Por: Yaret Medina

De acuerdo al historiador Robustiano Vera, Honduras debe su nombre a las honduras o fondos, que los primeros colonizadores hallaron en sus costas y al abandonarlas exclamaron: “¡Líbrenos Dios de estas honduras!”. Expresión que la mayoría de hondureños exclamamos día a día al ser testigos de tantas decisiones equivocadas –intencional o ignorantemente- de parte de quienes gobiernan el país.

Desde el inicio de la cuarentena por el Covid-19 se comenzó a dar instrucciones descabelladas en todos los aspectos de la crisis. Denominada crisis, no solo por haberse convertido en una pandemia mundial, sino también por la desesperación que se desató en toda la población al ser enviada a una reclusión domiciliaria sin estrategias de prevención o el manejo racional de sus posibles consecuencias.

Es el caso del sistema educativo nacional que al ser dirigido por un ingeniero agrónomo nunca tuvo la visión de actualizar las metodologías, estrategias educativas y acciones pertinentes que acercaran los programas educativos al estudiante que por cualquier razón no puede llegar a un aula de clase o prever un medio por el cual cada hondureño tuviera acceso a la educación formal desde una plataforma virtual con todos los requerimientos y facilidades acordes a la realidad socioeconómica del país.

Se sabe que quizás el 80% de la población tiene un celular en casa, que muchas personas prefieren pagar la recarga diaria o semanal que llenar la refrigeradora de provisión, que muchos padres y alumnos poseen mejor celular que sus profesores, pero cuando las acciones se hacen sin planificación previa o razonada de poco sirve el aparato si no hay acceso eficaz al mundo virtual. Se habla de clases virtuales a través de videos en you tube, sky, zoom, plataformas, subir tareas a la nube, tareas por whatsapp etc., lo que es desconocido por la gran mayoría de la población (considerando los 18 departamentos del país y no solo las grandes ciudades) que además no poseen internet en casa y se ven estafados al comprar las recargas con acceso a internet las cuales se consumen como por arte de magia.

Ante esta situación la gran solución aportada por el gobierno central fue concertar el “apoyo” de las empresas de telefonía celular Tigo y Claro para que “los más de 7 millones de usuarios puedan enviar sin ningún costo 50 mensajitos diarios dentro de su red y hacer llamadas durante 5 minutos a cualquier número de su red diariamente de manera gratuita” (https://www.elpais.hn/2020/03/19/gobierno-tigo-y-claro-acuerdan-brindar-internet-gratis-durante-30-dias/) olvidando que la orden del Ministro ingeniero y los Directores Distritales es que cada alumno del país accese a las “clases virtuales” diariamente y envíe fotografías evidenciando su participación en dichas clases en las que se requiere el internet a cualquier hora del día tomando en cuenta que no todas las familias están abastecidas de la provisión necesaria como para que los padres tengan la mente clara y la disponibilidad de acompañar a sus hijos en esta tarea.

Hasta hace algunos días se comenzó a transmitir estas clases a través del canal Suyapa TV que, dicho sea de paso, se necesita tener sistema de cable en casa ya que no es un canal que llega a nivel nacional lo que dificulta que todas las familias tengan acceso a las famosas clases impartidas por docentes del Estado. Esto puede solucionarse con el simple hecho de que dichas clases sean transmitidas por el canal educativo nacional TEN canal 10, que se supone es para eso, pero, no obstante, se contrata un canal privado.

El Covid-19 vrs el hambre

Seguimos relatando las estrategias erradas a propósito del gobierno central. A los pocos días de comenzada la cuarentena el presidente que ganó por los votos rurales anunció en cadena nacional la distribución de sacos solidarios con provisión para 30 días a las familias pobres de todo el país los que a la fecha -20 de abril- aún no han llegado ni siquiera a todas las colonias de Tegucigalpa y Comayagüela, peor a las zonas rurales, lo cual ha provocado que la población salga a las calles a quemar llantas y gritar “tenemos hambre. Queremos comida”.

