Por Orson Mojica
A mediados de abril, las negociaciones entre Rusia y Ucrania, teniendo como anfitrión a Turquía, fueron paralizadas por las presiones de Estados Unidos y la OTAN. Al paralizar las negociaciones de paz, a pesar que Ucrania había aceptado las exigencias más importantes de Rusia, Estados Unidos tenía el objetivo de alargar la guerra, para debilitar a Rusia en la mesa de negociaciones.
María Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, lamentó el hecho de que “comenzó un circo por parte del régimen de Kiev: primero vienen, luego no vienen, a veces participan, a veces no participan (…) el régimen de Kiev no es independiente, está controlado (…) las negociaciones se usan como una distracción".
La intención de Estados Unidos era, y sigue siendo, prolongar la guerra para desgastar a Rusia, aunque Ucrania sucumba como nación.
¿Polonia engullirá a Ucrania?
Polonia es uno de los países que ha sostenido una posición de apoyo militar beligerante a favor de Ucrania, contra la invasión rusa. No era para menos. Polonia fue desarticulado como imperio, entre las dos guerras mundiales, y la enemistad y rivalidad con Rusia data de mucho tiempo atrás. Y precisamente uno de los puntos de esta histórica rivalidad ha sido Ucrania.
El pasado 3 de mayo, Andrzej Duda, presidente de Polonia, pronunció un discurso alentando la posible fusión de Polonia y Ucrania. En esa ocasión, Duda dijo lo siguiente: "Espero que durante las próximas décadas, y Dios mediante, durante los próximos siglos, Ucrania sea un Estado hermano de la República de Polonia, el país donde, como espero que haya dicho proféticamente el presidente Vladímir Zelenski, no habrá fronteras entre ellos y nosotros; que no haya frontera, que vivamos juntos en esta tierra, reconstruyendo y restaurando nuestra alegría y fuerza compartidas, algo que nos permitirá resistir todo peligro, y que disuadirá cualquier ataque o amenaza en el futuro",
Este discurso no pasó desapercibido en Rusia. Dmitri Medvédev, ex presidente de Rusia y ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad de ese país, alertó sobre las reales intenciones de Polonia al ayudar militarmente a Ucrania. "Está claro que a los propios ucranianos esta fraternidad imaginaria no les traerá nada, excepto la pérdida final de su condición de Estado. El presidente polaco reconoció las reclamaciones territoriales sobre Ucrania con su deseo de eliminar la frontera entre ambos países"
Como una confirmación de los temores de Rusia, el 22 de Mayo, Zelenski concedió un estatus jurídico especial a los ciudadanos polacos en el territorio ucraniano. Polonia y Ucrania acordaron establecer un control aduanero conjunto, descrito por Zelenski como el inicio de la integración de Kiev en el espacio aduanero común de la Unión Europea.
María Zajárova comentó burlonamente que “no son los separatistas sino el propio presidente del país el que cede a los ciudadanos de otro país los derechos en el territorio de su Estado sin concederles la ciudadanía de Ucrania".
El interés de Polonia por Ucrania no es nuevo. Al disolverse el Imperio austrohúngaro en 1918, se intensificaron los combates entre la Segunda República Polaca, que existió en el período de 1918 a 1939, y la autoproclamada República Popular Ucraniana Occidental (1918-1919), que salió del Imperio austrohúngaro.
Józef Piłsudski, (1918-1921) impulsó una federación entre Polonia, Lituania y Ucrania (que aún estaba dividida), conocida como “Międzymorze”, pero la naciente Unión De Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) frustró los planes de Pilsudski, quien debió conformarse con la parte occidental de Ucrania, conforme el Tratado de Riga de 1921.
¿Se repetirá la historia?
Zelensky: la OTAN no ha hecho nada
A pesar que Zelensky ha dicho que no ingresaran a la OTAN, se ha mostrado preocupado por la lentitud en el tramite de ingreso a la UE.
