Europa


Por Armando Sosa

A principios del mes de mayo, se realizaron las elecciones autonómicas en Madrid. España.  Estas votaciones tomaban un giro bastante particular, debido a varios aspectos, entre los cuales se destacaban la participación como candidato a la presidencia del vicepresidente del gobierno del estado Español, Pablo Iglesias. Iglesias que era también el presidente del partido Podemos, que gobierna en coalición con el PSOE desde hace dos años, se jugaba una carta importante. Esta decisión lo llevó a la postre a renunciar a todas las actividades políticas y abandonar todos sus cargos en el seno de su partido. Esto por supuesto, lo analizaremos luego.

Los resultados

Uno de los puntos más importantes de este resultado, es la debacle del partido reformista de Iglesias. Fundado en 2014, luego de las poderosas movilizaciones que se levantaron en contra de los brutales planes de austeridad impulsadas por el gobierno del PP con Mariano Rajoy a la cabeza. Los diktats de la UE hicieron que el desempleo se disparara, los salarios fueron reducidos en algunos casos a casi la mitad, los desalojos de propietarios de apartamentos y otros bienes se multiplicaron. Dentro de este contexto, los círculos de ciudadanos, trataron de canalizar las aspiraciones de las masas por la vía electoral.

“En la izquierda, Más Madrid mejoró sus resultados de 2019 e incluso adelantó al PSOE, con quien empató en escaños, 24 cada fuerza, pero con más votos que los socialistas. Su cabeza de lista, Ángel Gabilondo, anunció dos días después del proceso electoral que no recogerá su acta. Unidas Podemos también amplió sus asientos en el parlamento regional pero quedó relegado a la última fuerza de la Cámara. Su líder y candidato, Pablo Iglesias, dejó la política tras la debacle del bloque de izquierdas. Vox, por su parte, obtuvo 13 escaños, solo uno más que en 2019.” (El país 8/05/2021)

Este resultado pone a las puertas un acuerdo entre el PP de Díaz Ayuso y Vox, sin embargo, esto no significa que por lo tanto la crisis política pueda extenderse en el periodo de las negociaciones para confirmar una coalición de gobierno autonómico.

Por otro lado, este voto que puede considerarse como un voto de castigo y un referendo luego de la caótica gestión de la crisis por parte del gobierno de coalición PSOE-Podemos.

La pandemia ha puesto de manifiesto en los distintos países la verdadera cara de la política neo liberal, sus consecuencias sobre las condiciones de trabajo y de salud de la población. Los enormes beneficios que han obtenido sectores de burguesía son todo lo opuesto a la gran degradación de las condiciones de vida de la clase trabajadora. Salarios reducidos o desempleo abierto mientras los grandes empresarios distribuyen beneficios a los accionistas parasitarios del sistema productivo.

Este proyecto reformista fue seguido por varias corrientes de la izquierda revolucionaria que se dejó impresionar por los resultados obtenidos por la agrupación. Desde nuestra corriente, no hemos dejado de advertir de los peligros que representa la formula reformista se desprende de la dirección del partido.

Los hechos más candentes de la lucha de clases han permitido trazar las líneas de demarcación con mayor claridad que los discursos retóricos. Uno de ellos ha sido la crisis catalana y el movimiento independentista. En ese momento, el discurso de Iglesias y de la cúpula de Podemos fue en el sentido de respetar el pacto del 78. Ese pacto, le permitió al franquismo y a la burguesía plasmar el plan de transición hacia un régimen democrático burgués sin que la estructura y la infraestructura sufrieran grandes cambios. Esto llevó por ejemplo a acordar un grado mayor de autonomía a los gobiernos autonómicos, pero sin que por ende pudieran sobrepasar la línea roja de la independencia y la configuración del estado español.

En este sentido, los golpes que empezaba a llevarse la política de conciliación de clases de la dirección de Podemos empezó a hacer aguas. En los hechos, al no cuestionar y denunciar el fondo de las medidas represivas desencadenadas por el aparato judicial y militar del gobierno del PP de Mariano Rajoy con el aval del PSOE encabezado por el actual presidente Pedro Sánchez, Podemos quedó en el bando de la reacción. La aplicación del artículo 155 y del encarcelamiento de los Jordis, presos políticos del estado, solo produjeron algunos lacónicos tweets como reacción al atropello a la decisión de las masas de realizar el referendo del 1 de octubre.

Sin embargo, todavía desde el punto de vista político, la agrupación no había tocado fondo en el proyecto reformista.

Luego de una crisis política casi sin parangón desde la caída del franquismo, el PSOE gobernaba en funciones desde diez meses, cuando el gobierno de Rajoy cayó producto de una moción de censura basada sobre los numerosos y escandalosos escándalos de corrupción en el gobierno y el PP.

Las negociaciones que se dieron para la conformación del gobierno, giraron básicamente a los puestos y algunos puntos del programa de gobierno, en el cual Podemos aspiraba la vice presidencia, que fue obtenida, y una serie de puntos a resolverse en el transcurso del gobierno, como la reforma del código de trabajo que todavía no ha logrado plasmarse.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunciaba con bombos y platillos la entrada en vigencia de las reformas para este año, sin que por lo tanto se modifiquen los nefastos cambios introducidos por el gobierno de Zapatero. En lugar de esto, la ministra anuncia con un discurso ambiguo que deja sin lugar a dudas de la debacle programática del partido.

