Por Orson Mojica
El coronel Hugo Chávez Frías, después de largas jornadas de lucha, asumió la presidencia de Venezuela el 2 de febrero de 1999. Con las simpatías populares a su favor, el 25 de abril convocó inmediatamente a un referéndum sobre la necesidad de modificar la Constitución de 1961, logrando que el 92% de los votantes apoyara su moción de convocar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución.
Chávez consolida su poder a través de los votos
El 15 de diciembre de 1999 se realizó un referéndum para someter a la voluntad popular el texto de la nueva Constitución, y Chávez logró el apoyo del 60% de los votantes, pero con una abstención del 55%. En julio del 2000, bajo la vigencia de la Constitución de 1999, Chávez convocó a elecciones generales para "relegitimar todos los poderes".
La primera presidencia de Chávez se caracterizó por una ardua batalla por cambiar las instituciones heredadas del Pacto del Punto Fijo, y por derrotar a sus adversarios a lo interno. A pesar de sus encendidos discursos, durante la primera presidencia, mantuvo un bajo nivel de enfrentamiento con el imperialismo norteamericano.
La segunda presidencia de Chávez (2001 - 2007)
El 30 de julio de 2000, Chávez fue ratificado en la Presidencia con casi 60% de los votos escrutados. La segunda presidencia de Chávez coincidió con el ascenso de George W. Bush a la presidencia de los Estados Unidos, lo que desató un exacerbado enfrentamiento político y verbal con el imperialismo norteamericano, sobre todo a raíz del golpe de Estado en abril del 2002.
Leyes Habilitantes y Bonapartismo
La segunda presidencia de Chávez trajo consigo algo nuevo, las Leyes Habilitantes, que no fueron aceptadas por la burguesía.
La Constitución de 1961, derogada en 1999, permitía una delegación parcial de la facultad de legislar a favor del Presidente de la República cuando, en receso del Congreso Nacional, una Comisión Delegada de 24 miembros, con una votación de dos tercios, delegaba poderes legislativos para “crear, modificar o suprimir servicios públicos, en caso de urgencia comprobada”.
En cambio, la Constitución de 1999 estableció por primera vez que la Asamblea Nacional con las tres quintas partes del voto favorables de sus miembros, podría delegar funciones legislativas a través de “leyes habilitantes”, las cuales establecerían las “directrices, propósitos y marco de las materias que se delegan”, para que el Presidente de la República dictara “decretos con fuerza de ley” en un plazo determinado.
Con ello se inició un proceso de concentración de poder en la persona de Chávez, ya que la Asamblea Nacional renunciaba voluntariamente a aprobar leyes trascendentales, y permitía un creciente rol bonapartista del presidente Chávez dentro de las estructuras del Estado y la sociedad venezolana. El tradicional moderado régimen presidencialista venezolano sufrió una hipertrofia con la Constitución de 1999.
A mediados de 2001, el presidente Chávez aprobó 49 leyes, con los poderes de la Ley Habilitante, las cuales generaron un fuerte rechazo por parte del sector empresarial, que consideró anticonstitucional este paquete legislativo.
La oposición organiza el primer paro nacional.
En diciembre del 2001, la oposición burguesa y proimperialista, junto a la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (FEDECAMARAS) y la burocracia sindical de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), acosados por el avance incontenible del gobierno, convocaron al primer paro nacional de 12 horas para el día 10 de diciembre de 2001, pero el paro se extendió desde diciembre de 2002 hasta febrero de 2003. Fue la primera vez que la oposición midió fuerza con Chávez no en las urnas.
Más que un paro obrero convocado desde los sindicatos, fue un lockout organizado por las cámaras patronales, con apoyo de la burocracia de la CTV. El paro abarcó al inicio solo a las empresas de los afiliados a FEDECAMARAS, pero, posteriormente, hubo un vuelco significativo cuando la meritocracia de la empresa estatal PETROLEOS DE VENEZUELA S.A. (PDVSA) decidió apoyar el paro, y con ello Venezuela quedo semiparalizada. El paro nacional precipitó los acontecimientos y se convirtió rápidamente en una lucha por el control de PDVSA y por el poder político.
Golpe de Estado de abril de 2002
El enfrentamiento político, la lucha en las calles, fue caldeando los ánimos y se fue creando el ambiente propicio para una intentona golpista. El 7 de abril, el presidente Chávez ordenó el despido de la “meritocracia” de PDVSA. En repuesta, el 9 de abril la burocracia de la CTV y FEDECAMARAS convocaron nuevamente a un paro general de 24 horas para apoyar a los gerentes despedidos de PDVSA.
Las marchas opositoras terminaron en violentos enfrentamientos con los simpatizantes de Chávez, que defendían con garrotes y piedras a su gobierno. Chávez llamo a las fuerzas armadas a repeler la intentona golpista, activando el Plan Ávila.
Este Plan Ávila tenía el objetivo de restaurar el orden. Había sido creado después de la insurrección popular de febrero de 1989, conocida como El Caracazo, cuando las masas hambrientas se lanzaron sobre el centro de Caracas. Al activar el Plan Ávila, Chávez pretendía tener al ejercito de su lado, en el punto más álgido del enfrentamiento con la oposición.