Dmitri Kuleba, ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, dijo: "No tenemos otra opción que ganar esta guerra (…) Una de las razones por las que está ocurriendo esta guerra es porque desde el 2014 algunos países occidentales [...] -Alemania, Francia, en cierta medida EE.UU. y otros países europeos- [...] siempre siguieron la política de medidas a medias hacia Rusia. Todo el mundo siempre nos decía: 'Ucrania, tienes que ceder en esto para pacificar a Putin, tienes que ceder en aquello para evitar la guerra. (…) la OTAN, como alianza, como institución, no puede hacer, literalmente, ninguna cosa. Los aliados, sí, son de mucha ayuda, […] pero la OTAN, como alianza, no ha hecho nada".
Aunque la OTAN como tal no ha hecho nada, los países que la conforman si han enviado armamento y apoyo material a Ucrania. La situación ha sido aprovechada por todos los gobiernos de Europa para incrementar los gastos militares. El caso más peligroso es el rearme de Alemania, con un presupuesto de más de 100,000 millones de dólares.
El malestar del gobierno de Zelensky se debe a que la mayoría de países de Europa, entre ellos Francia y Alemania, se resisten a tramitar rápidamente el ingreso de Ucrania como miembro de la Unión Europea (UE)
Emmanuel Macron, una vez reelecto presidente de Francia, declaro que el ingreso de Ucrania a la UE podría “durar años, incluso décadas”, por lo que propuso crear una nueva "comunidad política europea", que permitiría acoger a Inglaterra, Ucrania y otros países de Europa oriental, como Georgia y Moldavia, durante el largo proceso de negociaciones de entrada a la UE.
El ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN
Finlandia y Suecia han roto con la neutralidad, anunciando que se unirán a la OTAN. Sobre el tema, Vladímir Putin, durante una cumbre con los líderes de los países miembros de Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), declaró que "en cuanto a la expansión […] de la alianza a Finlandia y Suecia, Rusia […] no tiene problemas con estos Estados. Y, por lo tanto, en este sentido, una expansión a estos países no crea amenazas directas para nosotros, pero una expansión de la infraestructura militar en esos territorios sin duda provocaría una respuesta de nuestra parte. Y veremos cuál sería en función de las amenazas que se creen para nosotros". Al parecer Rusia se preocupa únicamente si hay bases militares o instalaciones de cohetes nucleares en Finlandia y Suecia
La OSTC (1992-2022) es la contraparte militar de la OTAN y acaba de cumplir 30 años. Está conformada por Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirguistán, y Tayikistán.
Turquía, miembro de la OTAN, se opone al ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN, porque estos países reconocen el derecho de la autodeterminación del pueblo Kurdo, y por apoyar la güerilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)
El efecto limitado de las sanciones económicas contra Rusia
Las sanciones económicas y financieras de Estados Unidos y sus aliados de Europa y Asia, no han logrado arrodillar a Rusia, ni han hecho colapsar su economía capitalista. La unidad europea ante las sanciones ha comenzado a resquebrarse, por una razón muy sencilla: el grado de interdependencia de la economía mundial es tan profundo, que bloquear una zona tiene efectos inmediatos en el resto del mundo.
Europa depende del petróleo y del gas ruso. No es fácil conseguir un proveedor tan cercano. Por ellos, Bruselas ha ofrecido a Hungría, la República Checa y Eslovaquia largos periodos de gracia para que abandonen las importaciones de petróleo ruso.
Muchos países, incluida Alemania, son dependientes de la energía rusa.
El capitalismo en Rusia se reconstruyó, no en base a una poderosa industria, sino con la venta de materia primas. El mundo depende en gran medida de la energía rusa, de los fertilizantes, granos y muchas otras materias primas escasas. Las sanciones impulsadas por Biden, aunque han golpeado la economía rusa, mas bien han tenido un efecto de boomerang sobre la economía mundial.
Un artículo del New York Times reflejaba esas preocupaciones: "las naciones más grandes y ricas de la Unión Europea —Francia, Italia y Alemania— les preocupa la prolongación del conflicto ucraniano y temen un posible daño en sus propias economías". Rusia es "vecino inevitable que no puede ser aislado para siempre".
