Por José René Tamariz
El presente artículo es un análisis y una aproximación inicial de los orígenes y desarrollo de la democracia costarricense, así como del pacifismo que existió en varias décadas en Costa Rica. Asimismo, se analizan las causas que producen el crecimiento vertiginoso del fenómeno del narcotráfico y del crimen organizado. Además, se puntualiza como Costa Rica ha pasado de ser un país en relativa paz a un país en donde la violencia de todo tipo se ha incrementado. En un próximo artículo se analizarán otros aspectos del planteamiento del problema señalado y las posibles medidas para enfrentar el fenómeno del narcotráfico, el crimen organizado y la violencia en diversos ámbitos.
El Régimen Colonial en Costa Rica
No se puede entender el carácter del régimen colonial en Costa Rica, producto de la conquista española, fuera del contexto histórico en que se produjo esa empresa conquistadora como parte del primer despliegue del capitalismo imperialista mercantil. Al respecto, Samir Amin, plantea que “El primer momento de ese despliegue devastador del imperialismo se organizó alrededor de la conquista de las Américas, en el marco del sistema mercantilista de la Europa atlántica de la época…”. (Amin, Samir: Más allá del capitalismo senil. Editorial Paidós. Argentina, Buenos Aires, 2003). A partir de ese aspecto general se deben analizar las particularidades de la colonia en Costa Rica.
Por tanto, el régimen colonial en Costa Rica fue esencialmente represivo, encomendero, esclavista, semi esclavista, destructor de la cultura indígena, impositor de la cristianización y usurpador de las tierras comunales aborígenes. La estructura política, encarnada en el Gobernador español, impuesto por el imperio español, en la figura del rey, tenía un poder absoluto sobre los asuntos en la colonia. Si bien es cierto que, en Costa Rica, no existía una gran población indígena, la verdad es que la poca población que había fue entregada en “encomiendas” por el Gobernador de turno para ser explotada brutalmente por los encomenderos.
El gobernador de la provincia de Nueva Cartago y Costa Rica, Pero Afán de Ribera y Gómez, conocido como Perafán de Ribera, en el año 1569, “… hizo el primer reparto de indios, por un total de 23.250 indios… En 1582 el Gobernador Diego de Artieda Chirinos informa que había 24 encomiendas y 4 curas doctrineros de la orden de San Francisco… quejándose de la “inicua explotación de los referidos frailes hacían de las personas de los indios en muchos trabajos”. En 1619 Alonso de Castilla y Guzmán, mediante engaños, logra apresar la mayor parte de la tribu de los Aoyaques y procede a repartir “400 piezas de todas las edades”. En 1709 al ser vencida la sublevación de Pablo Presbere, se llevaron a Cartago “500 indios que fueron repartidos entre los oficiales y soldados que tomaron parte en la campaña”. (Cerdas Cruz, Rodolfo: Formación del Estado en Costa Rica. Editorial de la Universidad de Costa Rica. San José, 1985).
Es de importancia destacar que, cada vez que había escasez de mano de obra indígena debido a diferentes factores, se realizaban expediciones militares en Talamanca, conocida en esa época como una reserva de indios, para apresarlos en condiciones de semi esclavitud para explotarlos en las encomiendas y otras formas de explotación inmisericorde. Es de importancia destacar la sublevación y resistencia del jefe indígena Pablo Presbere contra la ocupación y conquista de los españoles. Él logró unificar diversas tribus indígenas para combatir a los invasores españoles. Al final, fue apresado y ejecutado el 4 de julio de 1710, mediante la técnica de arcabuceado. Su cabeza cortada fue puesta en un pedazo de palo en alto para que todos la vieran y enviar el mensaje de lo que les pasaría a los que se rebelarán.
Según investigaciones “Si bien es cierto que la esclavitud en Costa Rica no fue a gran escala, esto fue debido a lo reducido de su población y al exiguo comercio que existía en ese entonces. Sin embargo, los negros fueron usados como mercancía al ser vendidos, en unos casos, para trabajar en el cultivo de cacao y tabaco, y más sutilmente, eran entregados como dotes en preciados matrimonios a las familias pudientes de la alta sociedad, especialmente en las familias negreras de Cartago”. (Semanario Universidad: La esclavitud en Costa Rica. 8 de septiembre de 2021).
