Por Antonio Rubira
Andreu Nin Pérez, nació en El Vendrell (Tarragona) en 1892, murió asesinado entre junio y julio de 1937 en Madrid. Es uno de los pocos españoles con contacto directo con la revolución rusa, participando activamente en la dirección de la Internacional Comunista en la época en que ésta era dirigida por Lenin y Trotsky. Su responsabilidad fue la de secretario de la Internacional Sindical Roja.
Maestro de escuela, daba clases por las noches en el ateneo obrero de Barcelona. En 1911 ingresa en las juventudes socialistas, en 1917 entra en el PSOE, colabora con Fabra y escribe en La Internacional por cuyos artículos será detenido. La posición ambigua del PSOE ante la revolución rusa, le hace dejar este partido por reformista y no revolucionario e ingresa en la CNT para defender en el segundo Congreso de 1919 la entrada en la III Internacional.
En 1921 es elegido Secretario del Comité Nacional de la CNT y enviado especial al III Congreso de la Internacional Comunista en Moscú, donde se reunirá con Lenin, Trotsky, Zinoviev, Radek etc. Su intervención en el Congreso de la Internacional Sindical Roja, también en Moscú, le sirve para que le nombren secretario y resida allí.
En 1921 se le envía a Alemania para ayudar al Partido Comunista alemán en asuntos sindicales. En 1923 viaja a París para ayudar al Partido Comunista español en el exilio, por lo que es arrestado y encarcelado un mes.
En 1924 es enviado a la reunión clandestina del Comité Central del partido Comunista italiano en Roma, como delegado especial de la Internacional Comunista. En plena reunión se entera de la muerte de Lenin.
Durante estos primeros años en la Rusia Soviética, Nin es elegido diputado del Soviet de Moscú y miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética. Forma parte de la dirección de la I.S.R., publica escritos sobre temas sindicales en francés, alemán y ruso, además de castellano y catalán para la lucha social de Lérida y para La Batalla de Barcelona.
En 1924 sirve de intérprete a Bullejos, entonces secretario general del PCE, en un viaje a Moscú, consiguiéndole entrevistas con los dirigentes de la revolución de octubre.
En la lucha de fracciones desatada a la muerte de Lenin, dentro del PCUS Nin toma partido por Trotsky, considerando la Oposición de Izquierdas de éste la correcta posición bolchevique, frente a los partidarios de Stalin que representaban el inicio de degeneración burocrática, tanto en las ideas como en los métodos.
En 1927, en el décimo aniversario de la revolución, Nin participa en la manifestación de la Oposición en Moscú y apoya su plataforma política. A partir de entonces, una vez el propio Trotsky es expulsado del Comité Central, del PCUS y de la URSS, Nin queda en una situación muy debilitada, todos los que se posicionan políticamente con Trotsky van quedando marginados ( más tarde serán asesinados).
Al no doblegarse ante la degeneración burocracia estalinista, que está consolidando su poder tanto en la URSS como en la Internacional Comunista, Nin queda aislado y recluido en el hotel Lux de Moscú, donde es controlado por la policía política.
En 1930 será expulsado del PCUS, y automáticamente del PCE, a continuación abandona la URSS regresando a España. A la llegada a Barcelona crea la Oposición de Izquierdas en España, que al igual que otros grupos seguidores de las ideas de Trotsky en todo el mundo se propone dar la batalla dentro de los PCs para conseguir que vuelvan a la línea bolchevique.
Se ganaba la vida traduciendo al catalán y al castellano obras literarias de Chejov, Dovstoiesky y Tolstoy , así como traduciendo y prologando, libros de Lenin y Trotsky. Por su parte escribe dos libros de teoría marxista; publica en 1930 Las dictadura de nuestro tiempo y en 1934 Los movimientos de emancipación nacional.
Entre 1931 y 1934 participa junto a Juan Andrade, también de la Oposición Trotskista, en la redacción de Comunismo, considerada como la aportación teórica más importante del marxismo español de la época.
En 1934, como dirigente de la Izquierda Comunista (nueva denominación de la Oposición trotskista) crea las Alianzas Obreras, conjuntamente con el Bloque Obrero y Campesino. Es la primera experiencia en el movimiento obrero español de un Frente Único de las organizaciones proletaria contra la CEDA, posteriormente se sumarán el PSOE y el PCE.
