Por Vu Quoc Ngu
El 9-10 de junio, decenas de miles de vietnamitas han salido a las calles en todo el país para protestar contra dos proyectos de ley sobre la seguridad cibernética y la creación de nuevas zonas económicas especiales, o ZEE. La protesta se inició con la participación de alrededor de 50.000 trabajadores de la fábrica de calzado Pouchen en la zona industrial de Tan Tao, en Ciudad Ho Chi Minh, el mayor centro económico de esta nación del sudeste asiático.
Miles de personas se concentraron en Hanoi, Ciudad Ho Chi Minh, Da Nang, Nha Trang y otras ciudades, cantando consignas y portando pancartas que decían “No a la ley sobre la ZEE”, “No al arrendamiento de terrenos a China, ni siquiera por un día”, y “La ley de ciber seguridad significa amordazar a la gente”.
Las protestas mostraron hasta que punto se ha extendido el descontento por la corrupción sistémica, la grave contaminación del medio ambiente, la profunda desigualdad social y la débil respuesta del gobierno a las violaciones de la soberanía de Vietnam en el Mar de China, rico en recursos naturales.
En un artículo para la publicación de la Asociación de Periodistas Independientes de Vietnam [2], Dung señala que las protestas son “la primera vez desde 1975 [cuando los comunistas asumieron el control de Vietnam del Sur] que hay un desafió directo al gobierno de turno”.
Las manifestaciones tuvieron lugar una semana después de que la Asamblea Nacional, máximo órgano legislativo del país, difundiese su plan para discutir y aprobar los dos proyectos de ley el 12-15 de junio, durante sesión de un mes de duración que comenzó el 20 de mayo.
El llamamiento instando a la gente a manifestarse circuló en las redes sociales como Facebook y Twitter. Más de 60 millones de vietnamitas están en línea, y Facebook - con más de 40 millones de usuarios en Vietnam - es la red social más popular en el país.
Las fuerzas de seguridad de Vietnam respondieron agresivamente a la convocatoria de las manifestaciones pacíficas. Las autoridades enviaron agentes de civil y a la milicia a las residencias privadas de activistas locales para impedirles participar en las protestas. Muchos activistas dijeron que tuvieron que abandonar sus casas antes del fin de semana y pasar a la clandestinidad para evitar ser detenidos por las fuerzas de seguridad.
El 10 de junio, un gran número de policías, milicianos y matones fueron desplegados para reprimir las manifestaciones [3], deteniendo a cientos de manifestantes y golpeando a los demás. Aunque la policía suprimió con éxito pequeñas protestas en Hanoi ese mediodía, las manifestaciones en Ho Chi Minh y Nha Trang, duraron hasta las primeras horas del lunes. La policía de Ho Chi Min desplegó dispositivos acústicos de largo alcance comprados a los Estados Unidos para equipar los barcos patrulla de la Guardia Costera de Vietnam, que generan un sonido intenso que puede causar un dolor físico extremo y dañar de forma permanente la audición.
En Phan Thiet y Phan Ri, en la provincia central de Binh Thuan, la policía utilizó cañones de agua y gas lacrimógeno contra los residentes locales. Después de que uno de los manifestantes fue golpeado hasta quedar inconsciente por la policía, los manifestantes atacaron a las unidades antidisturbios de la policía con piedras y ladrillos, y ocuparon edificios gubernamentales. La policía se rindió [4] y se quitaron sus equipos y volvieron a casa. Sin embargo, el gobierno recuperó el control por completo en la mañana del 12 de junio.
La policía detuvo a más de 500 manifestantes, según los medios estatales y filtraron información de la policía [5]. Los manifestantes fueron interrogados durante horas. Durante su detención fueron golpeados y se confiscaron sus teléfonos celulares y otras pertenencias. La policía liberó a muchos detenidos, pero todavía mantienen arrestados a decenas más, amenazando con enjuiciarlos por violar las normas nacionales de seguridad y “causar desórdenes públicos”.
Según los expertos legales, el proyecto de ley sobre seguridad cibernética dará nuevos poderes a las autoridades vietnamitas, obligando a las empresas de tecnología a entregar al estado grandes cantidades de datos, incluyendo información personal, y a censurar publicaciones de los usuarios de Internet. Según los activistas, la ley pretende amordazar a los disidentes y podría conducir a la acusación penal de los usuarios de Internet por ejercer su derecho fundamental a la libertad de expresión. Human Rights Watch [6] y Amnistía Internacional [7] han pedido a Hanoi no aprobar el proyecto de ley. Los Estados Unidos y Canadá, sin embargo, sólo han instado a Vietnam a aplazar la votación del proyecto de ley para garantizar que se adecua a las normas internacionales.
Mientras tanto, con la ley de zonas económicas especiales, el gobierno de Vietnam quiere establecer tres nuevas zonas - Van Don, Phu Quoc y Bac Van Phong - en lugares estratégicos, donde los inversores extranjeros podrían obtener el usufructo de los terrenos por 99 años. Los activistas sospechan que este proyecto de ley es el primer paso para permitir a los inversores chinos adquirir tierras y traer a trabajadores chinos sin formación a estos ZEE.