Más adelante, en ese artículo se señala “… que de 1607 a 1824 hubo en Costa Rica unos 2480 esclavos negros, distribuidos de la siguiente manera: Cartago (que era la capital en aquel entonces) tenía 2226, Alajuela 6, Guanacaste 26, Heredia 126 y San José 60”. (Ídem). En 1824 es abolida la esclavitud en Centroamérica, incluida Costa Rica. Entonces, en Costa Rica, en la época de la colonia se producen formas de relaciones de producción no capitalistas, tales como la encomienda, la esclavitud y semi esclavitud, pero en función de objetivos capitalistas mercantilistas de la metrópoli imperialista, España, y del mercado local e interno de la capitanía general de Guatemala. Ese tipo de producción y formas de relaciones de producción fueron los orígenes de la acumulación primitiva de capital y del capitalismo en Costa Rica.
Orígenes y Desarrollo de la Democracia Costarricense
En Costa Rica existe una extensa historiografía e interpretaciones sobre el origen y desarrollo de la democracia, así como una serie de leyendas y mitos respecto a la constitución del régimen democrático costarricense. Existe la tesis del “legado colonial” (ausencia de población indígena, escasez de minerales, aislamiento geográfico del centro burocrático y otros elementos); la tesis de la “democracia rural o agraria” (homogeneidad social y poco diferenciación producto del acceso a la tierra).
Por otro lado, se encuentra la tesis combinada de Iván Molina que plantea que “La democracia costarricense… hunde sus raíces en el siglo XVIII: sin duda, la colonia deparó una “herencia democrática”, basada en un específico balance de fuerzas sociales, que condicionó decisivamente la temprana capitalización del agro. El peso de la finca familiar en el paisaje no era un atributo peculiar del país; pero sí lo fue un cierto vínculo entre la estructura económica, la cultura y el poder: en este “bloque histórico”, la identidad nacional se construyó a partir de un crecimiento -desigualmente- compartido, el énfasis en la instrucción, la creencia en la “igualdad ciudadana” y la fe en el derecho”. (Molina Jiménez, Iván: Costa Rica (1800-1850) El legado colonial y la génesis del capitalismo. Editorial de la UCR. San José, Costa Rica, 1991).
De último, se encuentra la tesis de Jacobo Schifter que plantea que la democracia costarricense surge, posteriormente, producto de la “neutralización de clases” en el conflicto político-militar de 1948. Al respecto, Schifter plantea que “Nuestra tesis sobre la democracia en Costa Rica se basa en la neutralización de clases que se suscita en 1948. El populismo, y el transformismo costarricense movilizaron a grupos sociales que, ante la victoria militar de los transformistas, mantenían contradicciones de clase suficientemente marcadas que impidieron el afianzamiento en el poder a alguno de los grupos vencedores. Por lo tanto, Costa Rica… fundaba su régimen democrático gracias a la imposibilidad política para cualquiera de los grupos sociales de gobernar por sí mismo -como todos hubiesen preferido- y no por sus ideales “democratizantes”. La democracia en Costa Rica… nació como el mal menor y como la segunda alternativa considerada en las agendas de los sectores en conflicto. Pese a que esta alternativa -la democracia- evitaría una subordinación de los grupos vencedores y afianzaría un pacto de compromiso, la misma no vino a ser tan pródiga con los grupos obreros, víctimas de la derrota militar”. (Schifter S, Jacobo: La Democracia en Costa Rica como Producto de la Neutralización de Clases. Editorial Universidad Estatal a Distancia EUNED. San José, Costa Rica, 1978).
Es importante destacar que en Costa Rica se produjeron cuatro dictaduras militares y un gobierno de facto, autoritario, de tipo bonapartista, en el año 1948-1949. Los primeros cuatro se producen en diferentes tiempos. La primera fue ejercida por Gregorio José Ramírez, de forma efímera, cuando derrota militarmente en la batalla de Ochomogo a las fuerzas monárquicas de Cartago en el año 1823; la dictadura de Braulio Carrillo que gobierna dos períodos (1835-1837 y 1838-1842), el segundo período de forma dictatorial, sentó las bases de la formación del Estado nacional; la dictadura de Tomas Guardia que gobierna por dos períodos consecutivos (1870-1876 y 1877-1882), siendo el segundo período mediante un golpe de Estado, marca la transición al régimen liberal, bajo su mandato se promulga la Constitución Política de 1871, vigente hasta 1948; la dictadura de los hermanos Tinoco en 1917-1919, de carácter regresivo y represivo, encarceló disidentes, realizó torturas y ejecuciones extrajudiciales, así como el cierre de medios de comunicaciones.
