Por Maximiliano Cavalera.
En los últimos meses el mundo ha visto cómo reviven conflictos ya relegados en la memoria histórica. El problema político militar que se desarrolla en Ucrania pone al descubierto los intereses que tomaron forma luego de la caída de la URSS y la restauración capitalista de la misma. En menos de un mes, Ucrania vive una convulsión política tan importante que defenestró al gobierno pro ruso de Yanukovich, y a la fecha detona problemas que amenazan no solo con la balcanización del país, sino con que afloren los conflictos inter imperialistas que se manifestaban antes de la caída de la URSS. Lejos de solventar la crisis, el intento de anexión a Rusia de la población de Crimea hace aflorar los problemas nacionales y la división cultural de Ucrania, país que a lo largo de su historia ha oscilado entre el imperialismo ruso y el imperialismo occidental. En pleno siglo XXI el problema no resuelto de la independencia nacional aflora nuevamente, dejando claro que los imperialismos estadounidense, europeo y ruso solo pelean por el saqueo de sus países de influencia, o como decimos en Centroamérica, por su patio trasero.
Un poco de Historia
Ucrania es un país que se ha mantenido bajo la sombra de los imperialismos tanto europeo como ruso. Esta balcanización ha creado dos rasgos nacionales bien marcados entre el Oriente y Occidente: “La figura de Bandera no puede ser aceptada por el Este ucraniano, rusohablante y de cultura rusa, país con el que le unen 350 años de historia común. Las provincias del oeste, cuna y bastión de los partidos nacionalistas radicales ucranianos, han pertenecido sucesivamente a Polonia durante 600 años, 120 al Imperio Austríaco y otros 20 a Polonia durante el periodo de entreguerras. Hábitos alimenticios distintos y tradición religiosa le dan un carácter nacional distinto. De ahí también el nulo apoyo a estos grupos en las regiones del este de Ucrania.” (El Confidencial 17/03/2014). Es decir, los rasgos nacionales y las voluntades políticas de las regiones en Ucrania están vinculados a las constantes intervenciones imperialistas que Ucrania ha recibido a lo largo de los siglos. En este momento están aflorando las contradicciones creadas por los imperialismos europeos que se han repartido Ucrania a su gusto.
En pleno siglo XXI el desarrollo del capitalismo ha logrado constituir un sistema global, al que llamamos actualmente globalización. Pero las fronteras nacionales siguen teniendo una enorme importancia política, y son motivo de grandes conflictos sociales que terminan en guerras civiles. Tenemos, pues, una enorme contradicción entre la economía mundial y la superestructura estatal burguesa, que sigue teniendo la forma de Estados nacionales.
El referéndum de anexión
El conflicto que divide actualmente a Ucrania es una consecuencia de la desaparición de la URSS y de la restauración capitalista. La ansiada independencia nacional fue obtenida en 1991. Ucrania se constituyó formalmente en un Estado independiente, pero en realidad esta independencia fue efímera, porque bajo el capitalismo en crisis la independencia real frente a los imperialismos se logra solo mediante la revolución socialista. Por eso la independencia de Ucrania comenzó a retroceder desde el mismo día de su proclamación. Aparentemente el problema nacional, la gran reivindicación democrática de constituirse en Estado independiente, había sido resuelto. Pero los hechos demuestran que para mantener la independencia se requiere una lucha a muerte contra los imperialismos europeo, norteamericano y gran ruso. El problema central no es entonces la lucha por la autodeterminación nacional, sino la lucha contra los imperialismos que quieren despedazar a la nación ucraniana.
Desde la antigüedad Ucrania ha sido el granero de lo que fue la URSS y Rusia. Este factor la ha relegado a tener poco desarrollo industrial, y por ende, no ha desarrollado una clase obrera fuerte. La restauración capitalista en Ucrania no trajo consigo un mejoramiento en los niveles de vida de las masas. Este factor y el enorme derroche estatal crearon un gran malestar que llevaron a la caída de Yanukovich. Lo que denota la caída de Yanukovich es el temor de una parte de la población a la influencia del imperialismo Ruso, visualizando el ingreso a la Unión Europea como una salida a la crisis económica que impera en Ucrania. Las movilizaciones se iniciaron por dos proyectos de alianza económica diferentes, pero la dinámica se centró contra el gobierno de turno caracterizado por la opresión y la corrupción.
