Por Manuel Sandoval
Confieso que soy “fan” de la Liendra, la Ardilla y los otros tik-tokers nicas. Tienen una chispa propia de los muchachos de los barrios populares de Managua que atrae y cuando se mata un rato de inactividad, las banalidades o las tonteras con que salen, “entretienen”. Indudablemente que porque no obligan a mucho esfuerzo intelectual.
Que estos muchachos que con costos terminaron la escuela, ganen más como tik-tokers que un médico especialista en Costa Rica, me parece, sin embargo, inconcebible. Una manifestación más de los absurdos a los que lleva el sistema capitalista. Los años de preparación, de estudio y sacrificio, que implica la calificación profesional de un trabajador no se valoran en el 1% de los privilegiados que detentan el gran capital trasnacional que domina el mundo. Los tik-tokers generan ganancias a los grandes capitalistas propietarios de las redes sociales, un maestro o un médico NO, y como se trata de liberar a las empresas capitalistas del pago de los impuestos que financian los gastos del Estado aquí y en la Polinesia, los salarios en los sistemas de salud pública o de enseñanza de un país tienen que ser muy bajos.
Haciendo demagogia barata contra los salarios de los profesionales que trabajan en las instituciones del Estado, Chávez y la Pilarica lograron incluso que mucha gente que critica las políticas neoliberales vea como un abuso las pretensiones salariales de los médicos especialistas de la Caja.
La primera generación de médicos que se formaron en la Caja (lo que podríamos llamar los “fundadores”) se desarrollaron profesionalmente en la Institución y se hicieron de salarios relativamente altos, en otro contexto de desarrollo económico capitalista y expansión de los sectores medios. La segunda y tercera generación aseguró esos ingresos altos, estableciendo un monopolio sobre las especialidades médicas en la Caja y los biombos (por falta de especialistas se aseguraron salarios exhorbitantes con las horas extras).
Son los médicos conservadores que se oponen a que la mujer decida sobre el momento de la gestación y que ven la profesión médica en función de hacer negocio con la salud de los pacientes. Aunque, por supuesto, estamos generalizando porque son incontables los médicos de la Caja con una vida dedicada desinteresadamente a atender la salud de los sectores populares. Baste tan sólo mencionar a “Pueblito”, médico pensionado del San Juan de Dios, que con su pensión mantiene una especie de clínica gratuita para pobres sin seguro ahí por la Merced.
Como en todo el sector público, hay un recambio generacional, sin embargo; y ahora nos encontramos con médicos relativamente jóvenes y que proceden, en muchos casos, de universidades privadas. Ganan mal y ni los salarios ni las condiciones laborales de la Caja los ayudan a convertirse en especialistas. Han salido a pelear en varias ocasiones (en medio de la pandemia como estudiantes de último año de la carrera dieron una lucha para que no se les obstaculizara en los hospitales la práctica profesional, necesaria para graduarse), y han venido asumiendo la lucha por sus reivindicaciones laborales denunciando el deterioro de los servicios médicos en la Caja, lo que es progresivo. Sin dignificar sus condiciones de trabajo y facilitarle la especialización a esta nueva camada de médicos, la Caja no va a poder resolver el faltante de especialistas que contribuye a la crisis y el deterioro de los servicios médicos que presta la Institución. Los médicos viejos que detentaban el monopolio de las especialidades, se están pensionando o emigrando al sector privado, y muchos también ya se están muriendo.
Es claro, sin embargo, que Marta Esquivel y sus secuaces en la Junta Directiva de la Institución no tienen interés en resolver el problema laboral de los especialistas y atender el faltante que existe con una política para formar a los médicos generales. Están prolongando el conflicto en torno a las guardias, la disponibilidad y las horas extras mal pagadas de los especialistas que provoca el nuevo régimen laboral en la Caja a que obliga la Ley de Empleo Público para hacer entrar en más crisis a la Institución y avanzar en la privatización de servicios.
En un video del Frente Nacional de Lucha, me llamó la atención por eso cierta “ingenuidad” de la doctora Natalia Solís y de Felipe López, el Presidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina, cuando denuncian que los jerarcas de la Institución están desviando 12 500 millones para contratar servicios súper caros de especialistas en el sector privado y se lamentan del desgaste que están sufriendo los especialistas a medida que se prolonga el conflicto.
Es preocupante que el sindicato de Especialistas (SINAME) y la Unión Médica Nacional pareciera que están evitando confrontar públicamente al gobierno en aras de lograr un entendimiento, pues no han hecho ningún esfuerzo sistemático para explicar a la población la importancia de su lucha para mejorar la atención médica en la Caja, y con esta posición refuerzan la posición del gobierno de denunciar que los especialistas pelean egoístamente por privilegios fuera de la realidad de la Institución. Una posición que puede pegar y movilizar en contra de los especialistas a los asegurados si el conflicto se prolonga.
Las reivindicaciones laborales y salariales de los especialistas deben ligarse a la exigencia de que el gobierno pague la deuda que mantiene el Estado con la Caja; es perfectamente posible que la Institución les haga justicia si se corta por lo sano el desfinanciamiento que está provocando el gobierno. Si no se politiza la lucha bajo esta orientación necesaria, para el gobierno es muy fácil profundizar una campaña culpando a los médicos de la asfixia económica de la Caja.
No entendemos por qué UNDECA, la Unión Médica Nacional y el Sindicato de Especialistas dejan que el conflicto se prolongue, afectando gravemente la atención de los asegurados, sin llamar al resto del personal a una huelga de apoyo a los especialistas con la exigencia de que Marta Esquivel deje de sabotear a la Institución y se largue ya. A LA TIPA HAY QUE SACARLA A COMO HAYA LUGAR DE LA CAJA.
El 24 de abril el Frente Nacional de Lucha viene llamando a una movilización en defensa de la Caja y otras reivindicaciones, pero UNDECA (integrante del Frente) no debería esperar hasta entonces para llamar a una huelga. Hay que golpear duro, YA, en apoyo al movimiento de los especialistas.