Posteriormente, se producen 28 años de gobiernos constitucionales, algunos no exentos de rasgos autoritarios como el gobierno de León Cortés (1936-1940), simpatizante del fascismo y antisindicalista. Es necesario señalar que, dentro de ese periodo de veinte y ocho años, 20 años estuvieron gobernados por los patriarcas y los grandes caudillos liberales, Cleto González Víquez (dos períodos: 1906-1910 y 1928-1932) y Ricardo Jiménez Oreamuno (tres períodos: 1910-1914, 1924-1928 y 1932-1936).
Algunos autores denominan ese período como de “calma”, “sosiego” y “estancamiento”. Al respecto, el escritor Oscar Aguilar Bulgarelli plantea que “… Dos figuras políticas que venían destacándose desde hacía varios años lograron llegar al poder y se alternaron en él, prácticamente desde 1906 hasta 1936: don Cleto González Víquez y don Ricardo Jiménez… Además, cuando no ejercieron el poder de derecho, lo hicieron de hecho, ya que nada en Costa Rica se movía, nada se llevaba a cabo, no se daba un solo paso sin la “docta” y “sabia” opinión de don Cleto y don Ricardo… Estas dos figuras, junto con la oligarquía cafetalera que lo apoyaba, administraron el país… Se conformaron con mantener a Costa Rica en un mismo status, sin progresar, pero también si retroceder, con una paz a toda prueba y una libertad sin límites…”. (Aguilar Bulgarelli, Oscar: La Constitución de 1949. Editorial Costa Rica, 1981).
Es en ese período que, desde el año 1906, se produce el interregno de la dictadura de los hermanos Tinoco que, no cambia de forma sustancial, dada su corta duración debido a su derrocamiento por la movilización del sector educativo, ese largo tiempo de gobiernos constitucionales. Es desde ese período que arranca e inicia el régimen democrático costarricense.
En el año 1948 se produce el conflicto político-militar más importante del siglo veinte en Costa Rica, una guerra civil entre el denominado Ejército de Liberación Nacional, encabezado por José Figueres Ferrer, por un lado, y por el otro lado, el gobierno de Teodoro Picado y el partido comunista, dirigido por Manuel Mora Valverde. La victoria del Ejército de Liberación Nacional conduce a la formación de la llamada Junta Fundadora de la Segunda República que gobierna de facto y de forma autoritaria y represiva, de tipo bonapartista, entre mayo de 1948 a noviembre de 1949. Desde el año 1949 hasta la fecha 2026 en que entrega el poder Rodrigo Chaves, habrán existido en Costa Rica 77 años de gobiernos constitucionales, siendo el período más largo de existencia de la democracia costarricense.
De último, es necesario plantear con base a lo anteriormente señalado que las dictaduras de Ramírez, Carrillo y Guardia tuvieron, de forma contradictoria, un carácter progresivo, aunque altamente concentrador del poder y de represión a sus oponentes políticos. Por otra parte, el gobierno de José Figueres Ferrer, creador de la segunda República, gobierno de facto, de tipo bonapartista, tuvo, contradictoriamente, un carácter dual, políticamente reaccionario, antisindical y anticomunista, represivo de los trabajadores y de la izquierda, y, por otro lado, un carácter progresivo, conservando las conquistas sociales (código de trabajo, derechos y garantías sociales, CCSS) de los gobiernos anteriores, nacionalizando la banca, imponiendo el 10% de impuesto al capital e impulsando el desarrollo de capitalismo moderno.
