Por Carlos M. Licona
El proceso electoral realizado el domingo 28 de noviembre ha dejado con una contundente victoria a la ahora electa presidenta de la República en el periodo 2022-2026, Xiomara Castro. La derrota sufrida por el Partido Nacional ha sido estrepitosa, con un 52 % de las actas ya digitalizadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) han perdido en casi todo el país, apenas aparecen ganando el departamento de El Paraíso por un estrecho margen. El régimen también ha perdido por gran diferencia las alcaldías de San Pedro Sula y Tegucigalpa, las ciudades más importantes del país.
La diferencia entre Xiomara Castro y el candidato oficialista Nasry Asfura es del 20 %, un porcentaje que difícilmente va variar. Xiomara Castro es la primera mujer en el país electa presidenta de la República y con la variante de que ha arrasado en todo el país con un triunfo apoteósico.
12 años de permanente impotencia y sufrimiento
Desde el golpe de Estado en el 2009 se fue apropiando de todas las instituciones una banda criminal liderada por Juan Orlando Hernández en contubernio con el Partido Liberal, desde esa fecha se dedicaron a; reprimir a la clase trabajadora, aprobar políticas económicas neoliberales, saquear el erario con escandalosos casos de corrupción, vender el país y además; con varias de sus figuras ya condenadas por el delito de narcotráfico y otras que se les menciona fuertemente. A toda esta deprimente realidad hay que agregar la forma pésima en que se trató la pandemia y los desastres hechos por los huracanes Eta e Iota en el 2021.
Han sido 12 años en que el pueblo ha soportado una narco dictadura que se robó los procesos electorales del 2013 y 2017, las elecciones de hace 4 años tuvieron la ilegalidad de reelegir a Juan Orlando Hernández, prohibido por los artículos pétreos de la Constitución de la República, el fraude cometido para imponer la reelección de JOH fue descarado, y, motivo para que en todo el país se realizaran levantamientos populares de forma espontánea paralizando completamente la economía por más de una semana, el régimen aplastó a la oposición con férrea represión y militarización de todo el país.
La torpe campaña versus el repudio del pueblo
Con 12 años gobernando, la banda criminal que se apoderó del país y arropados en una clase política que se enriqueció saqueando las finanzas del Estado, se emborracharon de soberbia y se creyeron invencibles. Ante la ausencia de luchas en la actualidad; la población generó un deseo profundo de venganza canalizado a través del voto electoral. De nada sirvió la estrategia del Partido Nacional de boicotear el accionar del Consejo Nacional Electoral (CNE) y toda la campaña para descalificar a la institución que ha salido avante ante este proceso con resultados inéditos.
A las leyes impopulares e inhumanas aprobadas por el régimen se agrega la burda campaña emprendida por el oficialismo, con una multimillonaria cantidad de dinero gastada en publicidad en la que se limitaron a proferir frases anticomunistas fuera de contexto, hablaron mal de Venezuela y de Cuba y lo peor; de forma ridícula se dedicaron a condenar el matrimonio entre hombres o a condenar el aborto, acciones que no permite la ley en el país. Ante esa campaña oprobiosa la oposición aglutinada en los Partidos Libre, Salvador de Honduras, PINU, dirigentes liberales y Honduras Humana, optó por recoger ese malestar de la población y motivarle para que de forma masiva asistiera a las urnas a depositar un voto de castigo en contra de la narcodictadura.
No existe duda que la población se volcó a las urnas desde tempranas horas de la mañana, el repudio y condena contra un régimen irrespetuoso de las leyes se manifestó en largasfilas de electores evidenciando el profundo deseo de un cambio de gobierno. El reto para la oposición es enorme ya que se debe iniciar la recuperación de la institucionalidad a partir de la toma de posesión en enero del 2022, pero, además, iniciar el cumplimiento de lo prometido, principalmente a la clase trabajadora que ha sido la más afectada en estos 12 años de dictadura nacionalista.
El pueblo construyó esta victoria durante 12 años pero no debe cruzarse de brazos. El Partido Nacional tendrá aproximadamente 41 diputados que sin duda alguna, se les necesitará para reformas a leyes que requieran de mayoría calificada, a esta realidad hay que agregar que la ultraderecha estará muy pendientes de los errores que se cometan para iniciar los ataques, por lo anterior y ahora que el Partido LIBRE será gobierno; se debe reactivar el Frente Nacional de Resistencia Popular para aglutinar las luchas que están por venir.