Por Manuel Sandoval
En una nota anterior comentábamos que entre los tragos y las fiestitas de diciembre, los políticos burgueses iban a comenzar a montar los entramados de candidaturas y coaliciones. Aunque a Alvarez Desanti se le criticó como un señalamiento prematuro que a principios de año dijera que para ganar las próximas elecciones era necesario formar coaliciones electorales, lo cierto es que en la cúpula de los partidos burgueses se ha extraído esta lección de la fragmentación de partidos del último proceso electoral. Aunque, a decir verdad, de Chaves, que ha mencionado la posibilidad de renunciar a la Presidencia dentro del plazo que le permita postularse como candidato a diputado a fin de levantar un movimiento en torno a su figura, no se puede decir que vea esta necesidad de hacer coaliciones.
Como el rum rum de conversaciones entre el PLN y el FA venía desde hace algunos días, no resulta sorpresivo que a partir de unas declaraciones de Ariel Robles proponiendo a los partidos burgueses de oposición una coalición contra Chaves, el Secretario General del PLN: Miguel Guillén, responda positivamente, planteando que se debe “dejar atrás la satanización de los acuerdos políticos” y que propondrá un acuerdo en este sentido a la Asamblea General de su Partido. Guillén, por supuesto, remarcando la importancia histórica del PLN, le indica al Frente Amplio de una vez que es en torno a una candidatura presidencial verdiblanca que se puede hacer la coalición.
La base política se está estableciendo desde ya en la Asamblea Legislativa, en torno a la discusión del proyecto de presupuesto nacional para el 2025, que el Frente Amplio ya aprobó en la Comisión de Hacendarios, coincidiendo con el PLN en desviar, para financiar otras partidas, ¢61 000 millones del monto que Nogui Acosta destinó al pago de intereses de la deuda pública, un monto inflado porque calculó el cambio del dólar muy alto. Una piltrafa que no resuelve el desfinanciamiento de la educación pública y la seguridad social, pero le permite al PLN y al FA salvar la cara, dándole más recursos a las universidades públicas, al OIJ y a otras instituciones; sin encarar el problema de la evasión y el fraude fiscal, y ocultando que es un presupuesto que responde al Pacto de la burguesía costarricense con el FMI desde la anterior administración a fin de pagar la deuda recortando el gasto social del Estado. Como en los dos años anteriores, aunque no es ninguna variación sustantiva del proyecto de presupuesto que presentó Nogui Acosta, es probable que se repita la farsa de que la fracción oficialista no lo vota, y son los diputados de la oposición burguesa los que lo aprueban.
Uno de los dirigentes del PRT, alarmado por la virulencia verbal de Chaves y Pilar contra los diputados del FA y del PLN, solidarizándose contra las amenazas que les hacen, ha dicho que la gestión parlamentaria de Sofía Guillén y la bancada del Frente Amplio es “brillante y valiente”. En la medianía intelectual de este Parlamento, ciertamente que las compañeras y compañeros del FA se lucen. Nosotros, sin embargo, valoramos diferente su gestión en el recinto parlamentario. Es curioso que la gente del PRT no se dé cuenta que está al servicio de la alianza electoral que se está tejiendo con el PLN. Nos preocupa que las/los compañeros terminen arrastrados a esta política de colaboración de clases.
Los diputados del FA no han utilizado la tribuna y la investidura diputadil para lanzarse a organizar la movilización de los sectores populares haciendo eje de sus intervenciones la desconfianza en las instituciones del Estado burgués y el hecho de que sólo a través de la movilización directa es que los sectores populares pueden obtener satisfacción a sus reivindicaciones.
La intervención de los diputados del Frente Amplio se centra en tender puentes hacia la burguesía a fin de participar en la gestión del Estado. Los guía un programa y una estrategia de colaboración de clases que busca fortalecer el régimen democrático-burgués costarricense. Participaron en el gobierno de Carlitos Alvarado (Patricia Mora estuvo al frente del Ministerio de la Mujer sin oponerse frontalmente a la reforma fiscal), y ahora se circunscriben al terreno en el que la oposición burguesa (con el PLN al frente) confronta a Cháves: la tribuna parlamentaria (con la ayuda del aparato judicial, mediante los procesos abiertos a figuras del gobierno).
Las movilizaciones que ha impulsado el PLN (a través de algunas dirigencias sindicales y estudiantiles cercanas y de las autoridades universitarias) han sido episódicas y controladas, únicamente para desgastar el gobierno, pero con el cuidado de que no haya ningún desbordamiento que profundice la movilización y en esto el FA ha sido furgón de cola.
El deslizamiento del FA hacia el PLN hace más imperioso que nunca que las direcciones obreras y populares mantengan su independencia política y un programa de lucha y movilización. En perspectiva de las elecciones, las organizaciones políticas que se reclaman del movimiento obrero deberían levantar un frente electoral clasista sin ningún sectarismo, que levante la necesidad de la lucha intransigente contra la burguesía. Acompañar al FA en su aventura con el PLN, a la que aspiran a sumarse el PAC, diputados del PUSC y otras figuras gastadas de la burguesía, es suicida y el mejor favor que se le puede hacer a Chaves. Una cosa es rechazar las arbitrariedades y el despotismo de que hace gala Chaves, y coincidir con la oposición burguesa en este terreno, rechazando las amenazas a diputados y políticos opositores, y otra muy diferentes es utilizarlo como pretexto para capitularle al PLN.
Decíamos al principio que la perspectiva de un matrimonio del FA con el PLN hace bailar a Chaves en una pata, porque le permitiría seguir haciendo demagogia como el abanderado de la lucha contra la corrupción de los políticos burgueses y ocultar cómo sus asociados se están ensuciando el rabo desde el poder.
El PT, el MTC, el PRT, el NPS y otros grupos de la izquierda socialista y revolucionaria, deben plantearse consecuentemente la conformación de un frente clasista y unitario, que ofrezca una alternativa frente a la deserción del FA hacia el campo de la burguesía. La autoproclamación sectaria de algunos y el oportunismo de otros sólo los condena a la marginalidad, e impide que el movimiento de masas tenga una expresión propia y clasista en el circo electoral que ya comenzó. Mi más sincero deseo es que estén a la altura de esta tarea de impulsar un frente electoral clasista y que nos convoquen, al montón de gente que no se reconoce en ninguna de estas organizaciones, a sumarnos a un esfuerzo unitario.