Por Maximiliano Fuentes
La reciente visita del Sub Secretario de Estado adjunto de los Estados Unidos -Craig Kelly- a Honduras y su reunión con el Presidente depuesto José Manuel Zelaya y el Presidente de facto Roberto Micheletti, deja claro las intenciones del imperialismo y de la oligarquía Nacional. Ambos sectores quieren finiquitar el problema político perpetuado tras el golpe de Estado a través de la declaratoria de una amnistía general, misma que sería aprobada por el Congreso Nacional el próximo lunes.
El mismo Porfirio Lobo, Presidente electo en los últimos comicios electorales, por cierto ilegítimos y fraudulentos, ha manifestado “que Estados Unidos quiere que, a más tardar del 15 de enero, el gobernante interino, Roberto Micheletti deje el cargo y quede "la mesa limpia" del conflicto causado por la destitución de Manuel Zelaya el 28 de junio pasado.”
Las intenciones de los Estados unidos están más que claras, pretender limpiar todo el polvo levantado tras el quebrantamiento del orden constitucional y la violación profunda de los derechos humanos. Para ello, demandan la salida de Micheletti, por cierto fiel colaborador de la política imperialista. No obstante, tras realizar el trabajo sucio ha dejado de ser útil dado que compromete la nueva administración.
"Estados Unidos está allí, ellos tienen su posición de que se cumpla el Acuerdo Tegucigalpa-San José en su totalidad, ellos están con su posición de que no deben de haber vencedores ni vencidos, que es lo más importante para Honduras que la mesa esté limpia de lo que fue la conflictividad del 28 de junio", declaró Lobo a Radio América.
"Ellos consideran que es prudente que don Roberto se aparte del Gobierno" y en este sentido "lo que ellos están planteando es que es el 15 de enero como fecha máxima", agregó Lobo, quien ayer se reunió con el subsecretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Craig Kelly.
Como parte de la limpieza realizada, el Ministerio Publico ha ordenado a la Corte Suprema de Justicia girar orden de captura para la cúpula militar por la expulsión del Presidente Zelaya el pasado 28 de junio del año anterior. Hecho que tan solo busca desviar la política de la oligarquía, el imperialismo y la burguesía nacional responsabilizando a un grupo de militares por las acciones emprendidas.
El mismo Zelaya ha manifestado “que la acción judicial emprendida por la Fiscalía busca "poner un manto" a la verdad de lo ocurrido el 28 de junio de 2009 cuando las Fuerzas Armadas lo derrocaron.” "Para mí con ese requerimiento fiscal simple y llanamente lo que quieren es poner un manto sobre la verdad de los hechos que ocurrieron el 28 de junio", dijo Zelaya a medios locales por teléfono desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se refugia desde el 21 de septiembre del año pasado.
A partir de los hechos suscitados podemos señalar que la política del imperialismo es la de apartar a Micheletti de la Presidencia de la Republica y que no coloque la banda presidencial a Porfirio Lobo en la toma de posesión el próximo 27 de enero. Aunque haya declarado que “no se retirará de la Presidencia hasta el día de la toma de posesión, pese a la presión de Estados Unidos para que se forme un Gobierno de Reconciliación sin él en el poder.” No obstante ha manifestado en una entrevista difundida en un medio local, “que no asistirá para evitar algún problema con la comunidad internacional. Que así se lo ha pedido el presidente electo Porfirio Lobo Sosa.”
Estas acciones pondrían fin a lo suscitado el 28 de junio, donde el gran perdedor seria la clase obrera y el movimiento popular en conjunto. Es por todo ello, que se requiere que los gremios magisteriales, Bloque Popular, Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP) y los miembros activos del Frente Nacional de Resistencia, realicemos un balance serio y exhaustivo de lo ocurrido. Esto con la idea de reconocer los errores cometidos para no cometerlos en experiencias a posteriori. De igual forma, se hace necesario prepararnos para la embestida que emprenderá el próximo gobierno, ya que se aplicaran una serie de medidas para solventar la crisis económica y financiera suscitada tras el derrocamiento del gobierno de Zelaya a través de un golpe cívico militar. El mismo Porfirio Lobo ha hablado de una reforma fiscal. Resulta claro, que las medidas adoptadas perjudicaran la calidad de vida de los obreros y obreras de Honduras.