En conclusión, sostenemos que la democracia costarricense se inicia en los inicios del siglo XX, se desarrolla con el triunfo político-militar del año 1948, la aprobación de la Constitución Política de 1949 que es la Constitución de 1871 reformada, así como, de forma contradictoria, producto de la derrota del movimiento obrero, sindical y del partido comunista. A partir de esos hechos, se consolida el proceso democrático costarricense que tiene su expresión en la elección continua, sin rupturas, de gobiernos constitucionales a partir del año 1949. Sin duda alguna esa democracia existente es burguesa, ya que las clases dominantes, los capitalistas, mediante sus diversos partidos políticos o figuras políticas gobiernan en beneficio esencialmente del capital, dándoles migajas a las demás clases sociales como las clases medias, trabajadores, campesinos y sectores populares.
El Pacifismo Costarricense
Costa Rica ha sido reconocida a nivel centroamericano e internacional como un país pacífico. La calificación de los costarricenses como personas pacíficas viene desde hace muchos años. Por ejemplo, el bachiller Rafael Osejo en la Adición (1833) del texto de Geografía Universal del alemán Rodolfo Ackermann, plantea que en Costa Rica “… Sus habitantes pacíficos y laboriosos han procurado aprovechar las coyunturas favorables que le ha presentado la Providencia y así es que cuando los demás Estados de la República y aún la mayor parte de las nacientes Naciones de América se han estado devastando y decayendo del grado esplendor que tenían, Costa Rica… no sólo se ha conservado ilesa en medio de las convulsiones políticas y de la hoguera de la anarquía…”. (Zelaya, Chester, Aguilar Bulgarelli y otros: ¿Democracia en Costa Rica? EUNED. San José, Costa Rica, 1978).
Por otra parte, más recientemente el historiador, Iván Molina Jiménez, señala que “Desde la primera mitad del siglo XIX, es posible encontrar, tanto en documentos oficiales como en crónicas de viajeros y en textos periodísticos, una tendencia a caracterizar a los costarricenses como pacíficos. Tal énfasis reflejaba, en parte, una situación objetiva: a diferencia del resto de sus vecinos centroamericanos, Costa Rica no se abismó en largas y sangrientas guerras civiles, y las experiencias de este tipo fueron esporádicas y de corta duración. De hecho, el conflicto bélico más importante vivido por el país fue de carácter nacional: la campaña de 1856-1857 contra los llamados filibusteros liderados por el mercenario estadounidense William Walker”. (Molina Jiménez, Iván: Paz social e identidad nacional en Costa Rica durante el siglo XIX y XX. Una introducción al problema. Universidad de Costa Rica. 2005).
Otros escritores y políticos atribuyen el carácter pacífico del costarricense desde la época de la colonia. El escritor Alberto Cañas plantea que “Costa Rica había vivido en paz… En el turbión de dictaduras y disturbios, Costa Rica era un oasis, y más que un oasis, una invitación al lugar común. Sobre ningún pueblo de América se han escrito más lugares comunes, que los muy resabidos que han escrito los costarricenses sobre el suyo: “Suiza centroamericana”, “país que tiene más maestros que soldados”… La retahíla es larga”. (Cañas, Alberto: Los 8 años. EUNED. 2014). Y más adelante sostiene que “El origen de esa situación se remonta a la Colonia… El español que a Costa Rica llegara no vendría en son de conquistador, que en Costa Rica poco había que conquistar; no encontraría trabajo gratuito de indios, porque nunca los hubo n cantidad significante. No había aquí oro… ni indios para la esclavitud o el fácil mestizaje. El español que a Costa Rica llegara tenia que llegar como colono y no como conquistador, a vivir y no a enriquecerse…”. (Ídem). Sin duda alguna esa visión de Cañas es idílica y rayana en la fantasía.
Debemos ser claros en el origen y caracterización del costarricense como pacífico. Es totalmente falso que tanto el pacifismo y la democracia costarricense tengan sus orígenes en la colonia. El régimen colonial fue despótico, usurpador, explotador y, por ende, hubo una grande y profunda desigualdad social. Por tanto, en ese contexto y marco histórico no podría existir ni pacifismo ni democracia. La aparente “democracia” y “pacifismo” colonial del costarricense, en realidad estaba basado en el sometimiento violento de las poblaciones aborígenes, de su adoctrinamiento forzoso al cristianismo y, posteriormente, su confinamiento en las encomiendas y otras formas de trabajo servil, esclavo y semi esclavo.
