Por Orson Mojica

La crisis en Venezuela está llegando a limites inesperados con las recientes declaraciones del presidente Donald Trump que amenaza con una posible invasión militar. Sean bravuconadas o no, que solo buscan la negociación, los socialistas centroamericanos llamamos a la izquierda centroamericana a estar alerta de lo que ocurre en Venezuela y estar atentos para repeler cualquier injerencia militar de Estados Unidos

El futuro de Cuba ligado a la crisis en Venezuela

No solo está en juego el poder, y con ello las inmensas reservas petrolíferas de Venezuela. Pero, además, está en juego el futuro de Cuba y del proyecto nacionalista de un sector de la burguesía Latinoamérica, alrededor de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), mejor conocida como ALBA.

El chavismo es la expresión política del nacionalismo burgués de un sector importante de las fuerzas armadas de Venezuela, que después del Caracazo de 1989, confluyeron con el movimiento de masas, y decidieron tomar el control directo de la riqueza petrolera de Venezuela.

El chavismo articuló el proyecto económico del ALBA y con ello logró darle un respiro a la asediada economía de Cuba. Desde 2003, Venezuela ha proporcionado créditos a Cuba por el valor de 100, 000 barriles diarios de petróleo. A partir del 2013, por la crisis de los precios, esta cuota descendió a la mitad. Incluso, Cuba obtuvo altos réditos al revender el petróleo que sus refinerías procesaban. No obstante, el año pasado, por la escasez de petróleo, Cuba debió por primera vez comprar petróleo el mercado abierto.

Otros países miembros del ALBA, como Nicaragua, han tenido que comprar petróleo a Estados Unidos. El futuro del proyecto del ALBA está ligado a la solución de la crisis en Venezuela.

Los límites de la resistencia del chavismo

No hay duda, que el chavismo se aferra firmemente al poder, pero ya no se apoya en la mayoría de las masas, sino en un sector de estas. Ya no recurre a la movilización de masas, ni a las nacionalizaciones, sino que intenta mantener un frágil equilibrio, resistiendo, por un lado, a la ofensiva derechista en su contra, apoyándose en las fuerzas armadas, y por el otro, intenta recomponer la economía con medidas netamente capitalistas que perjudican a las masas hambrientas. Agua y fuego al mismo tiempo.

Pero en la medida en que el contexto internacional es desfavorable, la situación del gobierno de Maduro es cada vez más crítica. No basta querer resistir, es necesario saber resistir. No es una resistencia para triunfar y cambiar radicalmente a Venezuela. El problema es que el chavismo resiste para poder negociar en una mejor relación de fuerzas. La única manera de resistir y triunfar sería que el chavismo pueda recomponer su relación con la mayoría de las masas, algo que no se ve por el momento, o que surja una nueva conducción del movimiento de masas que enderece el rumbo.

La ANC: crucifijo protector.

Las elecciones para Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se realizaron el 30 de julio del año en curso, a como estabas programadas. Las presiones de Estados Unidos y del conjunto de la burguesía latinoamericana, no hicieron retroceder al gobierno de Nicolás Maduro.

A pesar que hubo rumores que la ANC no sería instalada inmediatamente, para dar espacio a le negociación con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el chavismo estaba necesitado de instalar la ANC, debido a que el segundo párrafo del artículo 150 de la Constitución de 1999 estableció que: (…) Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente.(…)”

Al no participar la oposición derechista en las elecciones para ANC, el triunfo del chavismo fue absoluto. De esta manera, la instalación de la ANC, electa con base a las necesidades del gobierno de Maduro, se paralizaron las instituciones que se oponían al gobierno, como la Fiscalía y la propia Asamblea Nacional. De un solo golpe, el gobierno de Maduro anuló los resultados de las elecciones del año 2015 que le dieron la mayoría absoluta a los partidos derechistas de la MUD. Conforme la Constitución de 1999, vigente, la ANC está por encima de la Asamblea Nacional, y de cualquier otro poder.

