Por Manuel Sandoval

Miércoles, jueves y viernes de la semana pasada se realizó la Asamblea General Anual de la APSE. Un evento intrascendente, tipo show, porque la Asamblea no tenía como eje discutir los problemas que asfixian al Magisterio Nacional, la ofensiva del gobierno para desfinanciar aún más el sistema de educación pública, el retroceso social y cultural que se vive en el país y elaborar colectivamente, en una discusión democrática, un plan de lucha.

La burocracia que controla la APSE quería evitar a como hubiera lugar verse desbordada en una discusión de este tipo, que dejó fragmentada en las comisiones. (A la Asamblea asistieron de 2 000 a 2 500 personas y en las comisiones sólo participaron unas trescientas a lo sumo, mientras el grueso de la asistencia era inducido a participar del show. Más aún (y eso lo reclamaron muchas compañeras(os), el número de delegados que financia la organización para garantizar la representación de las afiliadas(os) de regionales distantes, se redujo de dos delegados a uno alegando razones económicas. El aparato de funcionarios se está comiendo los recursos de la organización).

La dirigencia hizo la maniobra que ha repetido durante cinco años de meter una moción en la comisión de Asuntos Varios, a la que movilizó a sus hinchas, autorizándola a definir una huelga u otras medidas de lucha (sin fecha, plan de lucha emanado desde las bases ni las reivindicaciones a levantar).

El viernes, en el espacio de 1 hora 30 minutos asignado a los informes de comisión, esta moción, la única que apuntaba a levantar la lucha, dejó amarrada la discusión porque era imposible oponerse a la misma sin aparecer como opuesto a la movilización y aplicaban censura (desde la mesa) al que intentara señalar las falencias de la moción. No obstante, lo cual, el compañero Líos (de Guanacaste) les señaló lo ambiguo y poco terrenal (en palabras nuestras) de la política que estaban levantando, porque no se pronunciaban sobre la convocatoria a movilización el 28 y el 29 de agosto que comenzaron a realizar desde el jueves el SEC y otras organizaciones.

La gran política que tiene la APSE resultó ser la campaña “Déjenlos volar”, que vendría a sustituir a “La señora de Purral”. El título hace referencia a la necesidad de garantizar el derecho al estudio a los jóvenes de los sectores populares para que tengan oportunidades de trabajo e inserción social.

En la exposición de la campaña que hizo Tobías Murillo, el funcionario repitió incesantemente que había que “enseñarle” a la ministra Müller las aulas cayéndose a pedazos, enseñarle los estudiantes que necesitaban de las becas para poder estudiar, enseñarle que muchas niñas(os) dependían del comedor escolar, enseñarle el rol que cumplía el transporte escolar, enseñarle, enseñarle y enseñarle. Tobías, evidentemente, no se ubica en el terreno de la lucha de clases, y parece que cree que puede convencer a la ministra gastando centenares de millones de colones en una campaña en los medios.

Para nosotros la campaña que habría que hacer es impulsar a los educadores a organizar padres de familia y estudiantes para que se movilicen a la lucha por la mejora de las instalaciones educativas y todas las necesidades de becas, alimentación y transporte escolar que tienen los estudiantes de los sectores populares, contra los cambios de programas que atentan contra la formación integral científica y humanista que deben recibir los educandos y para sepultar la aberración pedagógica de las pruebas nacionales. Hay que impulsar la movilización desde abajo para construir un gran movimiento en defensa de la Educación Pública.

En este sentido, reiteramos, la Asamblea General fue IRRELEVANTE. Ni siquiera se discutió (se restringió a la Comisión de Varios y no se llevó a la plenaria) la brecha salarial abismal que está creando la Ley de Empleo Público. Un muchacho que entra por primera vez al sistema educativo con salario global entra ganando ¢200 000, ¢300 000 o incluso más en relación a un compañero con 15 o 20 años y salario compuesto. ¿CÓMO PUEDE SER QUE ESTAS COSAS NO SE HAYAN DISCUTIDO EN LA ASAMBLEA?

Decíamos, sin embargo, que aunque la burocracia gobernante impidió que se concretaran medidas de lucha, aparentemente la APSE se va a sumar a las movilizaciones del 28 y el 29 de agosto.

Ayer sábado se realizó en UNDECA una Asamblea del Frente Nacional de Lucha y a la misma se apersonó a presentar un saludo oficial el compañero Alberto Montenegro, de la Secretaría que asesora a la Directiva Nacional de la APSE. El compañero dijo que la dirigencia se va a reunir esta semana para definir la participación el 28 y el 29. La movilización está cobrando fuerza y pareciera que la dirigencia de la APSE se está dando cuenta de que no va a poder quedarse al margen y aparecer, como en otros momentos, desmovilizando. La dirigencia de la ANDE definió ayer la convocatoria a movilización nacional el 28 y a movimientos regionales el 29. Cosa que aplaudimos.

La movilización del 28 y el 29 deja planteada la necesidad de profundizar la lucha. El movimiento no se puede limitar a estas fechas, porque por más grande y masiva que sea la movilización de los educadores y los estudiantes difícilmente va a quebrar la intransigencia del gobierno y difícilmente se va a lograr que la oposición burguesa en la Asamblea Legislativa restituya el recorte de ¢400 000 millones que ha sufrido el MEP en los últimos años con su complicidad y la del Frente Amplio.

A partir del 28 y el 28, colegio por colegio y escuela por escuela, hay que definir cuáles son nuestras principales reivindicaciones y tratar de incorporar a otros sectores de trabajadores y del pueblo a una lucha de conjunto, que contemple también la defensa de la Caja y otras reivindicaciones, a fin de catapultar la movilización.

HAY QUE EXIGIR A LA DIRIGENCIA DE LA APSE LA CONVOCATORIA A UNA ASAMBLEA DE PRESIDENTES DE BASE, para hacer las discusiones que no se hicieron en la pasada Asamblea y definir una estrategia y un plan escalonado de lucha (más allá del 28 y el 29) para torcerle la mano al gobierno y a la burguesía costarricense.

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