La aparente “paz” en la época colonial era el producto del sometimiento, mediante la fuerza y represión, de la población aborigen por parte de los conquistadores y colonizadores, así como de la derrota de la sublevación encabezada por el jefe indígena, Pablo Presbere.
Por otra parte, la utilización de la ideología pacifista y el discurso del pacifismo de las clases dominantes tuvo como objetivo inicialmente, desde mediados del siglo XIX, la desmovilización de los sectores populares para desarrollar y ampliar el cultivo del café que fue el producto que vinculó a Costa Rica al mercado internacional.
Al respecto, Molina plantea que “Visto en esta perspectiva, el acento puesto en la índole pacífica de la sociedad costarricense reflejaba una particularidad de Costa Rica; sin embargo, operaba, a la vez como un discurso civilizador, que procuraba encauzar tanto el descontento social como la competencia por el poder por vías legales e institucionales. La importancia de esto último se comprende mejor cuando se recuerda que, a partir de la década de 1830, en el Valle Central, asiento de alrededor del 80 por ciento de la población, empezó a expandirse el cultivo del café. Tal proceso fue el eje de una transición hacia el capitalismo agrario que supuso una creciente mercantilización de la fuerza de trabajo campesina y fomentó la privatización de la tierra”. ((Molina Jiménez, Iván: Paz social e identidad nacional en Costa Rica durante el siglo XIX y XX. Una introducción al problema. Universidad de Costa Rica. 2005).
Más recientemente, en el transcurso del siglo XX los sectores dominantes convirtieron la ideología pacifista y el discurso del pacifismo como parte de la identidad nacional del costarricense debido a diversos factores como el período democrático iniciado en los inicios de ese siglo, así como para contrarrestar la influencia de la ideología del Partido Comunista. Posteriormente, José Figueres Ferrer, como una gran maniobra política, frente al intento de golpe de Estado, conocido como el “Cardonazo”, realizado en abril de 1949, y otros eventuales golpes de Estado, acelera la abolición del ejército que se constitucionaliza en la Constitución Política aprobada en noviembre del año 1949. Entonces, esa gran maniobra política, abolición del ejército, fue una medida más defensiva frente a futuras intentonas golpistas que una política tomada para promover la paz.
Sin embargo, las clases dominantes toman y explotan ese hecho para profundizar la ideología y el discurso pacifista. Esto se refuerza más adelante con diversas políticas tomadas desde el Estado por diversas administraciones para expandir, en algún momento, el gasto social, para enfrentar a la ideología y la fiebre contra el comunismo internacional y los procesos revolucionarios que se produjeron a finales de los años 70 e inicios de los 80 en el área centroamericana. De ahí en adelante esa ideología y discurso pacifista de las clases dominantes se han utilizados de formas diversas. Por ejemplo, para desmontar el proceso revolucionario centroamericana, al grado tal que la promoción por parte de Oscar Arias de los acuerdos de paz en Centroamérica, le permitieron el otorgamiento del Premio Nóbel de la paz en 1987.
La Violencia en Costa Rica
En este apartado nos vamos a referir fundamentalmente a la violencia producida por el fenómeno del narcotráfico que ha provocado un aumento inusitado de la criminalidad, tales como el enfrentamiento entre bandas criminales del narcotráfico por disputas territoriales, el sicariato como forma de eliminación selectiva de traficantes de drogas de bandas contrarias y otras manifestaciones violentas.
En Costa Rica, el fenómeno de la violencia como producto de la actividad del narcotráfico y el incremento de las bandas criminales, a diferencia de otros países centroamericanos, es de más reciente aparición. El aumento de las tasas de homicidios se ha producido a partir del año 2003 hasta la fecha. Toda la década de los años 90 tuvo una tasa de homicidios, relativamente baja. Por ejemplo, en el año 1990 dicha tasa fue el 4,45 para un total de 139 crímenes y en el año 1999 se ubicó en 6,34 y 245 asesinatos.
