El gobierno de Colom no ha realizado cambios sustanciales en el sistema capitalista, pero ha pretendido reducir la miseria producida por el mismo, mediante la implementación de planes asistenciales hacia la población más necesitada. Estos planes requieren de financiamiento estatal y de un relativo fortalecimiento del Estado como tal para poder llevarlos a cabo. En este punto Colom se topó con la resistencia de los sectores más recalcitrantes y tradicionales de la burguesía, que siempre se han opuesto a pagar impuestos y que ven con malos ojos todo lo que sea mejoría de sectores populares. Además, con el gobierno de la UNE, han entrado nuevos grupos de la burguesía a beneficiarse de los negocios generados por el Estado, lo que ha resentido a quienes se han visto desplazados.

El caso Rosenberg está siendo aprovechado por los sectores más extremos de la derecha para hacer tambalear al gobierno de Colom y hacer que adopte las políticas del sector burgués que quedó fuera del gobierno. Detrás de las impresionantes movilizaciones de la derecha, se mueven el Partido Patriota, los militares retirados agrupados en Avemilgua, los sectores de la burguesía marginados de los negocios estatales y más allá de ellos, los poderes paralelos de ex - militares vinculados con el contrabando y el narcotráfico.

El Partido Socialista Centroamericano  (PSOCA) advierte que el llamado de la derecha a la renuncia del presidente redundará en un retroceso de la situación política, un endurecimiento de la política económica de la burguesía, la suspensión de derechos ciudadanos y el aumento de la represión. Por ello llamamos a la movilización de los sindicatos, organizaciones campesinas, indígenas, populares y estudiantiles para enfrentar en las calles las pretensiones de la extrema derecha, rechazando también al gobierno y conformando así una tercera fuerza, clasista e independiente, frente a las movilizaciones de la derecha por un lado, y del gobierno por otro, en apoyo del presidente.

Demandamos también la formación de una comisión independiente que investigue el crimen de Rosenberg, compuesta por las centrales y organizaciones populares independientes, reivindicando el derecho de los oprimidos a intervenir en las decisiones trascendentales para el país.

Las principales organizaciones de izquierda y sindicales se han quedado al margen, observando la pugna interburguesa, llamando a la calma y al respeto de la institucionalidad. Por ejemplo, el Frente Nacional de Lucha declaró “rechazamos enfáticamente cualquier intento por parte de la oligarquía de este país de provocar más violencia e  ingobernabilidad y romper el orden constitucional”, “sigamos nuestras demandas y luchas, no permitiremos que nos distraigan de los temas que urge sean abordados” (comunicado del 18 de mayo). De esta manera, se está desperdiciando la oportunidad de abrir brecha en el escenario político con una postura de clase y abrir un espacio para una expresión de poder popular como sería la Comisión Investigadora formada de común acuerdo de todas las organizaciones obreras, campesinas, indígenas, estudiantiles y populares. El PSOCA seguirá insistiendo en la implementación de una política de clase ante la actual crisis política.