Por Rubén Figueroa
Recién instalado en la presidencia, el impredecible Donald Trump, dio un viraje en su discurso contra el gobierno de Nicolas Maduro, en Venezuela. Contrario a lo que muchos pronosticaban, le dio la espalda a la oposición burguesa liderada por María Corina Machado, e inició a finales de enero del presente año un rápido y directo acercamiento con el gobierno de Maduro.
Trump envió nada más y nada menos que al general Richard Grenell, hombre de confianza, supuestamente para negociar la excarcelación de ciudadanos norteamericanos presos, aunque también en la agenda estaba también la exigencia de aceptar el envío masivo de deportados venezolanos a su país de origen.
El resultado de esta primera negociación fue el reconocimiento en los hechos del gobierno de Maduro, y el abandono de la retórica contra el “fraude electoral” de las elecciones del 28 de julio del 2024. La liberación de seis ciudadanos estadounidenses fue una especie de aperitivo o regalo de buena voluntad para iniciar el restablecimiento de las negociaciones directas entre Estados Unidos y Venezuela.
Rubio el duro y Grenell el negociador
Mientras Trump enviaba a Grenell a negociar a Caracas, el Secretario de Estado, Marco Rubio, dio fuertes declaraciones contra el gobierno de Maduro. En su primera gira relámpago por Centroamérica, el patio trasero de Estados Unidos, Marco Rubio, declaró que los regímenes de “(…) Nicaragua, Venezuela y Cuba son enemigos de la humanidad y han creado una crisis migratoria, si no fuera por esos tres regímenes no hubiera una crisis migratoria en el hemisferio” (swuissinfo 04/02/2025)
En ese momento, no estaba claro cuál sería la estrategia de Trump en relación al gobierno de Maduro, si continuaría con su tradicional política de sanciones y bloqueos, o si la visita de Grenell era el primer paso de una política pragmática de negociación
El petróleo venezolano y las licencias de operación de Chevrón
Detrás del giro pragmático de Trump, estaba obviamente, el tanteo para continuar accediendo a la riqueza petrolera de Venezuela. En noviembre de 2022, el entonces presidente Joe Biden, como una concesión ante el compromiso de Maduro de realizar elecciones democráticas en las que participaría el conjunto de la oposición burguesa, concedió una licencia temporal a la trasnacional Chevrón, la estaba programada a vencerse en mayo del 2025.
Hubo giros y contra giros en este proceso de negociación, especialmente en torno a la aceptación de migrantes venezolanos por parte del gobierno de Maduro. En medio de las tensiones, ante la resistencia de Maduro, Trump mando una cuota de migrantes venezolanos a la mega cárcel de Bukele, en El salvador, al terrible Centro Especial contra el Terrorismo (CECOT), lo que provocó una ruptura temporal de las negociaciones.
En marzo, Trump amenazó con aplicar aranceles extraordinarios del 25% a cualquier país que importara petróleo o gas venezolano. Tácticas intimidatorias que no funcionaron. Aunque Trump dejó vencer el plazo de la licencia de Chevrón en mayo, la necesidad de obtener el petróleo venezolano fue mucho más fuerte que sus bravuconadas.
El memorando de Marco Rubio sobre la observación de procesos electorales
El 17 de Julio, The New York Times y Wall Street Journal, dos grandes medios de comunicación de Estados Unidos, dieron a conocer un memorando firmado por Marco Rubio, que significa un giro de 180 grados en la política exterior. Hasta hace poco, esta política se centraba en la defensa de “valores democráticos”, incluidos los procesos electorales.
En adelante, el Departamento de Estado emitirá criterios sobre los procesos electorales, únicamente si interesan a Estados Unidos. Por esta razón, Rubio ordenó que las declaraciones sobre elecciones extranjeras se centren en felicitar al candidato ganador y “eviten opinar sobre la imparcialidad o integridad de un proceso electoral, su legitimidad o los valores democráticos del país en cuestión (…) Utilizar los mensajes sobre las elecciones para promover un objetivo de la política exterior estadounidense, NO lo utilices para promover una ideología".
(…) En consonancia con el énfasis de la administración en la soberanía nacional, el Departamento de Estado sólo hará comentarios públicos sobre las elecciones cuando exista un interés claro y apremiante de la política exterior estadounidense para hacerlo."
“(…) Estados Unidos se mantendría firme en sus propios valores democráticos y celebraría esos valores cuando otros países eligieran un camino similar”, pero continuaría las relaciones en las que "los intereses estratégicos se alinearan".
