Por Victoriano Sánchez
La dictadura continúa aplicando de manera implacable su estrategia para sostenerse en el poder, a cualquier costo, incluso enfrentándose con sus antiguos aliados del gran capital, quienes manejan los hilos del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP)
A raíz de le rebelión de abril del 2018, se rompieron las buenas relaciones de “diálogos y consensos” entre los grupos del gran capital y la dictadura Ortega-Murillo. No obstante, ambas partes trataron de restablecerlas por medio del Dialogo Nacional en Mayo del 2018 y abril del 2019, pero estos intentos de reconciliación fracasaron.
El anuncio del diputado Wálmaro Gutiérrez
A inicios del 2021 Daniel Ortega anunció que convocaría a un Dialogo Nacional después de las elecciones del 7 de noviembre. El ambiente electoral cambió abruptamente, en los meses de mayo y junio, con la represión y encarcelamiento de los principales candidatos de la oposición burguesa, y la posterior cancelación de la personalidad jurídica del Partido Conservador (PC), el Partido Restauración Democrática (PRD) y el Partido Ciudadanos por la Libertad (CxL)
El FSLN tiene el control total del proceso electoral y de sus resultados, en el que participan únicamente partido zancudos o colaboracionistas. Esta “anormalidad” ha desatado las condenas y críticas de los bloques imperialistas, encabezados por Estados Unidos-Canadá y la Unión Europea (UE), quienes califican las elecciones como una “farsa”.
En ese contexto, se produjeron las declaraciones del diputado oficialista, Walmaro Gutiérrez, quien declaró que después de que el FSLN gane las elecciones van a convocará a un nuevo Dialogo Nacional, “(…) En ese diálogo van a caber todos los que amen a Nicaragua, no los que pidan sanciones para Nicaragua (…) Ahora, si el gran capital se nos quiere unir en este esfuerzo, bienvenidos sean (…)” (La Prensa 12/10/2021).
El encarcelamiento de los dirigentes del COSEP
Aparentemente se trataba de una propuesta conciliadora con el objetivo de disminuir las tensiones con la comunidad internacional, y crear expectativas de un posible arreglo político a lo interno, pero en realidad no era así, mas bien era el preludio de nuevos golpes contra la cúpula del COSEP.
En el conflicto con los grupos del gran capital, la dictadura encarceló a los operadores de los grupos del gran capital, como Jose Adán Aguerri, que es operador del Grupo Pellas, al banquero Luis Rivas, que es operador de Ramiro Gurdián, dueño del grupo BANPRO; persiguió, pero no pudo encarcelar a Gerardo Baltodano, miembro del clan Baltodano, dueño del principal grupo exportador de café, etc.
A raíz del encarcelamiento de Jose Adán Aguerri y de Luis Rivas, operadores políticos del gran capital, el COSEP guardó silencio, dejo de exigir elecciones libres, probablemente para evitar más represalias, pero la táctica del avestruz que ante el peligro entierra la cabeza en arena, no le funcionó porque la dictadura nuevamente tomó la iniciativa y dio un golpe espectacular encarcelando a Mike Healy y Álvaro Vargas, presidente y vicepresidente del COSEP, quienes representan el ala más dura de los empresarios.
¿Preparando el nuevo Dialogo Nacional?
Esta acción represiva contra el COSEP, fue una repuesta a la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA), del día 20 de octubre, que exigía la liberación de los candidatos presidenciales y la realización de elecciones “libres”. En un doble objetivo, el golpe de la dictadura también prepara el escenario de un posible Dialogo Nacional después de las elecciones, pero bajo las condiciones impuestas por ella, con el objetivo central que el gran capital acepte un nuevo periodo presidencial de Ortega y Murillo.
Al caer presos el presidente y primer vicepresidente del COSEP, toma las riendas de manera “provisional”, nada menos que el segundo vicepresidente, Cesar Zamora, presidente de la Cámara de Energía, un sector en donde el capital sandinista es mayoritario.
Es probable que este golpe calculado pretenda que, al momento de convocar al Dialogo Nacional, la representación de los empresarios este encabezada por el sector mas proclive a llegar a acuerdos con la dictadura. Para lograr ese objetivo, la dictadura no ha vacilado en colocar la pistola en la sien y apretar el pescuezo al COSEP.