Por Melchor Benavente
Casi siempre los actos de los gobiernos de izquierda, por muy tímidos y reformistas que sean, son atacados por las fuerzas más oscuras de la reacción: las cámaras patronales y la Iglesia Católica. Así ocurrió, por ejemplo, durante la revolución (1979-1990). El gobierno sandinista de aquella época, fue duramente atacado por los empresarios y la Iglesia Católica, representada en aquel momento por el Cardenal Miguel Obando y Bravo, quien ahora se ha transformado en un aliado incondicional del actual gobierno sandinista.
Los ataques de la Iglesia Católica
Pero la postura del Cardenal Obando no representa la posición oficial de la Iglesia Católica, que sigue siendo la adversaria más crítica del gobierno del FSLN. En diferentes Cartas Pastorales los obispos han criticado el endurecimiento del régimen político bajo el gobierno de Daniel Ortega. Lo que más han criticado los Obispos, no es la política económica neoliberal del actual gobierno, sino la ruptura de la legalidad e institucionalidad burguesa.
La crítica de los Obispos ha provocado airadas reacciones del presidente Daniel Ortega. En octubre del año pasado, Ortega acusó a los Obispos de intentar desestabilizar a su gobierno y amenazó con iniciar movilizaciones contra aquellos que “desde los púlpitos, están llamando al pueblo a lanzarse a la calle... ¡cuidado! porque el pueblo se puede lanzar a la calle (...)” (La Prensa 04/10/2010) Pero Ortega no cumplió sus amenazas.
En la última Carta Pastoral, emitida el 1 de Junio, la Conferencia Episcopal Nicaragüense (CEN), llamó a “superar los miedos” en una claro llamado a su feligresía a votar por los candidatos de la oposición. También criticó el clientelismo político del gobierno sandinista: “A los pobres hay que respetarlos en su dignidad: debemos comprometernos en su promoción humana integral más allá del puro asistencialismo económico y hacer que sean sujetos de su propia historia".
La Carta Pastoral fue en realidad un manifiesto político contra el gobierno de Daniel Ortega: “Los soberbios de corazón, los arrogantes y orgullosos que buscan sus intereses y exigen que se rinda culto a su personalidad (...) se pierden y se dispersan por autodivinizarse, siguiendo sus caminos y no los de Dios (…) los poderosos que ejercitan el dominio en modo despótico y autoritario, consolidándose en modo prepotente y tiránico sobre los demás, actúan como si Dios no existiera y por eso Dios mismo los destrona y derriba”
Para suavizar el contenido del ataque, monseñor Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua aclaró que “(…) No estamos adversos al gobierno ni queremos entrar en confrontación, este documento (…) queremos iluminar a los que están en el gobierno, a los que están haciendo política, a los que están en X o Y movimiento; esto es una exhortación. Nuestro afán no es molestar, sino más bien iluminar”.
La realidad es que la Iglesia Católica es el partido de la oposición burguesa mejor organizado de Nicaragua, tiene una amplia estructural territorial de iglesias o parroquias que abarcan todo el territorio nacional, en la que los sacerdotes actúan de manera disciplinada pronuncia discursos todos los días que celebran misa, repitiendo los argumentos de la Conferencia Episcopal. Estas críticas tienen un efecto demoledor en un año electoral, donde la feligresía católica busca la orientación, no espiritual sino política, de sus obispos.
Los empresarios aplauden al gobierno
Si bien es cierto que la Iglesia Católica mantiene su crítica constante al gobierno sandinista, los empresarios agrupados en el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) mantienen una actitud diferente, de colaboración con este segundo gobierno sandinista, y se muestran complacidos y felices por la política económica neoliberal que ha sostenido el gobierno de Daniel Ortega.
Incluso, aunque han planteado con timidez la necesidad de mantener la observación electoral internacional de las próximas elecciones, no temen a la reelección de Daniel Ortega. José Adán Aguerri, reelecto presidente del COSEP, ha manifestado públicamente la alegría de los empresarios: “El motor de la economía la tiene el sector privado" que actualmente "genera el 93% del empleo del país y el 83% de Producto Interno Bruto (PIB). El año pasado la economía creció 4,5%, se logró controlar la inflación en un dígito y se obtuvieron niveles récord de exportación, favorecido éste último por el tratado de libre comercio que existe con Estados Unidos desde 2006. (…) Se puede decir que hay una relación necesaria de comunicación entre el sector privado y el gobierno (…) Cuando el gobierno actual llegó (al poder en 2007) nos quitaron de todas las juntas directivas de los entes autónomos y del gobierno y las políticas salariales eran unilaterales, sin embargo a partir de 2009 todo eso ha cambiado"(El Nuevo Diario 03/06/2011)
Mientras los Obispos libran una batalla espiritual contra el endurecimiento del régimen, los empresarios, más pragmáticos, se tocan la bolsa y felices aplauden al gobierno sandinista. El gobierno de Daniel Ortega es su gobierno.