Por Aquiles Izaguirre.
Este año será crucial para el Seguro Social en Nicaragua. Pero ¿Por qué será tan importante este año para el sistema de pensiones? La respuesta es sencilla, el FMI está presionando para reformar el sistema de pensiones, haciendo que los trabajadores se jubilen bajo peores condiciones a las ya existentes en nuestro país.
Un poco de historia.
El seguro social como lo conocemos modernamente no es un regalo, este nació producto de una experiencia basta que fue haciendo el proletariado mundial. Para comprender esto, debemos ver que el sistema de seguridad social, tiene muchos predecesores, ya desde la edad media tanto en Europa como en el mundo musulmán, los reinos y privados establecieron organizaciones de ayuda a los pobres y desamparados. Fue en el siglo XIX, producto de la revolución industrial que las cosas cambiarían, millones de campesino se desplazan a las ciudades en busca de trabajos y oportunidades. Es en este periodo que las masas de obreros eran sobre explotados teniendo que trabajar más de 12 horas diarias para ganar un mísero salario que les permitiese subsistir.
Las brutales condiciones creadas por el capitalismo hacen que los trabajadores comiencen a organizarse para luchar por sus derechos, se gestan grandes luchas y se fundan las denominadas Internacionales Obreras, siendo la más fuerte la Segunda Internacional. De esta Internacional, el partido más fuerte era el Socialdemócrata Alemán, no es fortuito, que fuera en Alemania que surgiese la Seguridad Social. Fue en la década de los 80tas que el Canciller de Hierro, Otto Von Bismarck quien se encargaría de llevar a cabo reformas que llevarían a la instauración del primer sistema de seguro social. Pero el mismo Bismarck estaba claro que no estaba dando un regalo, en un famoso discurso declararía que era mejor pagar el seguro social, a asumir las costas de una revolución proletaria.
Las presiones del FMI
En Nicaragua, fue en la época de la dictadura Somocista que se creó la seguridad social, esta vendría en una época de crecimiento económico, y sobre todo en que la dictadura quería otorgar beneficios para evitarse la influencia soviética en el movimiento obrero. Desde esa época nuestro seguro social ha tenido fuertes embistes, pero hasta la fecha ha logrado subsistir. Pero los tiempos han cambiado, el muro de Berlín sucumbió, y el capitalismo lleva un proceso de desarticulación de las conquistas sociales que costó décadas y sangre al movimiento obrero.
Hoy por hoy suenan vientos de cambio, estos vientos vienen del FMI, organización que está pidiendo reformas al sistema de pensiones, según Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI): “En nuestros trabajos hemos sido repetitivos en resaltar la necesidad de un plan fiscal de mediano plazo, que al revisar las exenciones fiscales y mejorar la administración tributaria, corrija los desbalances en los sistemas de pensiones, y regrese la fiscalidad a una situación más balanceada” (Confidencial 06/03/2018) Fernando Delgado, en su visita Nicaragua advertiría: “Realmente aumentar la edad de jubilación es una solución técnica que nos parece muy buena, pero entendemos que puede ser imposible (aplicarla) derivado de la discusión política que pueda plantearse entre los estamentos afectados. Pero hay otras medidas no tan buenas técnicamente, pero que darían un efecto similar, como decía antes, también se pueden recortar las pensiones y el efecto es el mismo” (La Prensa 06/02/18)
¿Cuál es la salida?
La receta que pretende aplicar el FMI en Nicaragua no es particular, es la píldora que desean recetar por el mundo, y es que los trabajadores se mueran trabajando, sin tener derecho a pasar sus últimos años pensionados. Hasta el momento, el gobierno sandinista no ha aceptado la posibilidad de cambiar la edad de jubilación, y es que el costo político seria enorme, y sobre todo, sería un fuerte golpe para su base social. Sin embargo, no podemos permitir que se juegue con las pensiones de los trabajadores, es necesario que las organizaciones de masas se movilicen para contrarrestar las presiones del FMI. La lucha no es nueva y debe ser encabezada por los trabajadores y organizaciones sociales. Es importante comprender que el INSS no sólo se puede salvar aumentando la edad de jubilación, sino gravando las ganancias de los grandes empresarios, que han sido los mayores beneficiados en estos 28 años de gobierno post revolución.