Por Olmedo Beluche
Que las elecciones por sí mismas no van a resolver ninguno de los graves problemas de vida que aquejan al pueblo panameño, es algo que ya se sabe, pero nunca ha sido más cierto que en las elecciones generales de 2024. La incertidumbre que ha teñido todo el proceso electoral no es más que una manifestación de la crisis política que vive el país y que se profundizará luego del 5 de mayo. De la votación emergerá un gobierno débil, con su legitimidad cuestionada y, lo que es peor, mandatado por los poderes económicos criollos y del norte para aplicar un plan de “ajuste” más duro que el impuesto por Cortizo.
Según las proyecciones de las encuestas quien sea elegido el 5 de mayo tendrá, en el mejor de los casos, el 30% de los votos o menos. Aunque todos los candidatos presidenciales, menos la nómina Gordón-Morales, obedecen a los mismos intereses de clase (capitalista), a diversas fracciones de la burguesía financiera nacional, y son lacayos de la embajada de Estados Unidos, les costará mucho forjar ese “gobierno de unidad nacional” del que ya hablan algunos de ellos y que necesitan para imponer más “austeridad” al pueblo panameño.
Desde que Panamá es república ya se sabe que, en campaña electoral, los candidatos prometen hasta el puente para el río que no existe, así que nadie puede guiarse por las promesas electorales. Lo que le cuesta aprender a la vanguardia luchadora obrera y popular, es que el verdadero programa del gobierno que viene está hecho por las demandas de los gremios empresariales (Cámara de Comercio, CONEP, APEDE) e impuesto por los organismos financieros internacionales (embajada de EEUU, FMI, Banco Mundial).
Aquí no vale el voto “al mal menor”, ni el voto “útil” (voto inútil), porque el programa de gobierno, de ganar cualquiera de los siete candidatos de la burguesía, ya fue trazado cuando la “calificadora” Fitch le quitó el “grado de inversión” a Panamá: “austeridad” fiscal, que para ellos significa despido de empleados públicos y disminución del gasto social (educación, salud, agua, basura, programas de ayudas sociales), cuyo objetivo es pagar deuda pública como prioridad (la cual este año se come el 20% del presupuesto nacional).
La única propuesta que haría un plan económico distinto es la nómina Maribel Gordón – Richard Morales que, por provenir del movimiento social y popular, ha propuesto una reforma fiscal para que paguen más impuestos la burguesía evasora y exonerada. Aquí la pregunta no es si hay “crisis” o no, la pregunta es: ¿Quién debe pagar la crisis? ¿Qué sector social debe sacrificarse? Sólo el voto a la Casilla 11 indica y exige que la crisis la paguen los que más ganan, la clase empresarial. El voto a cualquier otra candidatura implica que la crisis la pague el pueblo
Lo otro que se viene es la burla al gran movimiento nacional y juvenil contra la minería metálica a cielo abierto: con la excusa de la crisis y el desempleo, van a renegociar con First Quantum Minerals la reapertura de la mina de Donoso (lo ha dicho reiteradamente su gerente, el Sr. Tristán Pascall).
Está claro que la única nómina que mantendrá consecuentemente la expulsión de First Quantum de Panamá, que la enfrentará debidamente en todos los juicios internacionales y que impedirá el surgimiento de otras minas del mismo tipo es la nómina Maribel Gordón – Richard Morales. No porque se haya comprometido electoralmente con eso, sino porque son los únicos candidatos que estuvieron en las calles acompañando la lucha dese mucho antes de octubre de 2023.
La juventud que necesita empleo sólo tiene una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Gordón y Morales, los demás candidatos son más de los mismo.
Los padres de familia y educadores que les preocupa el deterioro de las escuelas públicas sólo tienen una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Gordón y Morales.
Los pacientes que claman por mejor atención médica, por medicinas, por eliminar las listas de espera para especialistas y operaciones, por centros de salud y el hospital oncológico sólo tienen una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Maribel Gordón y Richard Morales.
La clase trabajadora que desea estabilidad, mejores salarios, respeto a las convenciones colectivas, derecho de huelga y a la sindicalización, que se oponen a la persecución financiera contra el SUNTRACS, sólo tienen una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Gordón y Morales.
La ciudadanía honesta que le preocupa la corrupción rampante de todos los órganos del estado y desea una Asamblea Constituyente originaria para eliminarla, sólo tiene una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Maribel Gordón y Richard Morales.
Y, si después de todo lo dicho y sabido todo lo que se sabe, algún “genio” alega que la nómina de Maribel Gordón y Richard Morales “no va a ganar”, le decimos: aún los votos no se han emitido y no se han contado, así que nadie sabe por anticipado, porque sólo hay que razonar un poco para saber cuál es la única y verdadera opción ante los males que aquejan a la nación y actuar en consecuencia, con conciencia: la CASILLA 11.
Y, aunque no ganará el 5 de mayo, sólo el voto a la Casilla11 en la papeleta presidencial aportará fuerza al movimiento social y popular para enfrentar las luchas que se vienen en defensa de la Vida Digna para el pueblo panameño. El voto a la nómina de Maribel Gordón y Richard Morales es el presente y el futuro de otro Panamá que estamos construyendo.