Por José René Tamariz
El día 30 de marzo se realizó la primera Asamblea de presidentes de bases del sindicato para escuchar varias exposiciones. La primera, aburrida, cansada y maratónica sobre las pruebas FARO.
La segunda exposición a cargo de Ricardo Vindas, sobre las propuestas de empleo público del Gobierno, de forma sibilina y con "tecnicismo" induce a aceptar la propuesta de "salario global" del Gobierno con el engaño de que aumenta el valor de las lecciones, pero que realmente, al eliminarse los actuales incentivos o pluses salariales (anualidades, carrera profesional, incentivo didáctico y otros) reduce globalmente los salarios.
La tercera exposición a cargo Ceferino Casasola, sobre educación dual, no plantea nada nuevo ya que ese proyecto patronal se reduce a tener trabajadores super explotados sin salarios bajo el eufemismo de "estudiantes" aprendices.
La cuarta exposición sobre diferentes regímenes de pensiones que pretenden ser unificados, estuvo a cargo de Henry Salas, funcionario del departamento de pensiones, de APSE, también fue larga y aburrida.
La quinta exposición fue de Ileana Vega, asesora legal y cuasi quinta miembro de planta de la junta directiva de APSE, sobre los nefastos proyectos de "Ley para brindar seguridad jurídica sobre la huelga y sus procedimientos" y "Ley de declaratoria de servicios públicos esenciales", así como también el "análisis" de Ileana sobre la sentencia de declaratoria de legalidad de la huelga contra el combo fiscal emitida por Tribunal de Apelación de Trabajo. Estos proyectos ya eran conocidos por la mayoría de las bases de la APSE.
Tantas exposiciones, aburridas y cansinas, alargaron la Asamblea casi hasta las 3 pm cuando estaba programada de 8 a 11:30 am. Eso produjo que muchos delegados se fueran a hacer extensas filas donde iban a servir las migajas de comida que dieron y en las aulas donde se creía iban a pagar los viáticos.
Era evidente que hacer esa andanada y cansadas exposiciones tenía el objetivo de que, la parte central y medular, mociones, de la Asamblea, se hiciera de forma rápida, atropellada y maniobrera. Tanto tiempo en una Asamblea para que, al final se votará una insulsa e inocua moción que no le hace ni siquiera cosquillas a Carlos Alvarado y probablemente les agrade a los funcionarios con los que se reúnen los directivos nacionales de la APSE. Esa moción no plantea ni movilización ni mucho menos un movimiento huelguístico en protesta contra todos esos proyectos que reducen los salarios y el nivel de vida de los trabajadores, así como también reducen y eliminan los derechos fundamentales como la huelga y convierten la educación en "servicio esencial". De forma maniobrera, aduciendo que si se aprobaba la moción del grupo honestidad quedaba descartada la de Cambiemos, desde la mesa directiva, rechazaron la propuesta realizada desde la tendencia Cambiemos que planteaba una marcha nacional para la segunda semana de abril y una huelga intermitente de varias horas para la cuarta semana de abril.
En realidad, salimos igual que como entramos a la Asamblea, DESARMADOS, frente a una fuerte y violenta ofensiva patronal y gubernamental contra los trabajadores y una dirigencia sindical que, golpeada y diezmada por la derrota de la huelga contra el combo fiscal, es incapaz de enfrentar, combatir, detener y derrotar dicha ofensiva neoliberal.
¿Lobby parlamentario o lucha callejera?
En la Asamblea de presidentes de bases del sábado 30 de marzo, Mélida Cedeño, presidenta del sindicato APSE, se dejó decir que ellos, la directiva nacional, realizan un intenso "lobby" parlamentario para plantear a los diputados la nocividad de los diferentes proyectos que actualmente se encuentran en fila para ser discutidos y votados en el plenario legislativo.
El subconsciente le traicionó a Mélida Cedeño porque estaba regocijada cuando lo dijo. Ahora, los miembros de la Junta directiva de la APSE abandonaron la lucha callejera, para convertirse en “lobbyists”, moviéndose en los pasillos y oficinas de Casa presidencial, la Asamblea Legislativa y otras oficinas de ministerios, intentando "convencer" y lloriquear a la jauría neoliberal de que no aprueben los nefastos proyectos contra los trabajadores.
En los hechos han sustituido los métodos de lucha del movimiento obrero, la movilización callejera y las huelgas, por el "lobby" parlamentario para tratar de "persuadir" y "suavizar" a las pandillas neoliberales del Parlamento. Misión imposible de la directiva nacional, lo cual debe provocar risas y burlas entre los miembros de la jauría neoliberal, a los cuales sólo los puede convencer prebendas materiales.