Por Frandav Lifú
El partido Liberal de Honduras fue el principal partícipe del golpe de estado de Honduras en el 2009, sin la aprobación del mismo hubiera sido imposible asestar el golpe al ex presidente Manuel Zelaya Rosales. Un Roberto Micheletti, que en ese entonces era presidente del Congreso Nacional y que asumió la presidencia de facto de la república bajo el nombre de “Sucesión presidencial”, nunca imaginó el caro precio que le pasaría la historia y el repudio de las bases del liberalismo. Fueron pocos los miembros dirigentes del PLH que en ese entonces se pusieron del lado de Zelaya, o más aún; que condenaron el golpe cívico militar por ser anti democrático.
El terrible pecado de los “liberales” no fue solamente liderar el golpe, si no que también le entregaron el país completo al Partido Nacional, con un recibo en blanco para que hicieran lo que quisieran en 12 años que han pasado desde entonces y, sobre todo, fueron también creadores del engendro que hoy nos mal gobierna. Un matrimonio, que, al parecer, ya inició la auto destrucción completa del otrora “milicias eternamente jóvenes”.
12 años siendo comparsas: Factura muy cara
No es secreto que, en los 7 meses del gobierno de facto de Micheletti, se desvió cantidades millonarias de dinero y que los principales dirigentes del PLH se beneficiaron, por eso, el PNH al solo asumir el poder con Porfirio Lobo Sosa a la cabeza no dudó un tan solo instante en saquear al país y exprimirlo a como de lugar. A cambio, el PL percibió migajas que le tiraban como si fueran animales callejeros, pero también acompañaron a los “nacionalistas” en la aprobación de todos los decretos que eliminaron conquistas a los trabajadores y en aprobar las leyes que judicializaban la protesta pública, igual apoyaron la aprobación de las “Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE)”. El repudio del pueblo lo recibieron en el 2009, en que el partido Nacional les obsequió varias diputaciones para no dejar en evidencia el escandaloso abstencionismo del proceso electoral, nuevamente se repitió la historia en el 2013 y 2017 en que pasaron a ser la tercera fuerza política en el país. Las consecuencias funestas ocasionadas por el “maridaje” con el PN han sido desastrosas, a tal grado que se encuentran pataleando esperando que alguien les tire un salvavidas.
Fraccionamiento liberal sin cura alguna
En el 2017, el voto duro del partido Liberal le dio el gane al candidato Luis Zelaya, creyendo que este haría diferencia con el resto del sector golpista muy ligado a Micheletti, Carlos Flores, Mauricio Villeda y Elvin Santos, no obstante, muy rápido se diferenció con la base que repudia al represor gobierno de Juan Orlando Hernández, al negarse a formar parte de la alianza “LIBRE- Nasralla” que se realizó con los resultados y convulsión social ya conocida. De haber integrado la alianza el candidato Luis Zelaya en aquel año, a la dictadura se le hubiera complicado mucho superar la votación con el fraude del “voto rural”.
La complicidad del PLH con el PN también ha sido muy evidente en la elección de la Corte Suprema de Justicia y del Fiscal General, que han manipulado la justicia como a ellos se les ha antojado. Luis Zelaya perdió las elecciones en marzo contra Yani Rosenthal por que la base liberal visualizó en la imagen del ex reo, un contrincante contra el PNH, cosa que Luis Zelaya solo ha demostrado del diente al labio. LZ sigue sin aceptar que perdió el proceso electoral interno de marzo, y ha declarado en reiteradas ocasiones que apoya a candidatos a diputaciones y a alcaldías pero que no lo hará con el candidato presidencial, aunque trata de ocultar a quien apoyará para el ejecutivo, deja entrever que se irá del lado de Nasralla, hecho que no quiso en el 2017. Si Micheletti casi desapareció al PL del escenario de las elecciones de noviembre del 2009, Luis Zelaya y Yani Rosenthal tienen a los liberales al borde de pasar a ser un partido bisagra más.
Ni liberales ni Nasralla son opción para refundar al país
En noviembre hay dos puntos muy claros: Los que prefieren que siga la narco dictadura o los que desean terminar con la misma. La ultraderecha tiene su estrategia muy definida, así lo demuestra la corporación Televisión Internacional de Honduras (TSI) al impulsar la candidatura de Nasralla y darle espacio televisivo a Luis Zelaya para que eleve el perfil para un futuro plan estratégico, en las última semanas ha dicho reiteradamente que en Honduras deciden JOH, Carlos Flores y Manuel Zelaya Rosales. A pesar de todo lo que maquillen, el pueblo siempre les cobra muy cara la factura.