Desoyendo a Trotsky, en vez de entrar como fracción organizada en las organizaciones socialistas (una vez desechado el trabajo dentro de los PCs por la subida de Hitler al poder en1933 sin que el PC alemán ni la III Internacional hicieran nada) y sin tener en cuenta el proceso de radicalización del sector de Largo Caballero y las JJSS, Nin decide unirse al BOC de Maurín (muy criticado por Trotsky por su actuación pequeño burguesa) y crea el POUM en 1935.
El objetivo de Nin es que este nuevo partido dirija la revolución socialista en el estado español. Ruptura política con Trotsky, pues éste lo considera un grave error de estrategia revolucionaria.
Una vez iniciado la Guerra Civil, Nin será Consejero de Justicia de la Generalitat de Cataluña hasta que las presiones del PSUC, dejan fuera al POUM en diciembre de 1936.
Los acontecimientos de las Jornadas de Mayo de 1937 en Barcelona, donde se enfrentan las bases del POUM y la CNT-FAI en las barricadas contra las fuerzas del orden de la Generalitat con el apoyo del PSUC, serán el desencadenante de la represión estalinista que llevara a Nin a la muerte.
El 16 de junio de 1937, Nin es arrestado, encarcelado, torturado y asesinado por el servicio secreto soviético en España, que actuando con total impunidad y con la colaboración activad de la dirección del PCE es presentado ante la opinión pública como agente de Franco y de Hitler
El asesinato de Andreu Nin
Con la trayectoria política de Andreu Nin, dedicando toda su vida a la causa revolucionaria, las acusaciones estalinistas podrían parecer una broma macabra, sin embargo, contaron con la pasividad y el silencio de todas las organizaciones del Frente Popular.
El asesinato de Nin y el Proceso contra el POUM durante 1937 y 1938 es el hecho político más vergonzoso de la Guerra Civil en el bando republicano. Salvo contadas excepciones, y sólo a título individual, nadie levantó un dedo en su defensa.
El 5 de noviembre de 1938 (después de 17 meses encarcelados y con Nin asesinado) en la sentencia sobre el POUM, no se atendió a la solicitud del fiscal (que era del PCE) de acusar a los dirigentes del POUM de espionaje y traición. El escándalo internacional lo evitó, pero si se les condenó por Las Jornadas de Mayo a 15 años de prisión.
Ese mismo día Largo Caballero, Federica Montseny, Juan Peiró, Luís Araquistaín, Luís Companys y otras siete personalidades políticas, pidieron por carta al Consejo de Ministros la revisión del Proceso contra el POUM ante el hecho de que su conciencia no les permitía aprobar la sentencia. No fueron atendidos.
Largo Caballero se negó a disolver el POUM por los “hechos de mayo” y sufrió tal acoso del PCE que tuvo que salir del Gobierno. En sus memorias hablando sobre el tema indica: “Conocí a Nin mientras pertenecía al Partido Socialista en Barcelona. Hicimos juntos campañas de propaganda (…) yo me negué a disolver el POUM (…) Nin nos salvó la vida a todos, porque sin su desaparición no nos habríamos dado cuenta de lo que nos preparaban”.
Cuando delegaciones extranjeras venían a España para pedir información sobre Nin y garantías en el Proceso contra el POUM, el Presidente de la República Manuel Azaña escribía en su diario el 6 de agosto de 1937: “Le pedí al presidente (del Gobierno) noticias del asunto Nin. Creen ahora, después de las numerosas pesquisas hechas, que Nin no fue secuestrado, y que se trata de una evasión. Negrín ha recibido la visita de unos delegados de la Segunda Internacional, que venían a hablarle del caso (…) le dije que por grande que sea la capacidad imitativa de los comunistas, aquí no podemos adoptar los métodos moscovitas, que cada tres o cuatro meses descubren un complot y fusilan a unos cuentos enemigos políticos.”