Si se revisan las estadísticas de homicidios a partir del año 2003 hasta el 2025 se observan aumentos, casi constantes de esas tasas de homicidios, aunque en algunos años puedan verse algunas disminuciones, siendo la excepción, no la regla. El año 2023 fue el año más violento de la historia nacional con 907 crímenes para una tasa de homicidio del 17,2 por cada 100 mil habitantes, mientras que en el año 2024 la cantidad de homicidios bajó ligeramente a 874 homicidios para una tasa de 16,6. Sin embargo, para el 27 de junio del 2025, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) había reportado 438 homicidios, ocho crímenes más que en la misma fecha del año 2024. Todos los datos apuntan a que el presente año superará los 900 homicidios.
Veamos algunas comparaciones entre las naciones de Centroamérica. Según el medio digital Bloomberg Línea de 19 de junio 2025 las tasas de homicidios en la última década 2015-2024 en los países centroamericanos era la siguiente:
País
Tasa de homicidios: 2015
Cifras UNODC
Tasa de homicidios: 2024
Cifras InSight Crime
Aumentó/Disminuyó
El Salvador
107,64
1,9
Disminuyó
Honduras
55,73
25,4
Disminuyó
Guatemala
29,4
16,1
Disminuyó
Costa Rica
11,56
16,6
Aumentó
Nicaragua
8,52
6
Disminuyó
Nota: el dato del 2015 de Guatemala y de 2024 de Nicaragua es proporcionado por la inteligencia artificial.
Como se puede observar, mientras en cuatro países centroamericanos las tasas de homicidios disminuyeron del año 2015 al 2024, Costa Rica fue el único país centroamericano en donde esa tasa más bien aumentó. Por otra parte, la tasa de homicidios en Costa Rica se ubica para el año 2024 como la segunda tasa más alta después de Honduras, lo cual indica la gravedad del fenómeno criminal en el país.
El fenómeno del incremento del fenómeno del narcotráfico y criminal obedece a factores internos y externos. Las políticas neoliberales realizadas por los gobiernos de turno del PLN, PUSC, PAC y el gobierno de Rodrigo Chaves que se han concretado en una reducción sistemática del gasto social para financiar el alto déficit fiscal y el pago de la abultada deuda pública, así como el desfinanciamiento de la educación y su decadencia que no permite la movilidad social de la población, entre otros factores, han posibilitado e incrementado el incremento del narco y el crimen organizado con todas las consecuencias conocidas.
Miles de jóvenes, incluso muchos de ellos, menores de edad, expulsados del sistema educativo y sin ninguna esperanza para progresar, son reclutados y están organizados por el narcotráfico y el crimen, siendo la mano de obra del sicariato, del narcomenudeo y otras actividades ligadas a las bandas criminales. Laxitud de las leyes nacionales; rebasamiento y agotamientos de las fuerzas policiales, ya sean del OIJ y del Ministerio de Seguridad, por parte del fenómeno del narcotráfico y el crimen organizado. Esas instituciones no dan abasto para combatir el crimen organizado. Crisis y decadencia de la democracia costarricense que han posibilitado el desarrollo del narco y el crimen.
Por otra parte, entre otros factores externos, se encuentran el hecho de que Costa Rica ha pasado de ser una gran bodega de las drogas para convertirse también en un país desde donde se exporta masivamente las drogas y aumenta su consumo interno; el traslado del narcotráfico internacional a Costa Rica por la disminución, debido a diversos factores, en países como El Salvador, Honduras y Guatemala; asentamiento de carteles mexicanos y colombianos y su vinculación con las bandas nacionales que ha transformado a estas bandas en más violentas; facilidades geográficas por sus costas y otros elementos.
De último, debemos plantear que el fenómeno de la violencia ejercida por el narcotráfico y las distintas bandas criminales se han trasladado a las provincias, cantones, distritos y cientos de barrios y comunidades. El femicidio ha aumentado; la violencia intrafamiliar ha crecido; los pleitos en los pasillos y aulas de las instituciones educativas entre los estudiantes se han incrementado; los pleitos en las carreteras entre conductores también han crecido y, así sucesivamente, la violencia se ha convertido en un fenómeno que se está generalizando en la sociedad costarricense, pasando de ser un país pacífico a uno violento. La intolerancia y violencia se ha vuelto un fenómeno social existente en las calles, hogares, centros educativos y otros lugares.