Llegado diciembre, finaliza el plazo legal de la comisión tripartita (trabajadores, empleadores y gobierno) que fija el salario mínimo. Como es usual, la comisión cesa sus funciones sin acuerdo, puesto que los gremios empresariales se han negado a aprobar ningún aumento del salario mínimo, ya que en esta ocasión no han formulado ninguna propuesta concreta. Los empresarios saben que, al no haber acuerdo, le tocará al gobierno fijar el ajuste y confían en el "gobierno empresarial" de Martinelli para que defienda sus intereses, aunque éste dará un pequeño aumento que usará en su campaña electoral.
La dirigencia sindical (CONATO-CONUSI), ha solicitado un aumento entre el 50 y el 60 por ciento respecto al salario mínimo actual, pero dejó pasar el año de negociación sin movilizar a la clase trabajadora por un salario justo y sin imponer un debate sobre el tema ante la opinión pública, contrario a lo que se hacía en las décadas del 70 y 80. De manera que la pasividad de la dirigencia sindical también favorece que el gobierno decida unilateralmente el monto a ajustar y lo presente como si fuera una dádiva suya con ribetes electoreros.
Lo peor es que, sin haberse aprobado ningún aumento todavía, los empresarios aprovechan para subir los precios de antemano y para confundir a los trabajadores achacando falsamente la culpa de los aumentos de precios al aumento de los salarios, cuando la realidad es al revés.
La relación salario y costo de la canasta básica
Para hacerse un criterio correcto sobre este tema, lo primero que los trabajadores debemos tener claro es que nuestra Fuerza de Trabajo (capacidad física e intelectual para producir) ha sido convertida en una mercancía por el capitalismo. La Fuerza de Trabajo se vende como cualquier mercancía en lo que se llama "mercado de trabajo" y el salario expresa el precio de esa mercancía.
Los precios de las mercancías están determinados por dos factores: costo de producción y ley de oferta/demanda. El costo de producción de la mercancía denominada Fuerza de Trabajo está medido en un indicador denominado Canasta Básica, es decir, el costo de las mercancías imprescindibles para producir fuerza de trabajo con capacidad física y mental de trabajar. La Canasta Básica a su vez se divide en dos: Canasta Básica de Alimentos (CBA), costo de alimentos necesarios para sostener la vida; y Canasta Básica General (CBG), o costo de las otras necesidades básicas como casa, transporte, luz, teléfono, vestido, salud, educación, etc.
Cada mes, el Ministerio de Economía controla el precio promedio de una canasta de alimentos para establecer la CBA y establece la CBG sobre el criterio (sugerido por CEPAL) de multiplicar por dos la primera (aunque esta es una arbitrariedad porque debiera salir de la suma del costo real de los servicios y bienes que consumimos). También hay controversia por la lista de alimentos que han sido incluidos o excluidos del control de la CBA porque para muchos no expresa el verdadero costo de los alimentos en Panamá.
El costo de producir Fuerza de Trabajo o costo de la Canasta Básica Gneral (CBG) debiera ser el piso del Salario Mínimo legal, porque eso sería pagar el valor real de lo que cuesta producir esta mercancía. En realidad, empleadores y gobierno tienden a ignorar la CBG a la hora de fijar el salario mínimo y sólo lo referencian con la Canasta Básica Alimenticia (CBA), como si la única necesidad del trabajador fuera comer. Pero también varias categorías o tipos de empleo son pagados por debajo de la CBA, por ejemplo, los trabajadores agrícolas.
Los salarios máximos, en la lógica capitalista deben estar en relación con la Ley de Oferta/Demanda, según la cual una mercancía baja o sube de precio según la demanda y la oferta que existe de la misma. En este momento en Panamá, los salarios deberían tender a ser altos si se toma en cuenta que existe una gran demanda de trabajadores por el alto crecimiento económico que hay, especialmente en la construcción (donde están los mejores salarios). Pero el gran bolsón (40% de la fuerza de trabajo) de personas en la informalidad son usadas como una oferta extra y artificial para mantener los salarios controlados o bajos.
¿Cuál debería ser el piso del salario mínimo actual?
El salario mínimo depende del criterio que se use. A nuestro juicio debiera ser equivalente al costo de la Canasta Básica General (CBG), que incluye alimentos y otras necesidades básicas vitales. Las otras necesidades debieran calcularse con la suma del promedio de precios de la vivienda, transporte, vestido, etc. Por esa razón la dirigencia sindical CONATO-CONUSI ha propuesto que debiera corresponder a un monto entre 700 y 750 balboas.Pero si usamos el criterio habitual del Ministerio de Economía, partiendo que la CBA en noviembre de 2013 estaba en B/. 333.40 y lo multiplicamos por 2, tenemos que el costo de la vida es, al menos, de B/. 666.80. Eso cuesta producir fuerza de trabajo en Panamá, entre 666.80 y 750.00 balboas, y debiera ser el límite inferior del salario mínimo.
