Por Armando Tezucún
Desde mediados del mes de junio el pueblo trabajador guatemalteco se ha visto afectado por una imparable alza en los precios de los productos que conforman la canasta básica, en especial las frutas y verduras. En cuestión de pocas semanas, productos esenciales para la cocina familiar han llegado a precios sin precedentes, como el aumento de la libra de tomate en un 66.66%, la de cebollas en un 33.33%, la de papas en un 28.5%, la unidad de lechuga en un 233%, la unidad de brócoli en un 20%, y así por el estilo muchos otros productos.
Los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el mes de junio aún no reflejan esta tendencia alcista. Es más, el INE informó que el ritmo inflacionario disminuyó, desacelerándose, y que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) tuvo un comportamiento bastante estable durante el primer semestre del año. Esta información no refleja el comportamiento del segmento de frutas y verduras, cuyos precios han estado en constantes alzas desde enero; estos alimentos son un componente fundamental de la economía familiar, y su costo afecta a los consumidores de escasos recursos y a los pequeños comerciantes que los distribuyen, pues las ventas han disminuido.
El INE hizo cambios en los cálculos desde hace unos años, divulgando el costo de las canastas básicas ya no para una familia de cinco integrantes, sino para una persona individual (per cápita). De esta manera, al mes de junio el costo de la canasta básica alimentaria urbana se situó en Q 866.97 (Q 4,334.85 para una familia); el de la canasta básica alimentaria rural en Q 670.79 (Q 3,353.95 por familia); la canasta ampliada urbana en Q 2,098.92 (Q 10,494.60 por una familia); y la canasta ampliada rural en Q 1,320.11 (Q 6,600.55 por familia). El salario mínimo vigente más elevado (entre las seis categorías existentes) asciende a Q 3,634.59, y el más bajo a Q 3,171.90. Es evidente que ni el salario mínimo más elevado alcanza para cubrir las necesidades de una familia en alimentación y servicios; y en la mayoría de empresas el sueldo mínimo es el máximo salario que pagan. El alza en los precios de los alimentos ha venido a agravar la ya precaria situación de las familias trabajadoras.
¿Cuál es la causa del aumento de precios de los alimentos? En los mercados, algunos vendedores al menudeo opinan que los productos están siendo acaparados para ser trasladados a los supermercados. Para otros, las intensas lluvias acaecidas entre junio y julio, precedidas por una fuerte ola de calor, han afectado los cultivos, provocando escasez; las lluvias causaron también fuertes daños a las carreteras, encareciendo el transporte de mercancías; otros llegan al extremo de afirmar que los opositores al gobierno de Arévalo están provocando escasez y desabastecimiento para afectar la gestión del presidente.
La Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (DIACO), del Ministerio de Economía, anunció el 12 de julio que realizaría operativos en conjunto con la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Gobernación y el Ministerio Público para “combatir la especulación, los sobreprecios y los delitos tributarios”; las acciones estarían dirigidas la todos los agentes económicos que participan en la cadena de comercialización de frutas y verduras, en especial las centrales de mayoreo y centros de abastecimiento (Prensa Libre 12/07/2024).
Como resultado de los operativos, la DIACO presentó una denuncia ante el Ministerio Público para que se investigue a las personas que pudieran estar especulando con la comercialización de los bienes agrícolas, incluyendo a toda la cadena de distribución, desde productores hasta tiendas de barrio; se solicitó una pena de tres años de prisión y multa de hasta Q 100 mil para los culpables.
Por su parte, el gobierno inició la implementación de Ferias del Agricultor, con productores ofreciendo directamente sus productos, sin intermediarios. Esta es una medida limitada, pues los productores son agricultores que han recibido un seguimiento y apoyo de parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería, es decir, una minoría; además, la que se realizó en la capital se ubicó en un lugar de difícil acceso a las clases populares.
Proponemos que la población de los barrios se organice en comités, tal como se hizo durante las protestas de finales del año pasado, con el apoyo de las centrales sindicales, y se coordinen con los vendedores de los mercados, para controlar los precios. Las propias organizaciones sindicales deben tomar en cuenta estas alzas, al momento de negociar los nuevos salarios mínimos en el Ministerio de Trabajo, contra la resistencia que presenten las cámaras empresariales.