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La “motosierra” de Milei en manos de Donald Trump y Elon Musk

Es un viejo fenómeno político, pero a muchos nos parece como algo nuevo. La crisis del capitalismo no necesariamente implica un viraje de las masas a la izquierda. Muchas veces ocurre todo lo contrario: en un primer momento, las masas, agobiadas por las crisis y ante la ausencia de una dirección revolucionaria, confían en los discursos de los demagogos derechistas, y votan a favor de personajes repugnantes como Javier Milei o Donald Trump.

El triunfo electoral de Donald Trump viene a fortalecer a la derecha y ultraderecha en el continente, en momentos de mayor crisis económica. El nombramiento de Marco Rubio, como Secretario del Departamento de Estado, augura una política agresiva contra los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y contra cualquier otro gobierno que se rebele

Trump no es ningún benefactor ni personaje altruista, su principal interés es que los multimillonarios de Estados Unidos se enriquezcan más y logren mantener su hegemonía a nivel mundial, en la lucha contra sus principales competidores de Rusia y China.

No fue una casualidad que, en la reciente visita de Javier Milei a la mansión de Donald Trump, solicitándole su bendición, este le dijera: “usted es mi presidente favorito”. Detrás de este piropo diplomático, se oculta una cruda realidad: Trump se siente atraído por la “motosierra” de Milei, ese brutal plan de ajustes económicos que está implementando en Argentina y que, si bien es cierto ha frenado la hiperinflación, tiene como resultado colateral que la mitad de la población vive en condiciones de pobreza. Milei está desmantelando al Estado argentino, reduciéndolo a la mínima expresión, para que los capitalistas se apoderen de todas las actividades que anteriormente realizaba o regulaba el Estado.

Los grandes medios de comunicación, publican noticias sobre el triunfo de Trump y la derrota de Kamala Harris, pero no se refieren al plan económico que Trump tiene guardado bajo siete llaves en su maletín, y que piensa aplicar una vez tome posesión como el 47 presidente de Estados Unidos.

El plan económico de Trump combina la reducción de los impuestos a la renta de los multimillonarios del 30 hasta el 21%, con un alza en los aranceles a las importaciones. De esta manera piensa financiar el gasto público, pero, además, y poco se habla de este tema, con el pretexto de combatir el burocratismo piensa desmantelar el Estado federal, reducir la cantidad de empleados públicos. En pocas palabras, aplicar la “motosierra” de Milei en Estados Unidos.

La política de New Deal de Roosevelt, sobre todo después de la segunda guerra mundial, implicó una serie de conquistas materiales, sociales y de derechos, que debían garantizarse desde el Estado federal, lo que aumentó significativamente la cantidad de instituciones y de empleados públicos, quienes, por cierto, tienen enormes conquistas laborales a nivel de retiro y pensiones.

En una entrevista publicada en Fox News, Trump se refirió al papel que podría desempeñar el multimillonario Elon Musk, (dueño de Tesla, y quien acaba de comprar Twitter para convertirla en su plataforma de propaganda llamada “X”), en su futura administración: “Es un gran tipo de negocios, y es un gran recorte de costos. Y él podría recortar costos sin afectar a nadie. (…) Tenemos un nuevo cargo: Secretario de reducción de costos. Elon quiere hacer eso, y tenemos gente increíble. Está dirigiendo un gran negocio. (…)” (13/10/2024)

El problema es que el Estado no es una empresa privada. En diferentes mítines durante la campaña electoral, Musk se refirió a la necesidad de realizar recortes drásticos para reducir el gasto superfluo que no beneficia a los estadounidenses, utilizando la inteligencia artificial para determinar dónde recortar. También propuso derogar las normativas gubernamentales en las instituciones reguladoras del Estado, lo que conlleva una reducción de personal en el Estado federal, ofreciendo indemnizaciones de dos años de salarios a los empleados públicos despedidos. También propuso un sistema de evaluación que amenaza con el despido a los empleados públicos que sobrevivan a la motosierra.

Trump ya nombró a Elon Musk en el cargo de Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en sus siglas en inglés). En un brece comunicado, Trump justificó el nombramiento: “Un gobierno más pequeño, con más eficacia y menos burocracia, será el regalo perfecto para Estados Unidos en el 250 aniversario de la Declaración de Independencia”.

Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos se propone reducir el Estado. No hay duda que Trump quiere reducir el número de empleados públicos en estados Unidos y con ello aplicar una reducción de los servicios y conquistas sociales que son obligación del Estado. Trump quiere desmantelar el Estado que se reorganizó bajo la New Deal.

Trump quiere aplicar, con el farsante Elon Musk, el mismo plan de destace del Estado que aplica Milei en Argentina. Esto es el resultado de la política de reducción de impuestos a los multimillonarios. Trump y Musk, aprovechando el favorable resultado electoral, como los aprendices a brujos, están invocando fuerzas infernales que después no podrán controlar

No nos cabe la menor duda que este siniestro plan de reducción del Estado, bajo el subterfugio de una mayor eficiencia, se topará con la resistencia decidida de los empleados públicos y de la mayoría del pueblo norteamericano.

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