de la huelga se mantuvo encendida casi durante 3 meses.
La cláusula 13 del Convenio Colectivo vigente establece que las atenciones médicas serán prestadas en el Hospital de la Lima. La empresa pretende trasladar los servicios médicos a otro hospital, en otra localidad, para evitar que los trabajadores gocen de sus beneficios médicos, y de esta manera ahorrar costos. Es una forma encubierta de negar los beneficios del Convenio Colectivo. Es un ataque camuflado contra las conquistas históricas de los trabajadores bananeros.
Pero, lo mas grave ha sido, que la decisión de trasladar los servicios médicos a SPS, fue acordada entre la directiva del sindicato y los ejecutivos de la Chiquita. Por esta razón, la huelga de los trabajadores bananeros reviste una doble importancia, porque se libra no solo contra la empresa sino contra las decisiones erradas, anti obreras, de la burocracia sindical. Después los burócratas tuvieron que retroceder, ante la presión de las bases.
El ataque de la Chiquita pretende producir situaciones de hecho: se produce en vísperas de la negociación del convenio colectivo que vence el 30 de mayo de 2018.
La represión y los despidos
La huelga ha sido mantenida por unos 2,000 trabajadores, quienes han impedido la exportación de banano, poniendo en jaque a la Chiquita. La huelga permaneció activa en 10 fincas: Omonita, Limones, Laureles, Corozal 6 Corozal 7, y Finca Cob, Indiana, Mopala, Santa Rosa y Ceibita. Las áreas de riego se mantienen activas para no dañar las plantaciones, ya que ello equivaldría a destruir a la fuente de trabajo. La huelga esta concentrada en las plantaciones de la costa norte o caribe, porque solo a ellas afecta el traslado de los servicios médicos a SPS
A pesar de la persecución a los dirigentes sindicales de base, la huelga no ha podido ser quebrada, lo que motivó a la empresa a utilizar a la Policía para desalojar a los trabajadores, después de mas de 70 días en huelga, pero la lucha no ha terminado.
Urge la solidaridad centroamericana
Debido a que la huelga impide la explotación de banano, la transnacional esta importando banano de Guatemala. Sin quererlo, posiblemente por falta de información, los trabajadores guatemaltecos del banano, sin darse cuenta, están debilitando la huelga en Honduras.
Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los sindicatos bananeros de Honduras a cerrar filas con la huelga del SITRATERRCO, organizando un paro nacional del sector bananero. De igual manera, llamamos a los sindicatos, federaciones y centrales sindicales de los trabajadores bananeros de Centroamérica, a brindar solidaridad efectiva con esta importante lucha.