Por Tyscho
El pasado sábado 19 de octubre trascendió la noticia que la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) del Ministerio Publico (MP) en Guatemala, había allanado las oficinas de la Rectoría, la Dirección General de Administración (DIGA) y las de la decanatura de la Facultad de Ingeniería (FIUSAC), todas estas en el Campus Central de la Universidad de San Carlos, en la zona 12.
Del caso se conoce muy poco, pues la FECI ha anunciado públicamente que el secuestro de documentos de las diferentes dependencias de la universidad, comprenden a las investigaciones en curso de un caso en reserva. Pero podemos recobrar cabos sueltos de esta controversial investigación que viene a ratificar lo que todos los sancarlistas ya sabíamos, que dentro de las estructuras de compadrazgo, apadrinamiento, nepotismo familiar y de amiguetes que hay en la universidad y que tiene control sobre la totalidad de las unidades académicas –Escuelas y Facultades– y los diferentes Centros Universitarios de todo el país, se esconde un cartel criminal comandado desde las sombras por el ex rector Luis Leal –integrado como consejero de la administración por el Rector actual–, que junto al ex rector Estuardo Gálvez le ponen la canción y le dicen el ritmo del baile al actual Rector Murphy Paiz y su administración.
La CICIG dejó abiertos dos casos de corrupción en la USAC
Antes de irse, la ahora desparecida Comisión Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) dejó en su momento en manos de la FECI dos casos que investigaba y que involucran directamente al ex rector Estuardo Gálvez Barrios, que fue magnífico rector de la única universidad pública de Guatemala desde el año 2006 hasta la finalización de su segundo periodo en 2014. Y contra el actual rector Murphy Paiz, cuando fue decano de la Facultad de Ingeniería durante el rectorado de su mentor Gálvez Barrios.
Tanto Gálvez como Paiz son investigados por el mismo modus vivendi del crimen, como lo son los posibles hechos de corrupción en la USAC cuando Gálvez Barrios ejercía funciones como rector autorizando y gestionando ante el Consejo Superior Universitario (CSU) la construcción de diversas obras físicas –como el sobrevalorado edificio de la DIGA– y compra de terrenos, en los cuales presume la fiscalía se adjudicaron proyectos a empresas con ofertas más elevadas del valor real de la adquisición, esquilmando así el presupuesto universitario; presumibles sobrevaloraciones del costo de las obras construidas cuando estas eran terminadas; ejecución parcial y/o proyectos no terminados y modificaciones en los contratos administrativos finales de las obras, indicó en su momento la CICIG que era el centro de la investigación que ahora prosigue la FECI.
Los investigadores de la CICIG en su momento y ahora los de la FECI analizaron las adjudicaciones y contratos, otorgados por la Facultad de Ingeniería durante la gestión de Murphy Olympo Paiz Recinos en la decanatura de dicha unidad académica, lo que le suma un total de 482 contratos celebrados durante su administración. En este abultado número están 62 obras que se determinó que nunca se construyeron o que el precio final de dicha obra fue sobrevalorado, escogiéndose las ofertas más desfavorables para las cuentas de la universidad.
La lucha inter burguesa entre liberales y conservadores
A diferencia de los cagatintas interminables de la prensa burguesa y de las columnas de toda suerte, aquí no ocultaremos la estrategia de la fiscalía para separar a la marioneta Murphy Paiz y a sus titiriteros de la lucha política entre diferentes facciones de la burguesía guatemalteca. El allanamiento se produce a escasos días de que el incapaz Alejandro Giammattei, presidente electo de la restauración conservadora se presentara en el Campus Central para entrevistarse con el CSU y con el rector.
No hay que olvidar que tanto el ex rector Luis Leal, que fue candidato de la alianza UNE-GANA a la alcaldía de la Ciudad en las elecciones de 2011, como el también ex rector Gálvez Barrios y el actual rector Murphy Paiz, son cercanos al ala derecha de la nueva burguesía maquilera y narcotraficante, como lo es la escisión por derecha de la UNE, el ahora conocido narco partido TODOS, que controla la vicepresidencia del Congreso de la República.
La FECI maniobra, presionando con el secuestro de documentación a la mafia de la USAC, como lo hiciera la CICIG en 2015, para que en ese entonces Gálvez Barrios se alejara de la candidatura a diputado por el partido TODOS. Es así que en el actual periodo de lucha, ningún organismo del orden burgués está buscando meter presos a estos o aquellos operadores políticos de la burguesía conservadora, sino presionar para ir abriéndose camino en una coyuntura que con la elección de Giammattei se muestra adversa para la burguesía liberal anticorrupción.