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Las presiones de Trump sobre Canadá y México para renegociar el TMEC

En la pasada edición, explicamos que, ante el proceso de quiebre o ruptura de la llamada “globalización”, el mercado mundial se está dividiendo en zonas económicas, y que Donald Trump quiere impulsar una zona económica y comercial exclusiva de Estados Unidos, basado en dos ejes: proteccionismo económicos e imposición de aranceles (lo que implica el fin del libre comercio neoliberal) en el plano económico, y “aislacionismo” temporal en el plano internacional.

Trump representa un gobierno de multimillonarios que están muy preocupados en superar la decadencia económica de Estados Unidos. Necesitan con urgencia concentrar esfuerzos en ganar la competencia económica y tecnológica a China, y con ello desarticular a los BRICS como nuevo eje de la economía mundial.

No fue una casualidad que Trump, en uno de sus clásicas amenazas, haya amenazado a los países del bloque del BRICS en aplicar aranceles del 100% si intentan crear su propia moneda y con ello relegar al dólar a un segundo plano. El canciller de la India salió inmediatamente a desmentir que los BRICS crearan su propia moneda, aunque reconoció que muchas transacciones se realizan en monedas nacionales.

Esta claro que Trump necesita mantener la hegemonía del dólar en el mercando mundial, y que Estados Unidos se prepara para reconfigurar una zona económica y comercial bajo su control.

Días después, Trump atacó a Canadá y México, dos países que, bajo su primera administración, renegociaron en 2017 el TLCAN o NAFTA para dar paso a un nuevo tratado de libre comercio, el TMEC. Para justificar la subida de aranceles, Trump ha dicho que “(…) miles de personas están atravesando México y Canadá, trayendo crimen y drogas a niveles nunca antes vistos (…) El 20 de enero, como una de mis muchas primeras Órdenes Ejecutivas, firmaré todos los documentos necesarios para cobrar a México y Canadá un Arancel del 25% sobre TODOS los productos que entren a Estados Unidos, y sus ridículas Fronteras Abiertas. ¡Este Arancel permanecerá en efecto hasta que las Drogas, en particular el Fentanilo, y todos los Extranjeros Ilegales detengan esta Invasión a nuestro País!”.

Las autoridades canadienses se sintieron ofendidas y humilladas por la comparación con México. El problema de la migración y el narcotráfico es solo un pretexto. Mientras exista el enorme consumo de drogas en Estados Unidos, siempre habrá, bajo cualquier forma, el negocio del tráfico ilegal de drogas. De igual manera, mientras la economía norteamericana necesita mano de obra barata, sin derechos, siempre habrá migración ilegal.

No cabe la menor duda que para reconfigurar esa zona económica y comercial con hegemonía de Estados Unidos, Trump debe someter a aquellas ramas de la industria canadiense o mexicana que son mucho más productivas. Trump no está conforme con los resultados de su propia y anterior negociación, por eso presiona para una nueva renegociación del TMEC.

Como Zeus en el Olimpo, Trump amenaza con desencadenar una tormenta de rayos para doblegar a imperialismo menores, como Canadá, o países que han sabido aprovechar relativamente sus fronteras con Estados Unidos.

Pero en esta parte hay un juego hipócrita. Las transnacionales trasladaron sus empresas a México para aprovechar la mano de obra mucho más barata, y son estas mismas empresas las que acumulan jugosas ganancias al vender sus productos en el mercado norteamericano.

¿Estará Trump presionando a esas transnacionales para que regresen a Estados Unidos, a trabajar con costos mucho más elevados? No, de ninguna manera, lo que Trump pretende es que países como México o Canadá, con diferentes grados de desarrollo económico, vendan menos a Estados Unidos y, en cambio, compren más productos norteamericanos.

Y como parte de esas presiones, sin haber asumido la presidencia, Trump ha dicho, medio en broma y medio en serio, que Canadá y México deben ser anexados a Estados Unidos. En una entrevista, Trump dijo que “(…) Estamos subvencionando a Canadá con más de 100,000 millones de dólares al año. Estamos subvencionando a México con casi 300,000 millones de dólares. No deberíamos estar subvencionando. ¿Por qué estamos subvencionando a estos países? Si vamos a subvencionarlos, que se conviertan en un estado (de Estados Unidos)”.

Trump le llama erróneamente “subvención” al déficit comercial de Estados Unidos con los otros dos países del TMEC. Estados Unidos, como el pastor, fue por lana y salió trasquilado. Son las contradicciones del capitalismo norteamericano en su decadencia.

Pero las locuras de Trump tienen cierta lógica: Estados Unidos necesita castrar a Canadá y México, disolverlos como Estados nacionales, para poder levantarse y competir. En el siglo XIX, entre 1845-1848, Estados Unidos sentó las bases de su desarrollo como imperialismo, al anexar por la fuerza de las armas la mitad del territorio de México, y extender su dominio hasta la costa del pacifico. En el siglo XXI, al parecer Trump quiere iniciar y acelerar el proceso de disolución de la soberanía de Canadá y México, para reconfigurar una zona económica y comercial con absoluta hegemonía de Estados Unidos.

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