El 11 de abril la oposición organizó una marcha que terminaría frente al Palacio de Miraflores, se produjo un enfrentamiento con una manifestación chavista. Hubo disparos, muertos y heridos. Chávez ordenó activar el Plan Ávila, pero una parte del Ejercito no obedeció las ordenes.
Un grupo de generales de la Fuerza Armada Nacional (FAN), encabezados por el almirante Héctor Ramírez, se pronunció contra Chávez y rechazó obediencia a la cúpula militar. Ese mismo día, el general Lucas Rincón, el inspector general de la FAN, desmintió la noticia que Chávez estuviese preso. El Ejercito se había dividido en dos bandos, uno a favor del golpe de Estado y otro en contra.
En ese momento, Pedro Carmona Estanga, presidente de FEDECAMARAS, dio a conocer una junta de gobierno provisional, argumentando que Chávez había renunciado procedió a disolver la Asamblea Nacional, la Fiscalía y el Tribunal Supremo de Justicia y derogar las leyes habilitantes.
La mayoría de los medios de comunicación, partidos de derecha y la Iglesia Católica apoyaron el golpe de estado. A nivel internacional, España, Colombia, El Salvador, Estados Unidos y Chile apoyaron discretamente el golpe de Estado contra Chávez.
¿Renunció Chávez?
En la madrugada del 12 de abril, el presidente Chávez fue capturado, pero nunca quedó claro si había renunciado al cargo. Todo indica que, para ganar tiempo, Chávez ofreció renunciar si se le permitía salir del país con rumbo a Cuba. Los golpistas se dividieron entre quienes querían juzgar a Chávez en Venezuela, y quienes preferían tenerlo en el exilio.
Fidel Castro logró hablar por teléfono y como hábil político le aconsejó: “Pon las condiciones de un trato honorable y digno, y preserva las vidas de los hombres que tienes, que son los hombres más leales. No los sacrifiques, ni te sacrifiques tú (…) No renuncies, exige condiciones honorables y garantizadas para que no seas víctima de una felonía, porque pienso que debes preservarte. Además, tienes un deber con tus compañeros. ¡No te inmoles!”.
Chávez se encontraba preso en el Apostadero Naval de Turiamo, pero después fue trasladado en helicóptero a la isla de La Orchila.
Insurrección de masas libera a Chávez
La noticia del secuestro o apresamiento del presidente Chávez enardeció a sus seguidores, que eran mayoría de la población, que rodearon espontáneamente los cuarteles y bases militares exigiendo la liberación de su líder. Al contemplar semejante reacción popular en todos los barrios de Venezuela, los golpistas retrocedieron y el sector que se mantenía fiel a Chávez tomo la iniciativa, procurando evitar la guerra civil.
Un importante batallón asentado en Maracay, bajo el mando del general Raúl Isaías Baduel, se declaró fiel a Chávez y amenazó con repartir armas al pueblo insurreccionado. Los golpistas fueron forzados a retroceder y buscaron una salida constitucional.
El 13 de abril, a la medianoche, el general Alí Uzcátegui Duques fue el responsable de traer a Chávez nuevamente al Palacio de Miraflores. El 14 de abril, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, quien había ocupado provisionalmente la presidencia de Venezuela, le transfirió el mando a Chávez.
Paro petrolero de 2002-2003
Chávez retornó a la presidencia, pero continuó el forcejeo con los empresarios y la oposición. Ante la polarización política, la OEA y el Centro Carter promovieron una mesa de negociaciones entre el gobierno de Chávez y la oposición burguesa y proimperialista agrupada en la Coordinadora Democrática (CD).
Para calmar a la derecha, el ex presidente Jimmy Carter propuso acortar el periodo presidencial de seis a cuatro años, o realizar una consulta popular sobre la permanencia de Chávez en el poder en el momento en el que se cumpliera la mitad del periodo, utilizando el mecanismo del referendo revocatorio.
A finales del 2002, la oposición quiso demostrar fuerza convocando a un paro en solidaridad con los gerentes despedidos de PDVSA, el que se prolongó durante 62 días exigiendo nuevamente la renuncia de Chávez. Este paro fue apoyado por la Iglesia Católica y los medios de comunicación. Escasearon la gasolina y los alimentos básicos, la derecha movilizó todas sus fuerzas, pero Chávez no renunció y, al contrario, convocó a movilizaciones a su favor. El paro se mantuvo durante 62 días y finalizó en una desbandada el 3 de febrero del 2003.
El gobierno llamó a ex empleados de PDVSA y utilizó al Ejército para hacer funcionar nuevamente a la empresa petrolera. Pero en realidad, lo que le permitió a Chávez ganar esta nueva pelea, fue el decidido apoyo de los trabajadores petroleros, quienes permitieron que el gobierno tomara al fin el ansiado control sobre PDVSA en enero del 2003
Después de la derrota del paro petrolero, a la CD no le quedo más camino que recolectar las firmas necesarias para convocar a un referendo revocatorio del mandato de Hugo Chávez, retomando la propuesta inicial de Jimmy Carter, lo cual ocurrió el 19 de agosto de 2003. Chávez ganó las elecciones limpiamente, derrotando al golpe de Estado del 2002 y su secuela, el paro petrolero del 2003.