El Presidente de la República, que dejaba en manos de la Justicia el tema de Nin y el POUM, no movió tampoco un dedo por ellos, obviamente el tema revolucionario le era ajeno: “El POUM está mechado de extranjeros. Lo mejor es ponerlos en la frontera, sean o no combatientes, y que vayan a ensayar la revolución a su país”.
Pero aún así, Azaña a diferencia de Negrín, además de inteligencia tenía un mínimo sentido del decoro. Cuando le informan del espionaje de Nin y del POUM, a diferencia del presidente del Gobierno, que da pábulo a las mentiras estalinistas (de hecho era su rehén político) el presidente de la República sabe que no es cierto, como podemos comprobar en su diario de guerra el 22 de julio de 1937 cuando le llega por primera vez información al respecto:
“Me habló el presidente (del Gobierno) de espionaje. En Madrid han descubierto documentos importantes (…) un plano milimetrado de Madrid (…) cuenta Negrín que se consiguió revelar una líneas escritas con tinta simpática (…) de las indicaciones obtenidas así resultó la detención de Nin y de doscientos o más individuos, casi todos del POUM, que no niegan sus inteligencias con los rebeldes (…) dice el presidente del Gobierno que una noche se presentaron en la cárcel de Alcalá unos individuos con uniforme de las Brigadas internacionales, maniataron a los guardianes y se llevaron al preso. No cree como se ha dicho, que fuese obra de los comunistas (…) Negrín cree que lo han raptado por cuenta del espionaje alemán y de la Gestapo para impedir que Nin hiciese revelaciones. ¿No es demasiado novelesco? le pregunto a Negrín, ¡no señor!, me responde”.
La campaña propagandística desatada por los medios de comunicación estalinista en España y a nivel internacional contra Nin y el POUM, durante la Guerra Civil no tiene precedente fuera de las fronteras de la URSS.
Pero a diferencia de los Procesos de Moscú, donde a los revolucionarios les sacaban confesiones falsas a través de la tortura, Andreu Nin resistió hasta quedar su cuerpo deforme, antes de ser asesinado. Sin haber “confesado”, por lo tanto salvó la vida de sus compañeros encarcelados del Comité Ejecutivo del POUM, a costa de la suya propia.
Posiblemente, este hecho, la tragedia de su tortura y asesinato, sin “confesar” que era un agente de Franco, por los que en teoría eran comunistas como él, es lo que hace de Nin la víctima más ilustre del estalinismo en la España del siglo XX y de las más importantes a nivel internacional.
Durante la Guerra Civil, excepto la propaganda estalinista, nadie creía que Nin fuese un espía de Franco, pero la fuerza del PCE (ajena a la capacidad política de sus dirigentes) debida a la ayuda militar de la URSS, (con cuentagotas, muy bien cobrada y temporal) daba la sensación de verdad absoluta.
Sólo los anarquistas y los trotskistas (además de los poumistas) denunciaron que era todo un montaje político. Federica Montseny en su declaración en el juicio oral al POUM, denunció que era una campaña vergonzosa de los “comunistas”.
Trotsky, a pesar de las críticas políticas contra las actuaciones de Nin en los dos años precedentes: Su apoyo electoral al Frente Popular, la participación en el Gobierno de la Generalitat y la supeditación a la dirección de la CNT en las Jornadas de Mayo, escribe el 8 de agosto de 1937: “Cuando el dirigente del POUM, Andreu Nin, fue detenido en Barcelona, no podía existir la menor duda: los agentes de la GPU no lo dejarían vivo. Nin es un viejo revolucionario incorruptible. Defendía los intereses del pueblo español y combatía a la burocracia soviética. Precisamente por esta razón la GPU mediante una calculada operación en la prisión de Barcelona, se ha desecho de él”.
La falta de pruebas sobre su tortura y asesinato y la campaña permanente en los órganos del PSUC, Treball, y del PCE, Mundo Obrero, sirvieron al estalinismo durante décadas para seguir difamando a Nin y al POUM, al tiempo que se justificaban políticamente en su defensa de la República burguesa.
Sin embargo, la apertura parcial en 1992 de los archivos de la KGB en Moscú ha permitido conocer la documentación que acredita de manera fehaciente lo que Trotsky señalaba tan categóricamente 55 años antes.