Al final, la gran arma secreta de Putin, no son los misiles hipersónicos, sino el petróleo, el gas y las materias primas que necesita el mercado mundial. Las mismas que Hitler intentó tomar por la fuerza durante la segunda guerra mundial.
La propuesta de paz de Italia
El ministro de Exteriores de Italia, Luigi Di Maio, presentó al secretario general de la ONU, António Guterres, un plan de paz para Ucrania, que consta de cuatro etapas: El primer paso supone un alto el fuego, la desmilitarización como preámbulo para un cese definitivo de hostilidades. El segundo paso es definir el futuro de Ucrania, asegurando su neutralidad, la cual puede ingresar a la UE pero no a la OTAN. El tercer paso incluye alcanzar un acuerdo bilateral entre Rusia y Ucrania de las cuestiones territoriales que garantice la plena autonomía y seguridad de Crimea y Donbass, dentro del marco de las fronteras internacionalmente reconocidas. El cuarto paso, es la suscripción de un tratado multilateral para la paz y la seguridad de Europa, centrado en el desarme y el control de armas, y en la retirada de las fuerzas rusas del territorio actualmente reclamado por Ucrania.
La propuesta de Italia ha sido recibida discretamente, aunque el resto de potencias imperialistas de la UE no se pronuncian al respecto.
Ofensiva militar y control de Rusia en la parte oriental
Los grandes medios de comunicación de Estados Unidos y Europa informaron, en las primeras semanas de la guerra, que Rusia había sido contenida y derrotada, porque no había logrado tomar Kiev.
Nada más alejado de la realidad. Rusia no puede anexarse un país tan vasto como Ucrania, por los enormes costos políticos, económicos y militares que tendría que pagar como fuerza de ocupacion. Rusia quería doblegar el gobierno de Zelensky para firmar un acuerdo de paz, conforme las exigencias de Putin. Por ello, en las primeras semanas de combates el ejército ruso se concentró en destruir la capacidad ofensiva del ejército de Ucrania y no conquisto territorios, es decir, no se concentró en defender posiciones, esperando los resultados de las negociaciones en Turquía.
Al fracasar la primera ronda de negociaciones, por las presiones de Estados Unidos y la OTAN sobre el gobierno de Zelensky, quedó claro que las potencias imperialistas occidentales estaban interesadas en prolongar la guerra para debilitar a Rusia, usando al ejército de Ucrania como usaron a los contras en Nicaragua, o a los Talibanes en Afganistán. Es una especie de retorno a la estrategia de guerras regionales o “conflictos de baja intensidad” de la época de la guerra fría, cuando Estados Unidos y la URSS se enfrentaban militarmente a través de sus agentes, en sus respectivas áreas de influencia.
El ejército ruso estuvo a las puertas de Kiev, pero bajo las nuevas condiciones Putin decidió consolidar posiciones en la parte oriental de Ucrania, tomando la ciudad de Mariopul, aplastando al batallón Azov, avanzando militarmente sobre las pequeñas ciudades restantes, consolidando posiciones en las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk, preparándose para futuras negociaciones.
El optimismo sin fundamentos de los medios de comunicación sobre la derrota militar de Rusia se ha detenido. La realidad en el campo de batalla es otra. Alexéi Arestóvich, asesor de Zelensky, ha tenido que reconocer “la forma en que el Ejército ruso capturó la ciudad de Liman muestra que hay comandantes de mucho talento y que ha aumentado el nivel de gestión operativa y de habilidades tácticas del Ejército ruso".
