Por José René Tamariz
La huelga realizada por el bloque sindical Patria Justa (PJ) el día lunes 26 de octubre ha sido ampliamente discutida, desacreditada y ridiculizada por los plumíferos de los medios de comunicación, principalmente, del diario La Nación. Armando González, editor de La Nación, la calificó, en tono jocoso, como huelga “decrépita tatarabuela de todas las huelgas”. Sin embargo, más allá de las diferencias que se pueda tener con el sempiterno dirigente sindical Albino Vargas y Fabio Chaves, la huelga del 26 debe ser discutida y sus resultados analizados objetivamente y no de forma subjetiva.
La participación en la huelga y la movilización de los trabajadores de los distintos sectores laborales que representa Patria Justa (PJ) fue variada y desigual entre ellos. La participación en la huelga fue absolutamente mayoritaria en RECOPE y JAPDEVA; en el primero fue del 85% y en, aunque no hay datos, en el segundo fue casi total. En la municipalidad de San José, la incorporación en la huelga de los trabajadores del servicio de recolección de basura, limpieza, reparación y otros servicios fue casi total. Los sectores que tuvieron una débil sumatoria a la huelga y movilización en San José fueron los del ICE y salud, apenas del 7% en el primero y de 1,3% en el segundo. Las razones de esa escasa participación de los trabajadores del ICE y salud se debió a la división que se produjo en ambos sectores, por rencillas burocráticas, entre dirigentes sindicales de ambos sectores laborales. En estos dos sectores, dirigentes sindicales de otras organizaciones que no son parte de Patria Justa (PJ), de forma incorrecta y divisionista, llamaron abiertamente a la desmovilización de las bases.
Los sacrificados y traicionados: los nuevos trabajadores del ICE
Llama poderosamente la atención que, entre los puntos negociados y contemplados en el acta de acuerdo del fin de la huelga de PJ y gobierno, no se haga mención de los nuevos trabajadores del ICE, a los cuales la patronal le impuso el salario único, sin consultar a Fabio Chaves y demás dirigentes sindicales con los que tienen un “acuerdo histórico” para negociar los problemas. Fabio Chaves y demás dirigentes del FIT-ICE, en los hechos, aceptaron de forma sumisa la imposición del salario único a miles de nuevos trabajadores del ICE por parte de la patronal. Esto constituye una traición hacia los nuevos trabajadores del ICE, lo cual muy probablemente influyó en la débil participación de este sector en la huelga y movilización del 26 de octubre.
¿Cuáles fueron los resultados de la huelga de patria justa (PJ)?
Los movimientos sociales y huelguísticos se miden por los objetivos propuestos y su relación con los resultados obtenidos, lo demás es puro cuento y justificaciones. Entre las demandas de la huelga de Patria Justa (PJ) se encontraba la lucha contra el salario único, contra el rechazo de la ARESEP al contenido económico de las convenciones colectivas, por el salario mínimo vital a los trabajadores del sector privado y muchas otras. La lucha contra el salario único fue traicionada por Patria Justa, en el caso concreto del ICE. Esto constituye una derrota evidente y clara. Analicemos las otras demandas.
El primer punto del acuerdo señala que el gobierno de Solís “convocará al próximo período de sesiones extraordinarias de la Asamblea Legislativa, que se inicia el próximo 1 de diciembre de 2015, el Expediente Legislativo No. 19.312, conocido como “Ley del Salario Mínimo Vital”, para su conocimiento y debate parlamentario.” (Acta de Acuerdo). En sí mismo este punto es positivo y correcto, pero hay que acompañarlo con la movilización masiva de los trabajadores del sector privado y la solidaridad de los trabajadores del sector público, para imponerlo en la Asamblea Legislativa. Sin embargo, esta cuestión se torna muy difícil, ya que las fracciones de los partidos burgueses y neoliberales han manifestado su oposición rotunda a aprobar este proyecto, bajo el argumento de que aumentar el salario mínimo crearía más desempleo. Las dirigencias de los bloques sindicales de Patria Justa (PJ) y BUSSCO deben unificar sus fuerzas y recursos, para impulsar una gran campaña en todas las empresas privadas para que los trabajadores se movilicen, exigiendo la aprobación de este proyecto de gran importancia. La movilización de los trabajadores del sector privado alrededor del salario mínimo vital, puede cambiar de manera significativa toda la correlación de fuerzas a nivel nacional a favor de los trabajadores y reventar a las fuerzas burguesas y neoliberales. Emplazamos a las dirigencias de PJ y BUSSCO a luchar conjuntamente por este punto de vital importancia. Este es un logro de este acuerdo, siempre y cuando esté acompañado de la lucha y movilización de los trabajadores del sector privado y público. Aquí está el punto de alianza entre ambos sectores.