Si una oficina quiere publicar mensajes que denuncien el proceso de unas elecciones, como en el caso de la violencia durante la votación o de unas elecciones falsas, necesitan la autorización de un alto cargo del Departamento de Estado y esos permisos serán "raros".
La desaparición de la USAID, que financiaba ilimitadamente a ongs y a partidos políticos proyanquis, deja colgados de la brocha a la oposición burguesa y pequeña burguesa de los países que sufren regímenes autoritarios o dictatoriales, específicamente a la oposición liderada por María Corina Machado en Venezuela.
Pero no nos engañemos: ese memorando dice claramente que Estados Unidos decidirá discrecionalmente que elecciones son importantes para ellos. Lo que hizo fue reducir la cantidad de países a observar en la realización de sus procesos electorales. Se reservó el derecho a decidir que elecciones son democráticas o no, y actuar en consecuencia.
La nueva licencia para Chevrón
El memorando de Marco Rubio despejo el camino para un nuevo acercamiento con el gobierno de Maduro, que se manifiesta en la reanudación de la licencia para que Chevrón continue explotando el petróleo en Venezuela.
Nicolas Maduro dio a conocer la noticia: “Efectivamente, la empresa Chevrón fue informada de la concesión de licencias para seguir sus operaciones en Venezuela, ellos informaron a la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez (…) Así que hay mesas de trabajo para que Chevrón se reincorpore a sus funciones, los felicito, me parece muy bien, Chevrón tiene 102 años en Venezuela y yo quiero que tenga 100 años (más) y trabajar sin problemas”. (CNN, 25/07/2025)
La sed de petróleo ha sido más importante que los falsos discursos democráticos del imperialismo norteamericano. Por el momento, hay un respiro económico para Venezuela, que viene de soportar un inclemente bloqueo económico y financiero. Veremos si esta política negociadora se mantiene en el tiempo.
Una de cal y otra de arena
Al mismo tiempo que Trump negocia el acceso al petróleo con el gobierno de Maduro, mantiene una presión constante contra la dirigencia chavista, al ordenar que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro sancionara al Cártel de los Soles como Organización Terrorista Global, ligándolo directamente al gobierno de Maduro, como si el fuese el maximo dirigente.
En un comunicado, la OFAC afirmó que Estados Unidos empleará “todos los recursos a disposición para evitar que Nicolás Maduro continúe lucrando con la destrucción de vidas estadounidenses y la desestabilización de nuestro hemisferio (…) Administrado por el dictador Nicolás Maduro, este grupo apoya a terroristas que invaden nuestro país para traficar narcóticos, enriquecerse e infligir violencia contra las comunidades”.
Es difícil saber si este nuevo viraje de Trump es una burda maniobra para disimular o encubrir las negociaciones sobre el petróleo, o un mensaje subliminal sobre la posibilidad de normalizar las relaciones con el chavismo, pero sin la conducción de Maduro y su equipo. Lo que si esta claro es que Estados Unidos acusa a cualquier presidente o gobierno, de cualquier delito, con un mecanismo para doblegar su resistencia.
Rubio da otro viraje y refuerza el ataque a Maduro
Ahora Estados Unidos no utiliza un discurso "democratico" para acosar al chavismo, siino que acusa y ataca al gobierno de Maduro, sin presentar pruebas creibles, como parte de un carte del narcotrafico. En una nota de prensa del Departamento de Estado, con fecha 27 de julio, Marco Rubio pasó a atacar nuevamente a Maduro, acusándolo de ser narcotraficante y además de manipular el sistema electoral y denunció anticipadamente el resultado de las elecciones municipales.
Según Marco Rubio: “Maduro es el líder de la organización narcoterrorista designada Cartel de Los Soles, y es responsable del tráfico de drogas hacia los Estados Unidos y Europa. (…) Durante años, Maduro y sus cómplices han manipulado el sistema electoral venezolano para mantener su control ilegítimo del poder. Al programar las elecciones municipales en la víspera del aniversario de las elecciones presidenciales robadas del 28 de julio, el régimen una vez más busca desplegar a las fuerzas militares y policiales para suprimir la voluntad del pueblo venezolano”.
Mientras se producen este tipo de ataques, que vuelven a tensionar las relaciones diplomáticas, la transnacional Chevrón seguirá extrayendo el vital petróleo de Venezuela.