Por David Miller
La reciente Cumbre entre Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Vladimir Putin, presidente de Rusia, realizada el pasado 15 de agosto en la base militar de Elmendorf-Richardson, en Alaska, es un fiel reflejo de los cambios ocurridos en los últimos años, en el llamado “orden internacional”.
La resurrección de las “cumbres presidenciales”
Atrás ha quedado, como un vago recuerdo que se diluye en el tiempo, el “orden internacional” unipolar dominado totalmente por Estados Unidos, a raíz del derrumbe de la URSS en 1991. Lo relevante es que, de los escombros de la URSS, Rusia ha emergido como una nueva potencia imperialista, restableciendo parcialmente al imperio zarista, aunque no su régimen monárquico. Rusia no tiene una economía tan vasta y desarrollada como Estado Unidos o China, pero sigue siendo la segunda potencia militar a nivel mundial.
Con la Cumbre de Alaska, hemos regresado a las cumbres presidenciales entre dos potencias nucleares que llegan a acuerdos secretos para repartirse nuevamente el mundo en áreas de influencia, como ocurría en los añorados tiempos de la “guerra fría”.
La ausencia de China en la Cumbre de Alaska
En la Cumbre de Alaska se sentaron las bases para una nueva repartición del mundo. No obstante, no estuvo presente China, la segunda economía del mundo. ¿Por qué no estuvo presente China? En primer lugar, porque en esta Cumbre no se negoció globalmente el orden mundial, como ocurrió en Yalta y Potsdam, al finalizar la segunda guerra mundial.
La administración Trump es consciente de la decadencia de Estados Unidos, y por ello trata desesperadamente de establecer alianzas previas con Rusia antes de sentarse a negociar con China.
Trump está aplicando los consejos de Henry Kissinger, en el sentido que Estados Unidos no puede luchar en dos frentes al mismo tiempo, contra dos potencias emergentes como Rusia y China. Por ello ha decidido, con su clásico estilo que combina amenazas y flirteos, acercase primero a Rusia, llegar a acuerdos con Putin, mientras espera el momento de sentarse a negociar con China, en el mejor de los escenarios.
Por su parte, China observa con atención como se desarrollan los acontecimientos, mientras lucha por imponer su hegemonía económica y militar en Asia y Africa.
Trump presionó por la negociación
Debido a las firmes objeciones de Rusia sobre la propuesta de alto al fuego, Trump perdió la paciencia y amenazó con mayores sanciones a Rusia y con sanciones secundarias sobre aquellos países que compraran al petróleo ruso. La ruptura parecía inevitable. Incluso, India fue sancionada por negarse a suspender las compras de petróleo ruso (en realidad las sanciones fueron por no romper con los BRICS).
Pero la amenaza de más sanciones sobre Rusia, parecían ser más un clásico mecanismo de presión de Trump para forzar la negociación del alto al fuego. Entre el estira y afloja, correspondió el general Steve Witkoff, enviado personal de Trump, preparar condiciones para la realización de la primera Cumbre entre Trump y Putin. Es interesante observar como Marco Rubio, secretario de Estado, es sustituido por un enviado personal de Trump, quien no desempeña un cargo oficial.
El costo territorial de la paz en Ucrania
Existen varias zonas en el mundo que son objeto del forcejeo entre las potencias para redefinir sus respectivas áreas de influencia. Una de ella es Ucrania, en el este de Europa. Todas las expectativas, reproducidas por los grandes medios de comunicación, estaban concentradas en el establecimiento de un alto al fuego como precondición para finalizar la guerra en Ucrania.
A pesar de la propaganda de los grandes medios sobre la supuesta derrota militar de Rusia en la guerra de Ucrania, la realidad es muy diferente. El ejército ruso avanza lento, pero sistemáticamente, sobre las defensas ucranianas. Trump reconoció esta realidad. Cuando anunció la realización de la primera Cumbre presidencial con Putin, declaró que para terminar la guerra en Ucrania “vamos a recuperar algunos territorios y a intercambiar algunos. Habrá intercambios de territorios para beneficio de ambos, pero hablaremos de eso más tarde o mañana". (NYT 09/08/2025)
Las declaraciones de Trump provocaron un escándalo entre sus aliados, especialmente en algunos gobiernos europeos. Zelensky se rasgó las vestiduras, y mostró su inconformidad: “La respuesta a la cuestión territorial ya está en la Constitución. Nadie se desviará de esto. Los ucranios no regalarán su territorio al ocupante (…) Cualquier decisión que nos perjudica, cualquier decisión sin Ucrania, es una decisión contra la paz” (El País 09/08/2025)
La política central de los europeos en relación a la guerra en Ucrania podría sintetizarse así: Un alto al fuego, no concesiones territoriales y garantías de seguridad para Ucrania, incluido el posible ingreso a la OTAN y la participación de la UE y del gobierno de Ucrania en cualquier negociacion.
