Por Felipe Suazo Amaya
El año 1933 marcó el inicio de una de las dictaduras más crueles, encabezadas por el Partido Nacional, la que duro exactamente 23 años: Tiburcio Carias Andino (1933-49), Juan Manuel Gálvez (1949-54) y Julio Lozano Díaz (1954-56). Esta dictadura se generó, entre otros factores, por la división del Partido Liberal (PL), surgido en 1891, en varias facciones de distintos caudillos. El PL entró en una gran crisis en 1932, como ya le había sucedido en 1924. De la primera crisis del PL surgió el Partido Nacional (PN) entre 1923-24, llamado por sus adversarios el PL y sectores beligerantes como el partido conservador de Honduras.
Dos grandes dictaduras
La historia parece repetirse con otros matices. De la segunda crisis, la actual, surgió la dictadura perfecta del PN. En el año 2009, el liberalismo nuevamente se dividió, cuando un sector del PL encabezó el golpe de Estado contra el presidente José Manuel Zelaya. El resultado fue nuevamente la llegada al poder del PN en el año 2010, con Porfirio Lobo. De esta crisis del liberalismo a principios del siglo XXI, el saldo ha sido la consolidación de una nueva dictadura encabezada por el PN (una situación similar a la del siglo XX con Carias), y el surgimiento de un nuevo partido liberal: Libertad y Refundación (LIBRE).
En el año 2009, al calor de la lucha contra el golpe Estado, surgió el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), el cual levanto muchas expectativas al conformarse como una plataforma beligerante del movimiento social hondureño, pero este fue castrado al convertirse en la base social del nuevo partido político: LIBRE. El resultado fue el abandono de la lucha social por una lucha electoral. Pero, valga la redundancia, en sus inicios como partido, LIBRE se catapultó como un partido anti tradicional, anti oligárquico, lanzando la propuesta de organización de Comités de Base a nivel nacional, pero dicho plan jamás fue concretizado.
Protesta social espontanea
Desde el año 2013, las elites se unieron para dar un zarpazo a la propuesta de LIBRE. Desde el 2009 al 2018, Honduras ha permeado una protesta social continua sin organización. Es decir, una protesta social, nacida de la espontaneidad. Tanto LIBRE, el FNRP, y la izquierda hondureña tradicional –dividida aun en tontas rivalidades del pasado– han sido incapaces, para llevar al pueblo a una organización de base, para hacerle frente a la dictadura del siglo XXI, encabezada por el Partido Nacional.
Cuando estalló la huelga bananera de 1954, había un movimiento clandestino organizado, que tendrá su primera trinchera en la protesta social más importante de Honduras en el siglo XX. Los comunistas e intelectuales del Partido Democrático Revolucionario Hondureño (PDRH) llevaron a cabo una protesta social, que dejo sin argumentos a los grupos del poder.
En la actualidad, LIBRE tiene las mismas características que el PDRH, un partido definido por los académicos como policlasista. Sin embargo, esta fastidiado por una cúpula anti democrática, que no le ha dado énfasis a la organización compacta, a la protesta organizada. En momentos en que el pueblo ha sobrepasado la protesta social, como las recientes movilizaciones de noviembre, diciembre del 2017 y enero del 2018, la dirigencia de LIBRE ha llamado a la calma, en momentos en que los niveles de confrontación han dejado la economía paralizada. Los empresarios privados agrupados en el COHEP quedaron aterrorizados con la magnitud de la protesta social.
Retomar el ejemplo de 1954
Durante la Huelga General de1954 el tradicionalismo se vio en peligro. En los años 2013 y 2017 también. Las protestas sociales están alcanzado un punto álgido, a pesar de la existencia de una gran dictadura. En 1954 la protesta fue producto de la organización. En 2009, 2013, 2017, la protesta social ha surgido de la espontaneidad.
Hacemos un llamado a los verdaderos revolucionarios a enfrentar la dictadura nacionalista del siglo XXI, con Juan Orlando Hernandez (JOH) a la cabeza, con más organización. La respuesta de las elites ha sido sacar de la manga a otro actor histórico: los militares. La Policía Militar del Orden Público (PMOP), la Agencia Técnica para la Investigación Criminal (ATIC) y la vieja Policía Nacional, se han convertido en los principales actores de la represión en Honduras. Este brazo armado del Estado, está asesinando estudiantes, ambientalistas, dirigentes de base, etc. Todo esto ha ocurrido frente a la soñolienta dinámica de la dirigencia de LIBRE, el FNRP, y de la izquierda históricamente sectaria.
¿Qué se nos viene?
Los rumores hablan de un enfrentamiento electoral entre dos caudillos: Mel Zelaya y JOH. El PN se esfuerza en construir una dictadura de largo alcance, como la del siglo XX. Si persiste la desorganización popular, no sabemos cuánto tiempo puede durar la dictadura nacionalista. Lo cierto es que, si la oposición no deja de lado el infantilismo electoral, y continua la espontaneidad en la protesta social, se avizora otro gran fracaso. La desorganización es tremenda en Honduras. El magisterio organizado está de rodillas. Las centrales obreras se han convertido en patronales a gusto del modelo neoliberal. La izquierda hondureña le juega a la revolución de maletín ¿Qué hacer? Se preguntaría el viejo Lenin. Lo primero es encauzar la lucha, un llamado continuo de este espacio. ¿Cómo? A través de la organización en tiempos de desorganización de la protesta espontánea.