Por Leonardo Ixim
Con escasa o nula información en los medios de comunicación, el pasado cuatro de diciembre el denominado Magisterio en Resistencia recorrió las calles capitalinas exigiendo diversas demandas. El Magisterio en Resistencia esta conformado por el Sindicato Autónomo Magisterial Guatemalteco (SAMGUA), el Sindicato de Trabajadores Magisteriales de Chimaltenango (SITRAMCHI) y colectivos departamentales desafectos al sindicalismo burocrático de Joviel Acevedo, el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG). Ha emprendido diversas luchas en favor del derecho a la educación y de la estabilidad laboral de maestras y maestros en los últimos años.
Se distanció del sindicato de Acevedo por los métodos clientelares y oportunistas que éste usa para negociar con los gobiernos de turno. Nosotros consideramos que además de ser un sindicalismo limitadamente amarillista o pro-patronal, es burocrático en tanto que sus tácticas negociadoras son en función no tanto de defender a un gobierno per se, sino para reproducir su naturaleza burocrática y de dique a las luchas autónomas de la clase trabajadora.
Una de las reivindicaciones que el Magisterio en Resistencia ha levantado es el traslado al renglón 011 -es decir presupuestados como plazas fijas por el Estado y derechos sociales incluidos- a 29 mil maestras y maestros que laboran ubicados ahora en el renglón 021, es decir sin derechos laborales reconocidos. Esta demanda, que el gobierno de Morales se comprometió a cumplir en su primer año de gobierno y que Acevedo oportunistamente retomó en algún momento, hasta la fecha sigue en espera.
Otra demanda ha sido la eliminación de las medidas que suprimieron la carrera del magisterio en el gobierno de Pérez Molina, bajo la dirección de la nefasta Cinthya Del Águila. Estableciendo una política de formación de docentes, conformada por un bachillerato en educación de dos años y un técnico denominado PADEP promovido e impartido por la Universidad de San Carlos y la Escuela de Formación de Docentes de esta de tres años, de la cual el actual ministro fue uno de sus impulsores. Esto afecta la inclusión al mercado de trabajo para los maestros y la misma calidad educativa, en un programa que no tiene certificación sobre su calidad. Recientemente la Unidad Nacional de la Esperanza interpuso un amparo ante la Corte de Constitucionalidad (CC), amparando provisionalmente ésta al magisterio Inter-cultural -español e idiomas mayas- que siguió funcionando.
De igual forma, el actual gobierno pretende desaparecer el magisterio de formación de maestros de pre-primaria que también se mantuvo. El Magisterio en Resistencia se presentó ante la CC -donde tiene una carpa en las afueras- para exigirle una sentencia firme en contra de esta medida. El Ministerio, en consonancia con los dictados del Banco Mundial y el BID, en una lógica que se mueve a nivel mundial, quiere realizar estos cambios en función de un sistema de evaluación que afecta los escalafones y la estabilidad laboral.
Recordemos que el STEG ha apoyado estas políticas y exigen mejoras salariales justas, pero amarrados con aceptar estas evaluaciones, que por lo demás nadie garantiza su idoneidad. Por tanto, una de las demandas de SAMGUA ha sido además garantizar la estabilidad laboral, la eliminación del acuerdo 247-2017, que violenta la ley tutelar del magisterio Nacional 1,485 y la propuesta de reforma a la ley de carrera docente.
Se exigió además que el magisterio no sea usado como pretexto para seguir endeudando al país, esto por las movidas de los últimos días que Acevedo junto al partido oficial realizaron para aprobar el presupuesto bajo el pretexto de un aumento salarial del 30 por ciento como exigía el STEG y 10 % como proponía el gobierno. Pero la no aprobación del presupuesto 2018 pone en aprietos estos aumentos, esto en un momento de negociación de un nuevo pacto colectivo con este sindicato, que en su mayoría solo protege a los trabajadores 011 del Ministerio de Educación.
Nosotros consideramos que el Magisterio en Resistencia deben ponerse también a la cabeza de la exigencia de un aumento salarial tomando como base el costo de la canasta básica ampliada y tomando en cuenta las capacidades del Estado, que por demás tendría que aumentar la base tributaria a los sectores empresariales que evaden impuestos. Además de exigir la negociación de un pacto colectivo incluyente con todos los sindicatos y trabajadores de la educación, tomando como punto, el aumento de la cobertura y la calidad, sin chantajes de parte de Acevedo ni evaluaciones impuestas que afectan el escalafón docente. Restableciendo también la carrera de magisterio para la formación de docentes en pre-primaria, primaria y secundaria, que además debería ser ínter-cultural en todos los niveles, como carrera de educación media nuevamente.