“ No nos centraremos en la reforma del 2012. Podemos ir al 2012 y no vamos arreglar la situación. Es una reforma que va a suponer una revolución en el empleo. Este país necesita tejer un nuevo contrato social” (La Vanguardia 02/05/2021)

Es claro que lo que menos queda claro es en qué consiste la esencia de este nuevo contrato social y quién va a ser el ganador con todo este andamiaje.

Luego en la misma entrevista todo parece precisarse. El marco de esta reforma va en el sentido de una especie de New Deal a la gringa.

“sigo con muchísima atención las políticas de Biden, y también del secretario de Trabajo estadounidense; me veré con él. Lo más maravilloso de Biden es que ha desplegado sin complejos un programa de estímulos y un programa de actuación social que va a cambiar el paradigma. Y digo sin complejos. Esto es clave. Yo creo, y aquí hablo como Unidas Podemos, si me permiten, el gran reto de civilización en la gran crisis mundial es que tengamos ciertas valentías. Por ejemplo, yo estos días observo el debate interesantísimo en Estados Unidos, con Biden a la cabeza, en materia de ingresos públicos, sin rubor, diciendo lo que he dicho antes: “Mire usted, para tener lo que necesitamos, que es empleo, que es sanidad, que son un montón de cosas, tenemos que tener ingresos públicos, impuestos”, y lo hacen con naturalidad y a la ofensiva, y yo escucho a candidatos en Madrid que nos dicen que ahora no toca. Hay vientos de cambio en la UE y habrá debates interesantísimos sobre qué hacemos con los programas de estabilidad, un montón de cosas.” (ídem)

Esto por supuesto puede tener un efecto en el mejoramiento momentáneo de las condiciones de trabajo de ciertos sectores de la clase trabajadora, siempre y cuando, la CE, la BCE le den el visto bueno al plan, cosa que no está asegurada a pesar de las cuantiosas sumas de dinero que representan el plan de reactivación, unos 140 000 millones de euros. 

Todos los países de la UE deben presentar un plan de asignación de los fondos ante la Comisión, la cual al final dará el visto bueno para la ejecución y desembolso de los fondos.

Una vez más queda claro que las riendas están en manos de la oprobiosa troika que ha dejado en la calle y en el desamparo a casi toda una generación de habitantes del estado español.

El ascenso de Vox

Inexistente hasta hace unos cuantos años, la agrupación fascista liderada por Santiago Abascal ha obtenido una votación récord en las últimas elecciones nacionales y las elecciones autonómicas en Madrid.

Este ascenso de la ultraderecha refleja no solo la polarización social producto de la crisis económica y política en la cual se encuentra sumida España en particular y la UE en su conjunto. Los resultados electorales de los partidos de corte fascista en el seno de la UE no han dejado de aumentar en el último periodo. La política de los partidos de gobierno en varios de los estados que componen la unión, ha hecho enormes concesiones a las alas derechas de la burguesía y de sus propias agrupaciones.

El desmantelamiento de las conquistas sociales por parte de los partidos social demócratas a lo largo de las últimas décadas, ha hecho posible que el desencanto de sectores de la población hacia las agrupaciones que se reivindicaban de izquierda se haya incrementado. Por otra parte, el ascenso de las agrupaciones de corte reformista como Podemos, La Francia Insumisa o el caso más grave de Syriza en Grecia que terminó aplicando a rajatabla el plan de austeridad de la troika, no han terminado de agrupar a los sectores que han salido a luchar bajo un programa revolucionario. El objetivo de todas estas direcciones de estas organizaciones ha sido de canalizar dentro de la institucionalidad burguesa las aspiraciones del movimiento de masas. Todo esto más bien recuerda la vieja socialdemocracia de a principios del siglo pasado.

Como si fuera un reprise de lo que se vio en el siglo pasado, pero con la gran diferencia que en ese entonces el estado obrero de la URSS daba un punto de impulsión a las generaciones de luchadores que aspiraban a la destrucción del capitalismo y la instauración de estados obreros en todos los países de Europa Occidental. Evidentemente este proyecto fue acabado con el control de la burocracia estalinista de todos los partidos comunistas y la ejecución no solo por parte de los servicios de la policía política de la burocracia, sino que también bajo las balas de las hordas fascistas.

La única manera de hacer frente al ascenso de Vox es la construcción de un partido revolucionario, que en unidad de acción con los diferentes sectores que defienden las libertades democráticas puedan movilizar a las masas bajo este eje y por la defensa de las conquistas sociales que las pasadas generaciones legaron.

De otra manera, los discursos encendidos en los hemiciclos del parlamento serán solo palabras que se las llevará el viento y a la postre dejaran el campo para que este tipo de personajes se instalen poco a poco en las instituciones democráticas burguesas para luego dar el zarpazo final e instaurar la dictadura fascista. 

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