Las explicaciones de Vance a los europeos
Los gobiernos europeos y Zelensky quedaron por fuera de la negociación, aunque Trump los contentaba y les informaba sobre los pasos a seguir. El vicepresidente Vance fue a Inglaterra a una reunión con los presidentes europeos, a explicar y justificar la decisión de Estados Unidos.
En una entrevista, Vance declaró que “el presidente Trump necesita obligar al presidente Putin y al presidente Zelenski, de verdad, a sentarse a resolver sus diferencias. (…) Si consideramos la actual línea de contacto entre Rusia y Ucrania, intentaremos encontrar un acuerdo negociado con el que los ucranianos y los rusos puedan convivir, donde puedan vivir en relativa paz, donde cesen las matanzas. No va a hacer muy feliz a nadie. Tanto los rusos como los ucranianos, probablemente, al final, no estarán contentos”. (WP 10/08/2025)
Kaja Kallas, alta representante de la Unión Europea (UE) mostró su inconformidad al declarar que "EE.UU. tiene poder para obligar a Rusia a negociar seriamente. Cualquier acuerdo entre EE.UU. y Rusia debe incluir a Ucrania y la UE, pues se trata de la seguridad de Ucrania y de toda Europa". (10/08/2’25)
Vance fue el encargado de emplazar, polemizar y minimizar los reclamos de los gobiernos europeos: "Creo que los estadounidenses están hartos de seguir enviando su dinero, el dinero de sus impuestos, a este conflicto en particular (…) si a la UE les preocupa tanto este conflicto, debería estar dispuesta a desempeñar un papel más directo y sustancial en la financiación de esta guerra. Si los europeos quieren dar un paso adelante y realmente comprar armas a los fabricantes estadounidenses, estamos de acuerdo con ello. Pero ya no vamos a financiarlo nosotros mismos".
La oposición de Zelensky
Trump utilizó como pretexto la oposición de Zelensky para dejarlo por fuera de la Cumbre de Alaska. Zelensky insistió en que “los ucranianos no entregarán sus tierras al ocupante. Cualquier solución que vaya en nuestra contra, cualquier solución que no incluya a Ucrania, es simultáneamente una solución contra la paz. No traerá nada. Son soluciones muertas”. (NYT 10/08/2025),
La oposición de Zelensky, molestó a Trump quien se burló de sus argumentos: “Zelenski ya ha ido a muchas reuniones, lleva ahí tres años y medio y no ha pasado nada [...] quiero decir, ¿realmente quieres a alguien que haya estado haciendo eso por tres años y medio?”.
Los primeros resultados de la Cumbre Trump-Putin
A pesar de las reticencias de los gobiernos europeos y de Zelensy, Trump y Putin se dieron la mano y se reunieron en Alaska en la fecha acordada. Acompañados de sus respectivos funcionarios, Trump y Putin negociaron temas cuyos resultados no fueron dados a conocer. Se limitaron a emitir declaraciones optimistas sobre el reinicio de las relaciones diplomáticas entre ambas potencias.
En una conferencia de prensa conjunta, Putin dijo que “la visita fue oportuna y muy útil. Discutimos prácticamente todas las áreas de nuestra cooperación, pero antes que nada, por supuesto, hablamos sobre una posible resolución de la crisis ucraniana sobre una base justa (….) Naturalmente respetamos la posición de la administración estadounidense, que ve la necesidad de un cese inmediato de las hostilidades, y también nos gustaría ver que esto ocurra. Nos gustaría avanzar hacia la resolución de todos los asuntos por medios pacíficos” (WP 16/08/2025)
Por su parte, Trump declaró que “no hay acuerdo hasta que haya un acuerdo. Se acordaron muchos puntos, y solo quedan unos pocos”. ¿Cuáles fueron los puntos de acuerdo? Debemos leer entre líneas para acercarnos a una real interpretación.