El documental “Operación Nikolai”
En 1992 la televisión catalana TV3 envía a dos periodistas, Mº Dolores Genovés y Luis Ferri a la URSS para investigar sobre la muerte de Andreu Nin. El resultado es el documental Operación Nikolai o el Asesinato de Nin donde se muestran los documentos secretos que confirman las falsedades del Proceso contra el POUM así como el asesinato de Nin.
Leva Lazarevitx Feldvin, conocido como General Orlov, jefe de los servicios secretos de la URSS en España, envió el 23 de mayo de 1937 una carta a la sede de la NKVD de Moscú sobre la manera de implicar al POUM con el descubrimiento de una célula falangista en Madrid.
Escribía Orlov: “la mayoría de los implicados ha confesado (…) he decidido utilizar la importancia del asunto (…) para implicar a la dirección del POUM. Hemos redactado el documento anexo, que revela la colaboración del POUM con Falange (…) cifraremos el contenido de este documento con el código secreto de Franco que tenemos a nuestra disposición y los escribiremos con tinta simpática detrás del plano”
De esta manera, queda demostrada la falsedad de la acusación de espionaje para Franco tanto de Nin como del POUM. Las mentiras del PCE y de Negrín, las sospechas de Azaña, las certezas de Largo Caballero y Federica Montseny así como el análisis de Trotsky, quedan confirmados medio siglo después.
Y sobre la muerte de Nin, podemos seguir la pista a través del siniestro “comunista” Orlov en el mensaje enviado a Moscú el 24 de julio de 1937: “ N de Alcalá de Henares en dirección a Perales de Tajuña, a medio camino a unos cien metros de la carretera, en el campo, Bom, Xvied, juzik, dos españoles. El chofer de Pierre es Víctor”. El nombre de los españoles ha sido tachado en negro por el KGB “para evitar perjuicios a sus descendientes” indica el funcionario del archivo.
No existe ningún documento que acredite la detención de Nin, ni un juez instructor, ni que haya permanecido detenido ni en Barcelona ni en Alcalá de Henares. Como dijo el entonces Ministro de Justicia Manuel Irujo: “Nin no había estado nunca en ninguna prisión del Estado”. Por no constar no consta ni que este muerto.
Lo único que se conserva de Nin, desde su detención el 16 de junio en la sede del POUM en las Ramblas de Barcelona, son sus cuatro declaraciones realizadas entre el 16 y el 21 de junio ante sus torturadores. En ellas explica su trayectoria revolucionaria y denuncia como falsas una y otra vez, las acusaciones de espionaje contra él y el POUM.
Es decir, Nin es detenido el 16 de junio, su última declaración es del 21 de junio y Orlov confirma su asesinato el 24 de julio. Por lo tanto, Andreu Nin muere entre el 21 de junio y el 24 de julio de 1937.
No se sabe ni la fecha ni el lugar exacto de su enterramiento, pero una de las primeras consecuencias del Documental Operación Nikolai, es la decisión en 1993 de Joaquín Leguina, entonces presidente de la Comunidad de Madrid, de buscar los restos de Nin en la carretera de Alcalá de Henares a Perales de Tajuña. A pesar de las toneladas de tierra removida no se encontró nada.
Orlov huyó a Estados Unidos
Por otra parte, está la pista de Orlov, que a diferencia de la práctica totalidad de funcionarios soviéticos que estuvieron en la Guerra Civil y que a la vuelta en Moscú fueron fusilados, éste, mucho más perspicaz no volvió. Cuando: “ a mediados de 1938, fue obligado por Moscú a volver para lo que probablemente sería su propia ejecución, Orlov recogió a su mujer y a su hija junto con cerca de 60.000 dólares en efectivo de la tesorería de la NKVD en Barcelona y huyó a Estados Unidos”.
Este personaje, que vivió tranquilamente en Estados Unidos, de 1938 hasta su muerte en 1973, era tres años más joven que Nin, nunca admitió nada. Fue entrevistado por Stanley G. Payne: “en junio de 1969 en la Universidad de Michigan, donde la CIA había logrado un puesto para él en la Facultad de Derecho como especialista en Derecho Soviético. Hasta el final de sus días negó rotundamente haber tenido un papel en el asesinato de Andreu Nin”.