La diferencia entre ambas elecciones, independientemente del resultado de las mismas, es que en diciembre del 2015 los partidos derechistas de la MUD obtuvieron la mayoría absoluta con base al voto universal (una persona un voto), reflejando una decisión mayoritaria, pero la elección de la ANC no fue con base al voto universal sino al voto ponderado, porque se votó dos veces: una por sector social, y otra supuestamente de manera universal.

Con este golpe de timón, el gobierno de Maduro pretende disolver la dualidad de poderes, reflejada en dos instituciones legislativas del Estado burgués, que están en pugna. La Asamblea Nacional en manos de la MUD ya no puede votar nada en contra del gobierno, porque todo puede ser anulado por la ANC. Se destituyó a la fiscal Luisa Ortega Diaz, en pugna con Maduro, y fue sustituida por Tarek William Saab. De igual manera, la ANC resolvió que sesionará por un espacio de dos años, es decir, hizo coincidir la existencia de la ANC hasta la finalización del gobierno de Maduro, y un año más allá, hasta el 2019.

La ANC se convirtió en el crucifijo que protegerá al gobierno de Maduro hasta finalizar su mandato, echando por la borda de una vez por todas, los intentos de aplicar el referendo revocatorio o de derrocar por la vía institucional a Nicolás Maduro, ya que la ANC le confirmó en el cargo.

Mas presiones: la Declaración de Lima

La crisis e impotencia de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha resultado incapaz de tomar decisiones sobre la crisis en Venezuela, creando insatisfacción entre los gobiernos más derechistas, quedó reflejada en La Declaración de Lima, del 8 de agosto del 2017, donde 12 países de América Latina, por fuera de la OEA, como son Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, suscribieron una declaración de condena al gobierno de Maduro, quedando únicamente por fuera El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Uruguay y Cuba. Esta Declaración muestra la crisis de la OEA, así como de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ya que esta ultimo tampoco logró una declaración de apoyo a Maduro.

La Declaración de Lima, manifiesta su “condena a la ruptura del orden democrático en Venezuela. Su decisión de no reconocer a la Asamblea Nacional Constituyente, ni los actos que emanen de ella, por su carácter ilegítimo. El pleno respaldo y solidaridad con la Asamblea Nacional, democráticamente electa”.

Pero hace una salvedad, de reconocer “Los actos jurídicos que conforme a la Constitución requieran autorización de la Asamblea Nacional, cuando dicha Asamblea los haya aprobado”.

Reafirma “su decisión de continuar la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Venezuela, apoya la decisión del MERCOSUR de suspender a Venezuela en aplicación del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático”.

Pero lo más importante fue la “disposición a apoyar de manera urgente y en el marco del respeto a la soberanía venezolana, todo esfuerzo de negociación creíble y de buena fe, que tenga el consenso de las partes y que esté orientado a alcanzar pacíficamente el restablecimiento de la democracia en el país”.

Las presiones diplomáticas se han intensificado con el objetivo de quebrar la resistencia del gobierno de Maduro, y obligarlo a abrir, de una vez por todas, la ansiada mesa de negociaciones.

El adelanto de las elecciones regionales para octubre

Las presiones diplomáticas obligan, una vez más, al gobierno de Maduro a responder. En esta ocasión, la ANC aprobó un decreto para adelantar las elecciones regionales pospuestas, del mes de diciembre al mes de octubre, es decir, a realizarse en dos meses.

La erosión del chavismo tiene su origen principal en la caída de los precios del petróleo, y en la disminución de los beneficios sociales de la renta petrolera. Y como los precios del petróleo no tienden a subir en el futuro inmediato, la crisis económica continuará. Por ello, con la protección de la ANC, el chavismo necesita atrincherarse en los gobiernos de los Estados, sobre todo por la cercanía de elecciones generales en el año 2018.