Mas adelante, Trump continúo diciendo: “todos decidieron que la mejor manera de terminar la terrible guerra entre Rusia y Ucrania es llegar directamente a un Acuerdo de Paz, que pondría fin a la guerra, y no a un mero Acuerdo de Alto el Fuego, que a menudo no se sostiene” (WP 16/08/2025)
De ambas declaraciones se desprende que hubo acuerdo en que no se negociará un alto al fuego, y que se trabajará por un Acuerdo de Paz que resuelva todos los problemas. Esta ha sido la posición de Rusia desde el inicio de la guerra, lo que debe interpretarse como una concesión o adaptación de Trump al aceptar la realidad que predomina en el campo de batalla.
Para calmar las protestas de los gobiernos europeos y de Zelensky, Trump admitió que un posible Acuerdo de Paz “realmente depende del presidente Zelenski lograrlo. Yo también diría que los países europeos tienen que involucrarse un poco". (WP 16/08/2025)
Y por si caben dudas, Trump aclaró que la Cumbre fue un éxito: "Creo que la reunión fue un 10. En el sentido de que nos llevamos de maravilla, y es bueno cuando dos grandes potencias se llevan bien, sobre todo cuando son potencias nucleares. Somos el número uno y ellos el número dos del mundo". (NYT 16/08/2025)
Por el tono conciliador de las declaraciones, por lo que no dijeron, pero insinuaron, se desprende que Ucrania será dividida, y que la parte este formará parte de Rusia. A veces se olvida que Ucrania era parte de Rusia. Y que los asuntos que quedaron pendientes son aquellos que tienen que ver con la formalización de la cesión de territorios a favor de Rusia.
Reacomodo a regañadientes
Al terminar la Cumbre de Alaska, casi de manera inmediata, el presidente Macron, la primer ministro Meloni, el canciller Merz, el primer ministro Starmer, el presidente Stubb, el primer ministro Tusk, el presidente Costa, y la presidenta Von der Leyen, emitieron una declaración conjunta en la que reacomodaron sus exigencias:
“Tenemos claro que Ucrania debe contar con garantías de seguridad sólidas para defender eficazmente su soberanía e integridad territorial. Celebramos la declaración del presidente Trump de que Estados Unidos está dispuesto a ofrecer garantías de seguridad. La Coalición de la Voluntad está dispuesta a desempeñar un papel activo. No se deben imponer limitaciones a las fuerzas armadas de Ucrania ni a su cooperación con terceros países. Rusia no puede tener poder de veto contra la adhesión de Ucrania a la UE y la OTAN.
Dependerá de Ucrania tomar decisiones sobre su territorio. Las fronteras internacionales no deben modificarse por la fuerza. Mientras continúen las matanzas en Ucrania, estamos dispuestos a mantener la presión sobre Rusia. Seguiremos reforzando las sanciones y las medidas económicas más amplias para presionar la economía de guerra rusa hasta que se logre una paz justa y duradera”.
Indudablemente, que un posible Acuerdo de Paz debe ser firmado entre las partes en conflicto, lo que incluye a Ucrania. Ese no es un problema, la diferencia esta en que los gobiernos europeos insisten en mantener la presión militar, incluida la no reducción del ejercito de Ucrania y la posibilidad de formar parte de la OTAN. El objetivo siempre es el mismo: usar al ejército de Ucrania como un ariete para debilitar a Rusia, algo que Trump no comparte porque necesita urgentemente equilibrar fuerzas para la inminente negociación con China.
¿Cuáles fueron los resultados pendientes?
Ya hemos visto que el acuerdo principal consistió en trabajar directamente un Acuerdo de Paz, desechando la posibilidad de un alto al fuego temporal, como solicitaban los gobiernos de la UE. La ofensiva del ejercito ruso continuará. Trump se adaptó a la realidad imperante en el campo de batalla. Rusia se impuso militarmente en la guerra, aunque esta terminará mediante acuerdos diplomáticos.
De lo anterior se deriva la inevitable partición de Ucrania, aunque todavía no se conocen la totalidad de los territorios que Ucrania deberá ceder a Rusia. Se confirma una nueva repartición del mundo en áreas de influencia, aunque quedaron muchas zonas en discusión o negociación.
No conocemos las negociaciones por un nuevo statu quo en Medio Oriente, ni cuales fueron las exigencias de Trump en relación a mantener su control y hegemonía en el conjunto de América Latina, su patio trasero.
No se preocupen, queridos amigos, pronto lo sabremos.