Por Juan P. Castel

La pérdida de la fe en las leyes y en quienes las aplican, nos conduce a medidas de hecho. Mario López Larrave, líder histórico del sindicalismo Guatemalteco.

El pasado 23 de octubre se cumplió un mes de la toma de la sede del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de San Carlos (STUSC) por parte de las y los compañeros trabajadores que se encuentran bajo la relación laboral de Planilla (en adelante planilleros). La toma de la sede del sindicato responde a un desinterés creciente de la administración universitaria por solventar las exigencias de las y los planilleros (más de mil en todas las dependencias universitarias). A la inestabilidad laboral promovida por las diferentes administraciones universitarias, se ha unido el papel infame de la actual junta directiva del STUSC, que han usado medidas represivas contra las y los planilleros organizados y contra sus liderazgos visibles, sirviendo como tapete a la rectoría de Carlos Alvarado Cerezo y su discurso demagógico de índole social hacia afuera de la U, mientras abusa de los trabajadores y de sus derechos laborales hacia adentro.

LOS HECHOS

El pasado 23 de septiembre la junta directiva del STUSC convocó a una asamblea general para que se aprobara una “comisión disciplinaria, previamente conformada por el directivo”. Dicho órgano iba a ser utilizado para “regresar al orden” a las y los líderes de los planilleros organizados del campus central (cerca de 400) y así servir como monigote a la agenda de la rectoría de evitar solventar una deuda de décadas con las y los planilleros en lo que respecta al pagos de horas extras, vacaciones y demás derechos laborales de ley incumplidos. La asamblea fue convocada y el STUCS la retrotrajo al voto de representantes laborales del interior del país que traían el voto de grupos de trabajadores y de divisiones completas, esto sin contar con las credenciales que los reconocían como delegados de uno o varios compañeros.

Utilizando la desinformación y el miedo, la junta promovió que votaran solo las y los trabajadores que los apoyaban, de esta manera la asamblea perdió rápidamente validez y el enojo generado por las tretas del directivo obligó a las y los compañeros trabajadores a tomar medidas más drásticas. Conforme a las dinámicas de organización del poder popular las y los compañeros planilleros decidieron por mayoría tomar la sede del sindicato y desconocer a la junta directiva, ya que el directivo al incentivar una asamblea inválida y tratando de intimidar y usar medidas anti populares (enfrentar a las y los compañeros trabajadores) como amenazar con enfrentar a la división de servicios contra sus compañeros trabajadores.

Desde hace un mes se ha mantenido la toma y se ha denunciado ampliamente los agravios de la administración y el incumplimiento del derecho laboral (Código de Trabajo) y las argucias del sindicato para embaucar a sus agremiados haciéndolos firmar contratos desfavorables para las y los trabajadores en beneficio de la rectoría, para apaciguar así este digno movimiento.

LAS DEMANDAS

Las y los compañeros trabajadores exigen que se les haga efectivo el pago de la hora extra trabajada –en muchos casos durante años trabajaron 9h-; según el Código de trabajo el pago debe ser doble. Junto a esto también exigen que se les paguen las vacaciones que tomaron, ya que estas no fueron tomadas como con goce de sueldo, sino como periodos en los que no laboraron. El pago de todas las bonificaciones de ley –dándose casos de una década de impago– que nunca se les hicieron efectivas. La demanda más importante y por la que la lucha de más de 400 compañeras y compañeros toma características de una lucha general contra la burocracia estatal, es que con esta toma quieren que todos los que actualmente se encuentran en la relación laboral de Planilla pasen a formar parte del reglón 011; esto les traería estabilidad laboral y el ser tratados por igual y no como trabajadores de segunda categoría, como ha venido pasando. Pasar de planilla a reglón implicaría que las y los compañeros no podrían ser despedidos injustificadamente, esto quiere decir que formarían parte del presupuesto de la Universidad y ya no estarían en laborando de planilla auto financiable.

ULTIMÁTUM PARA EL RECTOR

Las y los compañeros planilleros nos han hecho saber que sus demandas deben ser solventadas por la burocracia universitaria antes del 10 de noviembre, de no ser así las y los compañeros tomaran medidas de hecho generales y coordinadas con todos los planilleros a nivel nacional. El rector, como personificación de la administración universitaria, debe promover el cierre de acuerdos que normalicen la situación de las y los compañeros planilleros. Debe de dejar de usar a la directiva del STUSC como esquiroles contra los mismos trabajadores, como acto de buena voluntad, bajarse de su andamiaje burocrático y acabar ya con ese lema que han venido difundiendo: “Los planilleros no son trabajadores de la Universidad”, utilizado ampliamente por él y su lame botas del sindicato, traidores todos estos a la clase trabajadora en contra de las y los verdaderos luchadores sindicales.

Por eso, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) saludamos a las y los compañeros planilleros y los exhortamos a seguir su lucha contra las políticas de rapiña de los funcionarios universitarios que negocian con el bienestar de las y los trabajadores y de sus familias. Nos adherimos irrestrictamente a su lucha, como lo han hecho ya los grupos docentes no plegados a la corrupción y el bandidaje –tan normalizado hoy en la U–, a los trabajadores presupuestados que han puesto por sobre la diferencias laborales la solidaridad obrera, a las y los estudiantes, Asociaciones y grupos que aun hoy se identifican con la carne y la sangre que hace que su Universidad funcione diariamente. A USTEDES CAMARADAS QUE EN LA LUCHA NO HAN ESCATIMADO SU TIEMPO, SU VIDA Y EL AGOTAMIENTO POR LOS QUE VENDRÁN DESPUÉS, POR LOS DERECHOS DE TODAS Y TODOS… ORGANIZARSE Y LUCHAR HASTA LA VICTORIA FINAL.

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