Pero este adelanto de las elecciones viene acompañado de una nueva maniobra: El Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) anunció recientemente que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no podrá presentar candidatos en 7 de los 23 Estados: “En el caso de la organización con fines políticos MUD, ésta deberá abstenerse de inscribir candidaturas en Zulia, Apure, Monagas, Bolívar, Trujillo, Aragua y Carabobo, en cumplimiento de decisiones acordadas por juzgados de esos estados, relacionadas con juicios que se vienen adelantando desde el año pasado”(El Nacional 07/08/2017)

El adelanto de las elecciones ha provocado una fisura dentro de la MUD, ya que hay sectores que muestran proclives a no dejarle el campo libre al chavismo, mientras otros sostienen una línea más dura, de boicot total a las elecciones.

Revuelta militar de la baja oficialidad

Paralelo a la polarización política y la lucha en las calles, ya se produjo una primera intentona de rebelión militar, que refleja el descontento de la baja oficialidad. Un grupo de 20 soldados de la 41 Brigada Blindada en Valencia, encabezados por el capitán, Juan Caguaripano, se declaró en rebeldía con el objetivo de “restablecer el orden constitucional”.

Esta rebelión minoritaria fue sofocada rápidamente, pero es un indicador de como la crisis política está penetrando dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Es el segundo incidente militar que ocurre después del espectacular ataque desde un helicóptero artillado contra el Ministerio Publico

La amenaza de invasión militar de Trump

En una inesperada rueda de prensa, el presidente Donald Trump declaró, en relación a la crisis en Venezuela, “Tenemos muchas opciones para Venezuela. Y, por cierto, no voy a descartar una opción militar (…) Tenemos tropas en todo el mundo en lugares muy lejanos, Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y se está muriendo (…) Venezuela es un desastre, es un desastre muy peligroso y una situación muy triste (…)” (Clarín 11/08/2017) Es la primera vez que Trump se manifiesta por una posible salida militar que implicaría una invasión, y convertir América Latina en un campo de batalla.

Esta agresiva declaración se produce como antesala a la gira del expresidente Mike Pence por América Latina, donde, evidentemente, tratará con los gobiernos de la región, la posible solución a la crisis de Venezuela.

Estas explosivas declaraciones obligaron a la MUD a pronunciarse, rechazando una salida militar a la crisis: "La Mesa de la Unidad Democrática rechaza el uso de la fuerza, o la amenaza de aplicar la misma, por parte de cualquier país en Venezuela, de conformidad con lo establecido en la Carta de las Naciones Unidas". Asimismo, repudia la intervención cubana y “la amenaza militar de cualquier potencia extranjera y responsabiliza a la dictadura de Maduro por convertir al país en una amenaza regional”. Y termina suplicando: “El único camino a la paz es la restitución de la democracia. Los venezolanos exigimos la realización de elecciones libres en todos los niveles para que podamos volver el orden constitucional” (El Nacional, 13/08/2017)

Los expresidentes que han servido de mediadores, Leonel Fernández, José Luis Rodríguez Zapatero y Martín Torrijos, también se pronunciaron en contra de una invasión militar extranjera

Una luz al final del túnel

En medio de la polarización existente en Venezuela, entre chavismo y la derecha del MUD, comienza a perfilarse una nueva alternativa de dirección revolucionaria. Recientemente, el Equipo Operativo Nacional de Marea Socialista (MS), rompe con el gobernante Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), en su "Carta Abierta a la izquierda chavista y la izquierda autónoma", llama a romper la polarización política a y construir una opción revolucionaria.

Este llamamiento se une a la dura lucha librada por los compañeros del Partido Socialismo y Libertad (PSL), que tiene años de lucha por la construcción de una alternativa revolucionaria que supere al chavismo.

No todo está perdido en Venezuela, la realidad está produciendo reagrupamientos de revolucionarios que, de constituirse, pueden resultar en una alternativa seria ante la demagogia derechista de la MUD y ante el falso discurso socialista del gobierno de Maduro, que traiciona las enormes tradiciones democráticas del chavismo en su primero periodo.

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