La carta de Biden
En una carta con fecha 2 de junio, el presidente Biden sintetizó cual es la estrategia y la táctica de Estados Unidos en relación a la guerra en Ucrania. Una vez más se comprueba que la prolongación de la guerra y el apuntalamiento a favor de Zelensky, tiene el objetivo de mejorar la posición de este en la mesa de negociaciones. Nada más,
reconoció que “cada negociación refleja los hechos sobre el terreno. Hemos actuado con rapidez para enviar una cantidad importante de armamento y municiones a Ucrania para que pueda combatir en el campo de batalla y ser lo más fuerte posible en la mesa de negociación. Por ello, he decidido que les proporcionaremos a los ucranianos sistemas de cohetes y municiones más avanzados que les permitirán atacar con más precisión objetivos clave en el campo de batalla. (…) Estados Unidos seguirá trabajando para fortalecer a Ucrania y apoyar sus esfuerzos para lograr un final negociado del conflicto”.
Biden nunca ha pensado que puede ganar la guerra en Ucrania y derrotar a Rusia, su esfuerzo se limita a mejorar la capacidad de negociación de Ucrania
¿La parte oriental de Ucrania será anexada a Rusia?
Aunque el objetivo aparente de la “operación militar especial” anunciada por Putin era la “desnazificación” y la “desmilitarización” de Ucrania, no hay duda que ante la negativa de Zelensky de firmar un acuerdo de paz, el ejército ruso aprovechó el impasse para continuar avanzando, y ha consolidado posiciones en la parte oriental de Ucrania, donde hay una base social con profundas vinculaciones con Rusia.
Henry Kissinger es el único estratega imperialista que ha reconocido la existencia de dos Ucranias, la occidental pro europea y católica, y la oriental pro rusa, fieles a la Iglesia Ortodoxa. En la reciente reunión del Foro Económico Mundial, en Davos, Kissinger volvió a insistir en que Ucrania debe negociar la paz, aunque ello implique ceder parte de su territorio, afirmaciones que irritaron a Zelensky.
Kissinger dijo que las “negociaciones deben comenzar en los próximos dos meses antes de que genere trastornos y tensiones que no se superarán fácilmente. Idealmente, la línea divisoria debería ser un regreso al statu quo anterior”. Lo anterior implica que Ucrania al menos reconozca la perdida de la península de Crimea, que es la puerta al mar de Azov. Kissinger sabe que la negociación entre Rusia y Ucrania es inevitable, en este punto coincide con la estrategia de Biden, de presionar militarmente para mejorar la posición de Ucrania en la mesa de negociaciones
Incluso, Kissinger aconsejó prudencia a la administración Biden al afirmar, que “continuar la guerra más allá de ese punto no se trataría de la libertad de Ucrania, sino de una nueva guerra contra la propia Rusia”. Y recordó que Rusia había sido una parte esencial de Europa durante 400 años, ayudando a equilibrar la estructura de poder en momentos cruciales. En pocas palabras, si Estados Unidos quiere derrotar a China, no debe humillar a Rusia ni empujarla a una alianza estratégica con Pekín.
Las intenciones del partido Rusia Unida (RU)
Andréi Turchak, secretario general del gobernante Partido Rusia Unida (RU) ha declarado sin ambages, que “los territorios que está controlando Rusia en Ucrania tienen mucha probabilidad para reincorporarse en la Federación de Rusia, pues son tierras ancestrales rusas (…) corresponde a los habitantes de esta región tomar la decisión, y estoy seguro de que la tomarán y que la región llegará a formar parte de la Federación de Rusia”
Leonid Slutski, jefe del comité de asuntos internacionales de la Duma (Cámara Baja) en Rusia, dijo que no descartaba que el referéndum "pueda suceder en julio, no predigo dónde ocurrirá, pero creo que los territorios liberados celebrarán un referéndum más o menos simultáneamente”.
Las declaraciones del vocero del Kremlin, Dimitry Peskov, van en el mismo sentido: "Hemos dicho reiteradamente que las personas deben elegir su futuro ellas mismas, y solo los residentes de dos Estados, la RPD y la RPL, y los habitantes de los territorios, me refiero a Jersón, Zaporizhzhia, son los que deben decidir su porvenir. Y tampoco tenemos dudas de que tomarán la mejor decisión"
Todo indica que Rusia se prepara para anexarse la parte oriental de Ucrania. Indudablemente, que la población del este de Ucrania tiene el derecho de decidir libremente su futuro, si siguen siendo parte de Ucrania o se anexan a Rusia. La clave de la situación es que el referéndum sea realmente democrático y que refleje la voluntad de la mayoría de la población, algo que por el momento es casi imposible bajo el escenario de guerra.