La solución del gobierno: abrir los supermercados, cerrar los mercados, permitir al gran empresario la venta de su producto, pero cerrar las carreteras y no permitir al agricultor distribuir su producto a los mercados o pulperías y evitar que el vendedor del mercado pueda sacar su venta y llevarla a los barrios y colonias para que el ciudadano común se abastezca de alimento.

La pregunta es: Si para las elecciones se distribuyen x cantidad de urnas a cada rincón de los 112,492 km2 en por lo menos una semana ¿Por qué el gobierno no puede distribuir alimentos a las familias necesitadas del país? Simplemente porque no hay 8 millones de cachurecos.

No quisieron tomar en cuenta la propuesta del Partido Libre en el Congreso Nacional, la que se resume en: Garantizar la alimentación y servicios públicos, suspensión de los pagos a cuenta del impuesto sobre la renta para las empresas y personas naturales afectadas por la paralización de actividades económicas, integrar los hospitales privados a la red de servicios y reducir el encaje bancario al 5% para liberar más de 30,500.00 millones de lempiras para utilizarlos en ayudas solidarias a la población (Criterio.hn), lo cual resolvería en gran parte la necesidad del ciudadano común ya que, al estar confinado a sus casas –muchas de las cuales no tienen ni el espacio necesario pues las familias viven en hacinamiento, en piso de tierra, usando letrinas o servicios lavables- no puede salir a trabajar y traer la provisión diaria provocando la disyuntiva entre “O me quedo en la casa viendo morir de hambre a mis hijos o me voy a trabajar y les doy de comer”.

¿Y la salud qué?

Desde que el mundo conoció los estragos del Covid-19 se debieron tomar acciones de prevención- que muy pocos países lo hicieron- pero en Honduras desde el 10 de febrero, el Congreso Nacional ya había aprobado los primeros 110 millones de lempiras para prevenir el coronavirus y el dengue, pero sin campañas de prevención en las radios o Centros de Salud. Días después de aparecer los primeros casos de contagio en el país el Congreso Nacional anunció que se destinarían 420 millones de dólares (unos 10, 353 millones de lempiras) para la construcción centros hospitalarios, abastecimiento de medicamentos y contratación de personal del área de la salud, entre otros aspectos. (Criterio.hn).

Según el portal de Transparencia de la Secretaria de Finanzas detalla que se han gastado más de 200 mil dólares en mejora de infraestructura, 2 millones de dólares en contratación de personal sanitario, y 71 millones de dólares en insumos, pero sin conocer los proveedores, sumando 2 mil quinientos millones de dólares de endeudamiento aprobó el Parlamento hondureño y los 900 millones de dólares aprobados anteriormente por JOH (hispantv.com). Tantos números confunden al ver la realidad de los médicos y todo el personal de salud que no recibe los insumos ni el equipo de protección para ejercer su delicado trabajo.

En entrevista a la Dra. Lobo, hondureña graduada en Cuba, relató que en ese país se tomaron medidas de prevención al administrar a la población (de casa en casa) la vacuna de Interferón alfa-2b ya que fortalece el sistema inmunológico sumado a la alimentación y a quedarse en casa se puede contrarrestar el contagio masivo del Covid-19.

Por lo que, sin temor a equivocación, si la población en general puede alimentarse, vitaminarse y recibir las dosis de antivirales que fortalezcan el sistema inmunológico sería fácil para todos respetar la cuarentena los días o meses que sean necesarios.

Y pasado el Covid-19…

Que cada persona recuerde los desaciertos voluntarios de este gobierno, sus diputados, los Secretarios de Salud, Educación y Finanzas. Que siempre recuerde el favoritismo del gobierno hacia el gran empresario dejando sin oportunidades a la pequeña empresa, al obrero y al agricultor. Que se recuerde al vecino que recibió provisión y los muchos otros que solo la vieron pasar. Que los hijos no olviden los gritos de la madre exigiendo alimento, que recuerde la diferencia entre su realidad y la del estudiante de los institutos de prestigio. No debemos guardar la bandera de lucha sino más bien exigir con más potencia el fortalecimiento de los servicios de salud pública, la igualdad en el acceso a una educación de calidad y el respeto a la Soberanía Alimentaria, entre muchas cosas más que urgen en estas Honduras.

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