Ante este argumento, gobierno y empresarios alegan que la CBA es calculada para una familia (dos adultos y dos niños en promedio, pero las familias pobres no encajan en ese esquema) y que en una familia al menos dos trabajan, por ello defienden el otro criterio, basar el salario mínimo no en la CBG, sino en la CBA.El hecho es que, a noviembre de 2013, el costo de la Canasta Básica Alimenticia ha sido estimada por el Ministerio de Economía en B/. 333.40. Por ende, siguiendo la lógica empresarial, no debería haber ningún salario mínimo inferior al costo de la CBA, es decir, el salario mínimo más bajo debe ser igual a B/. 333.40.
Lamentablemente la dirigencia sindical (CONATO-CONUSI) ha hecho una propuesta genérica que en la práctica va a dejar por debajo del costo del CBA a varias categorías laborales, especialmente en el interior del país, donde falsamente se aduce que el costo de la vida es más barato, pero que en realidad es al revés, la Canasta Básica es más cara en las provincias que en la capital. Al pagar por debajo de su valor real el costo de producir fuerza de trabajo (el costo de la vida) lo que hace el gobierno es subsidiar las ganancias del sector empresarial. Subsidio que pagamos directamente los trabajadores al dejar de cobrar trabajo que, en la lógica capitalista, debieran pagarnos. Esto es lo que se llama "dumping social".
No sólo necesitamos salario mínimo, requerimos un aumento general de salarios
El ajuste del salario mínimo, por mínimo que sea, beneficia tan sólo al 35% de la fuerza de trabajo (200 mil asalariados), el resto gana más que el mínimo pero también se ve afectado por la inflación y aumento de los precios, principalmente los alimentos. Según datos aportados por Samuel Rivera de la CGTP (La Prensa 4/12/13), la inflación acumulada en el rubro alimentos en los últimos cuatro años ha sido del 42%, mientras que la pérdida del poder adquisitivo del salario de los trabajadores ha sido del 30%.
Según ese razonamiento, corresponde exigir un Aumento General de Sueldos para todos los trabajadores de, al menos, 42%!! Como mecanismo de compensación del poder adquisitivo perdido por la inflación. La última vez que se decretó un aumento general de sueldos fue en la década de 1980. Junto a este aumento concreto para el momento actual, el movimiento sindical debe exigir que se haga realidad la propuesta de FENASEP de hace varios años de una Ley de Indexación periódica de los salarios en función del aumento de los precios o, como llaman otros, escala móvil de salarios.
El sector empresarial, cada vez que se menciona el tema de los aumentos de sueldo, gusta escudarse en la excusa de que éstos deben estar condicionados a la "productividad" del trabajador, es decir, a la tasa de explotación de la fuerza de trabajo o cuanta plusvalía producen los trabajadores medida contra sus salarios, conviene citar el análisis del economista Rubén Lachman para demostrar que en Panamá hay suficiente productividad: "La cosa está tan buena que en los últimos diez años la brecha entre lo que reciben los asalariados y la ganancia de los inversores es tal que por cada Dólar de salario, el empresario recibe 2.4 Dólares. En Estados Unidos, por cada Dólar de salario, el empresario sólo recibe 60 centavos".
Hay que exigir la congelación de precios de la Canasta Básica
Como la lucha por el salario es parte de la lucha de clases general, en la que cada una pelea por el tamaño del pedazo del pastel que le toca, los empresarios buscan anular cualquier ajuste del salario mínimo, por pequeño que sea, con aumentos arbitrarios de los precios para aumentar sus ganancias. Es decir, lo que ceden con una mano, nos lo quitan con la otra. Para evitar esa trampa, la dirigencia sindical debe acompañar la exigencia de aumento de salarios con la exigencia del control de precios en general, de la Canasta Básica en particular, y mucho más especialmente de la Canasta Básica de Alimentos. No acompañar ambas demandas (aumento de salarios y control de precios) es formular una propuesta incompleta que, a la larga sólo favorece a los empleadores.
¡Por un aumento justo del salario mínimo equivalente a la Canasta Básica!
¡Por un aumento general de sueldos que compense la inflación!
¡Por la congelación y control de precios de la Canasta Básica!
Movimiento Popular Unificado
Coordinación Nacional del MPU.
Panamá, 7 de diciembre de 2013.