La represión del gobierno de Yanukovich, lejos de desarticular la movilización, la radicalizó. Se mezclaron varios aspectos: lucha nacional contra la opresión gran rusa, situación de miseria y pobreza creada por la restauración política, ilusiones democráticas de las masas que fueron manipuladas por el imperialismo europeo y norteamericano, etc.
Los grupos de derecha
Las movilizaciones de la plaza Maidan y la caída de Yanukovich dejan la percepción de que no se ha articulado una alternativa independiente de izquierda que articule a los trabajadores, es más, no vemos poder dual en donde se dispute el poder con el Estado burgués. La caída de Yanukovich responde a la movilización de las masas y a un golpe preventivo de parte de un sector del ejército intentando calmar una posible revolución. La preocupación es el creciente afloramiento de grupos de derecha: “Bajo el nombre de Pravyi Sektor (Sector de la Derecha, SD), un conjunto de agrupaciones nacionalistas y de ultraderecha consideradas marginales y completamente desconocidas para la sociedad ucraniana se unieron al comienzo de las protestas para proteger a los manifestantes.” (El Confidencial 17/03/2014). A este panorama debemos agregar que la radicalización del país se ha trasmitido al ejército, en donde hay sectores pro rusos y otros que son fieles al nuevo régimen.
Estos grupos son heterogéneos: “Sus miembros son muy diversos y pueden incluir gente muy educada, clase media, trabajadores, estudiantes o ultras del fútbol. Por lo general, gente joven, menor de 35 años” (El Confidencial 17/03/2014).
La crisis económica
La preocupación por la aparición de estos grupos se ve acrecentada por la crisis económica: “El déficit alcanzará este año los 26.000 millones de dólares, la mitad del presupuesto nacional (50.000 millones), mientras que el PIB registrará en 2014 un descenso del 3% en caso de que se adopten las medidas propuestas, y del 10% si la Rada las rechaza, amenazó Yatseniuk durante su discurso. La inflación se situará entre el 12% y el 14%.” (El País 27/03/2014). Para salvar la crisis económica el nuevo gobierno ha solicitado un préstamo al FMI de $ 19.000 millones y otras instituciones internacionales se suman.
La independencia de Crimea
El golpe de gracia es la decisión de Crimea de realizar un referéndum para la independencia y anexión de Crimea a Rusia. Los resultados fueron categóricos, el 95% de la población votó a favor de la anexión a Rusia, este es un tema muy importante y sensible en un país que siempre ha estado a la sombra de los imperialismos, tanto occidental como ruso. Los socialistas revolucionarios estamos a favor de la autodeterminación de las naciones. El referendo ha sido una votación democrática y mayoritaria de la población que desea anexarse a Rusia. En el caso de Crimea defendemos el derecho de su población a decidir su destino. Así como estamos por la separación de los pueblos oprimidos, también respetamos el derecho de anexarse a Rusia, aunque debemos aclarar que esta anexión fortalece al imperialismo granruso.
En medio de este panorama el imperialismo ruso decide dar un golpe en la mesa, y utilizando como pretexto la defensa de los ciudadanos rusos en Crimea invade la región. Estratégicamente el imperialismo ruso invade y controla los puntos claves sin la menor resistencia. La invasión revuelve el avispero y los imperialismos europeo y norteamericano comienzan a pegar el grito al cielo. Como en los viejos tiempos, se inicia un forcejeo de imperialismos en la zona. Estados Unidos apeló a la OTAN y ha exigido sanciones en contra de Rusia. La OTAN ha tratado el tema con mucho cuidado pero ha intentado ponerle presión al imperialismo ruso para que no invada a Ucrania u otro país estratégico para los imperialismos europeo y norteamericano.
Los socialistas no promovemos la balcanización de un país, pero respetamos el sentimiento democrático de las masas, aunque estén equivocadas, por ello siempre proponemos como alternativa revolucionaria la construcción de una Federación de los Estados Unidos Socialistas de Europa. La resolución de la ONU en contra de la separación de Crimea es Gallo Gallina, la realidad concreta nos plantea qué hacemos ante esta situación. La situación es tan compleja que el abastecimiento de gas de muchos países de Europa occidental depende de los suministros que vienen de Rusia. Desgraciadamente hasta el momento la clase obrera no hace su aparición organizada, será hasta que esto pase que probablemente Ucrania y Crimea consigan una verdadera independencia. Ante cualquier amenaza de guerra interimperialista llamamos a todos los trabajadores a que se opongan a una guerra que lo único que hará será repartirse el viejo continente en contra de los intereses de los y las trabajadoras del mundo.