Muchos economistas de alto nivel, entre ellos el veterano economista jefe Pham Chi Lan, sostienen que Vietnam - que ya ha firmado una serie de acuerdos de libre comercio con la Unión Europea, Estados Unidos y otros países - no tiene ninguna necesidad de establecer más zonas económicas especiales para atraer inversión extranjera.
Además de las cuestiones de seguridad nacional - con la potencial inversión de China - estas zonas económicas especiales permitirían a las empresas pagar impuestos más bajos o quedar exentos de ellos, de acuerdo con el empresario Le Hoai Anh [8].
En una entrevista con Radio Free Asia [9], el veterano novelista y ex soldado comunista Nguyen Ngoc dijo “me decidí a unirme a las protestas [porque] la ley sobre las ZEE afectaría severamente la seguridad nacional, y la ley de seguridad cibernética acabaría con el derecho a la libertad de expresión de la gente, la libertad de hablar. Ello asfixiaría la creatividad de la nación. Volveríamos al pasado, cuando lo que necesitamos es avanzar hacia el futuro”.
En respuesta a la presión pública, el parlamento y el gobierno de Vietnam, bajo control del PCV, anunciaron que se pospondría la discusión y la aprobación del proyecto de ley sobre zonas económicas especiales hasta la próxima sesión de la Asamblea Nacional, prevista en octubre. La ley de seguridad cibernética fue aprobada el 12 de junio, y entrará en vigor el 1 de enero de 2019. A pesar de la represión del gobierno, se espera que continúen las protestas contra la aprobación de la ley y la reanudación de los trabajos parlamentarios sobre el proyecto de ley de zonas económicas especiales en octubre.
Una preocupación central sobre el proyecto de ley s de nuevas zonas económicas especiales es cómo afectará a la soberanía del país en el Mar del Este. Vietnam y China tienen una larga historia de disputas territoriales. China ha enviado sus ejércitos a atacar Vietnam 22 veces en los últimos mil años, según el historiador Dao Tien Thi. En 1979, China atacó con una fuerza invasora de 60.000 soldados las seis provincias septentrionales de Vietnam, matando a decenas de miles de soldados y civiles vietnamitas y destruyendo toda la infraestructura de la región.
En 1988, China también invadió varias islas y arrecifes, conocidas como las Islas Spratly, que Vietnam reclama como propias. En los últimos años, China ha convertido estos arrecifes e islas en estructuras artificiales para el despliegue de misiles modernos y otros equipos militares, en un intento de convertir el Mar del Este en su propio lago.
El gobernante Partido Comunista de Vietnam, con el fin de mantener su poder en el país, trata a China como su aliado político más cercano. El gobierno de Hanoi ha protestado verbalmente ante las violaciones de China en lugar de tomar acciones más decididas, tales como llevar el caso ante los tribunales internacionales, como las Filipinas.
Hanoi ha suprimido sistemáticamente las protestas contra China y perseguido a los activistas anti-chinos. Muchos de ellos han sido declarados culpables y condenados a largas penas con acusaciones falsas por motivos políticos.
Sin embargo, esta represión sólo puede aumentar el número de personas que disienten con el gobierno. A medida que más personas se interesan por la política, el gobierno de Vietnam necesita llevar a cabo reformas políticas drásticas para permitir elecciones libres y respetar los derechos humanos, buscando soluciones a la insatisfacción social. El gobierno debe utilizar el diálogo, y las organizaciones locales de la sociedad civil podrían mediar entre los manifestantes y el gobierno. Si los dirigentes insisten en gestionar el país con un régimen de partido único y recurriendo a la represión, las reivindicaciones populares no encontrarán satisfacción y la nación se sumirá en luchas internas.
“El gobierno tiene que ocuparse de lo que preocupa a su gente”, concluye Nguyen Si Dung, ex subdirector de la oficina de la Asamblea Nacional [10].
Notas:
[1] http://www.vietnamthoibao.org/2018/06/vntb-10-thang-sau-ngay-toan-quoc-xuong.html
[2] http://www.vietnamthoibao.org/2018/06/vntb-lan-au-tien-tu-1975-bung-phat-tong.html
[3] http://danlambaovn.blogspot.com/2018/06/can-canh-ca-ap-anh-o-mau-nguoi-bieu.html
[4] http://danlambaovn.blogspot.com/2018/06/binh-thuan-noi-day-chong-luat-ac-khu.html
[6] https://www.hrw.org/news/2018/06/07/vietnam-withdraw-problematic-cyber-security-law
[8] https://www.rfa.org/vietnamese/news/reportfromvn/mass-protests-06102018122127.html
[9] https://www.rfa.org/vietnamese/news/reportfromvn/mass-protests-06102018122127.html