El envió de cohetes de largo alcance a Ucrania
Se ha generado un debate sobre el envío de armas de largo alcance a Ucrania. El gobierno de Zelensky pidió a gritos nuevo armamento para contener el avance de las tropas rusas. Estados Unidos e Inglaterra, después de muchas vacilaciones, ambos decidieron enviar cohetes de lanzamiento múltiple a Ucrania, escalando la guerra a un nivel superior.
Dmitri Kuleba, desesperado por el avance de las tropas rusas, suplico por el envió de más armas a Ucrania. “la ofensiva rusa en el Donbass es una batalla despiadada (…). Insto a los socios a acelerar las entregas de armas y de municiones, especialmente MLRS, artillería de largo alcance, APCs (transportes blindados del personal)".
La guerra convencional ha sido modificada por la alta tecnología. Ahora se utilizan cohetes, tanques modernos, drones, satélites, misiles de alta precisión. La infantería actúa como remate de las operaciones militares.
El ejército de Ucrania no ha sido aplastado hasta el momento, por el enorme flujo de recursos y armamento enviado por Estados Unidos y Europa. Pero la “guerra es la continuación de la política por otros medios”. El futuro de la guerra en Ucrania no se decidirá por el flujo de armamentos, sino por la política que sostengan las partes en lucha y por los hombres de carne y hueso que pelean en el campo de batalla. Las armas por si solas no pueden modificar automáticamente la correlación de fuerzas.
El gobierno de Zelensky no ha actuado en interés propio, en defensa de los intereses del Estado de Ucrania, sino como un vulgar agente del imperialismo norteamericano y europeo. Las declaraciones de que Ucrania debe “combatir hasta el último hombre”, sencillamente reflejan la utilización de la guerra para debilitar a Rusia como nuevo imperialismo, sin importar el futuro de Ucrania como nación.
Rusia amenaza con nuevas acciones
Ante el anuncio de envío de cohetes de lanzamiento múltiple a Ucrania, Medvédev advirtió que “en ese caso, nuestras Fuerzas Armadas no tendrán más remedio que atacar los centros de toma de decisiones. Todos entienden cuáles son esos centros: el Ministerio de Defensa, el Estado Mayor y todo lo demás. Pero, por supuesto, hay que comprender que, en ese caso, por desgracia, los centros de toma de decisiones finales ni siquiera están en el territorio de Kiev".
Las amenazas de Medvédev fueron confirmadas por el propio Putin, quien declaró que el suministro de lanzacohetes múltiples no cambiará la correlación de fuerzas en el campo de batalla: "No hay nada nuevo aquí. En primer lugar, estos sistemas de lanzacohetes múltiples están en servicio en el Ejército ucraniano: sistemas análogos de producción soviética, rusa [como los] Grad, Smerch, Uragán". Y concluyó: “en caso de suministro de misiles de largo alcance a Ucrania, sacaremos conclusiones y podremos atacar objetivos que todavía no hemos atacado”.
Hacia un nuevo statu quo en Europa
Poco a poco la retorica y la ofensiva de Estados Unidos pierde fuerza. Se avecina una complicada negociación entre Rusia y Ucrania, y entre Rusia y el resto de potencias imperialistas, para redefinir el nuevo orden en Europa.
El gobierno de Zelensky es incapaz de garantizar la existencia de Ucrania como un Estado-nación, tampoco garantiza una victoria militar sobre Rusia. Mas bien se ha convertido en la correa de transmisión del imperialismo norteamericano y europeo que convierte a Ucrania en una semicolonia, con trágicas consecuencias para el pueblo de Ucrania. Corresponderá a los trabajadores de Ucrania sacar las debidas conclusiones, exigir rendición de cuentas y luchar por un nuevo gobierno que garantice la existencia de Ucrania como Estado independiente, democrático y neutral.