El segundo punto del acuerdo es mucho más general porque el gobierno de Solís se “compromete a iniciar los procedimientos respectivos para la presentación a la corriente legislativa, del Convenio No. 184 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); Convenio Relativo a la Seguridad y la Salud en la Agricultura.” (Ídem). Aquí no existe nada concreto, sino a futuro. Está por verse si el gobierno enviará a la corriente legislativa ese convenio.
El tercer punto del acuerdo es peor, ya que el gobierno de Solís plantea que “promoverá la apertura de una mesa de diálogo social y negociación con la Caja Costarricense del Seguro Social, Patria Justa, las organizaciones sociales y productivas…”, (Ídem) sobre tres temas: régimen de pensiones, reglamento de incapacidades y salud ocupacional. Esto es un edulcorante para Albino y Fabio que son amantes de las mesas de las “mesas de diálogo”, pero al final, como la CCSS es una institución autónoma no va a aceptar la sugerencia del gobierno y el dúo Albino-Fabio ¡se van a quedar chupando el dedo!
El cuarto punto del acuerdo es otro timo del gobierno de Solís para Patria Justa, ya que plantea que “revisará los planteamientos jurídicos relacionados con el pronunciamiento de la Dirección Jurídica del MTSS No. DAJ-AE-237-15… a fin de valorar los argumentos expresados por el colectivo Patria Justa, que se formalizarán por escrito.” (Ídem). Los verbos “revisar” y “valorar” son ambiguos de los resultados en este punto, ya que en este asunto el gobierno tiene la capacidad de imponerle al ministerio del trabajo su posición pero no lo quiso hacer, lo cual refleja que burló a PJ.
El quinto punto del acuerdo es muy importante y delicado. La ARESEP, entidad reguladora de los precios de los servicios regulados, ha negado y rechazado una parte del presupuesto para las convenciones colectivas de RECOPE y otras instituciones públicas, bajo el argumento de que no son parte de los costos de esos servicios. Entonces, el dicho acuerdo “… El Gobierno de la República utilizará las herramientas legales pertinentes para recurrir dicha resolución.” (Ídem). No obstante la posición del gobierno, los funcionarios de la ARESEP, como institución autónoma, no acepta la intromisión del gobierno en sus decisiones y resoluciones, por ende, este es un punto muerto. El criterio de la ARESEP se impone, la única forma de derrotarla es mediante la lucha y la huelga.
El sexto punto es una tontería. En él señala que “Las partes reconocen como legítimo el proceso de diálogo facilitado por la Defensoría de los Habitantes, SINTRAJAP y el Poder Ejecutivo… Asimismo se planteará… la incorporación del Colectivo Sindical Patria Justa, al proceso de diálogo para la atención de la temática que ahí se discuta.” (Ídem). Solo incorpora a PJ al diálogo sobre un asunto que está más que finiquitado: la entrega de los muelles de Limón a la transnacional holandesa APM Terminals.
En el punto siete del acuerdo “El Gobierno de la República renueva su compromiso con la modernización portuaria de JAPDEVA, al incorporar… los recursos necesarios para la compra de equipo montacargas, según los acuerdos asumidos ante la Defensoría de los Habitantes.” (Ídem). Esto es una miseria frente al monstruo y capacidad de la transnacional holandesa, la desaparición de JAPDEVA es un hecho apenas comience a funcionar el puerto controlado por esta compañía extranjera. Entonces, este punto es una tontería.
El punto ocho constituye una vergonzosa capitulación de una organización o bloque sindical a un gobierno. En el Patria Justa se compromete a que se abstendrá de “…convocar a nuevos movimientos similares, en la medida que se continúen desarrollando espacios que promuevan el efectivo cumplimiento de los puntos aquí convenidos…” (Ídem). Nunca se puede renunciar a la lucha, aunque se esté en un proceso de diálogo y negociación, más bien es lo contrario, la única forma de que las negociaciones sean exitosas es que haya presión hacia el gobierno y la patronal mediante la movilización y la huelga, en el proceso de negociación.
En síntesis, en dicho acuerdo entre Patria Justa y el gobierno de Solís no existe ningún resultado concreto a favor de los trabajadores. Todos los puntos, excepto el cuarto, no son del resorte y decisión del poder ejecutivo y, sin embargo, en ese punto el gobierno no le exige al Ministerio del Trabajo su acatamiento sino que va a “valorar” y “revisar”. Al final de cuentas, este acuerdo de conjunto constituye una derrota, desde el punto de vista de los resultados, para Patria Justa y los trabajadores que representa, porque para colmo de males, los dirigentes de PJ renuncian a la lucha y la huelga. A esto nunca se puede renunciar.